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Me senté en el sofá llorando y teniendo las notas frente a mi. Mire la mesa de enfrente, hay el había puesto el botiquín. Me curo.
-Oh pero que idiota- dije y gire rápido a la pared donde habíamos tenido ese encuentro.
Camine hasta llegar a la pared y busque y busque por la nota. Pero no encontré nada, "Eres un idiota" dije riendo un poco pensando donde mas podía estar. Salí de la sala, y fui a la cocina hay habíamos pasado nuestro primer desayuno juntos.
Entre y había una pequeña vela blanca tras una vela roja aun mas pequeña. Vi la nota bajo el vaso de la vela, la tome rápido
"Lastima estas lejos de encontrarla"
Role mis ojos y salí corriendo a su recámara.
-Eres un idiota, dime donde jodidos esta la nota- dije subiendo las escaleras.  No hubo respuesta alguna. Cuando llegue a la cima de las escaleras comenzó a haber algo de velas que llegaban hasta su recamara.
-Sebastian sal y dime donde está la maldita nota- dije caminando por el camino de velas lentamente. Pero igual que la ves pasada solo había mi voz en esa casa.
Entre a su cuarto abriendo la puerta con fuerza.
-Seb deja de jugar- dije entrando, vi un gran corazón hecho con pétalos sobre la cama, la ropa que traía puesta estaba tirada en el suelo lo que significa que había estado ahí.
Me acerque a la cama y tome un pétalo, lo acerque a mi nariz y olí su gran y fresco aroma.
Vi algo blanco colgando de la cabezera de la cama, lo tome rápido y la leí.
"Finalmente me encuentras, puff me estoy congelando aqui afuera y tu adentro al calor de las velas, no es divertido" leí y de prisa corrí hacia afuera, abrí la puerta y vi una pequeña mesa con velas de luz "inteligente" paso por mi cabeza.
El salio lentamente vestido con un traje negro y una camisa blanca desabotonada del pecho, por detrás del auto con un lindo ramo de rosas blancas.
-No se que mas esperar de ti- dije y corrí hacia el dándole un fuerte abrazo.
-Ese es el punto del amor- dijo acariciando mi cintura. -Que nunca te esperes que viene tras algo- dijo y beso mi frente, levante mi cara y me levante de puntitas, y lo bese suave y el tan solo puso el ramo sobre su coche y me cargo con las dos manos un poco para poderme besar aún mejor.
-Señor donde pongo esto?- dijo una voz de hombre tras nosotros. Causando que nosotros paráramos y sólo nos quedamos abrazandonos.
-En la mesa por favor- dijo Seb señalándole la mesa.
El señor cargaba una caja de pizza de Domino's yo solo reí y me acorruque en su pecho.
- Le gustaría acompañarme a la mesa?- dijo haciendo voz de comercial.
-Oh claro- dije tratando de imitar su voz. Solo reímos y tomó mi mano llevándome a la mesa. Llegamos a la mesa y yo me senté.
-Les presento la gran pizza de...- dijo abriendo lentamente la pizza mientras yo golpeaba un poco la mesa simulando unos tambores. Sólo soltó una carcajada al ver lo que hacia al igual que yo.
-Hongos, piña, pimiento, extra queso y jamon- dijo casi a gritos como si hablara frente a una gran multitud.-Aplausos- dijo viéndome y yo Aplaudí,  abrió la caja y aun soltaba vapor.
-Tendrá la gran ventaja de tomar la pieza mas grande- dijo sentandose y riendo.
-Eres tan extraño- dije sonriendo y tomando un trozo de pizza de la caja y poniéndolo en mi plato.
-Porque?- dijo riendo y tomo la rodaja mas grande de la caja.
-Por que me traes a tu casa vestida así, me traes por toda tu casa en busca de la ultima nota, salgo y tienes una mesa con velas de plástico y una pizza, no te parece extraño?- dije riendo y provocando que el riera.
-Pues si, pero quiero que sea algo que recuerdes, no por lo romántico si no por la sencillez, por lo ridículo que se escucha, por la ironía, por como juntando cosas muy irrelevantes puedes sacar algo lindo y especial.- dijo y mordió su pizza.
-Te quiero- dije y mordí mi pizza.
El solo me vio detenidamente y paso su pizza y bajo la rebanada hasta su plato.
-Nunca lo habías dicho...- dijo sonriendo tímido.
-Lo se...- dije dandome cuenta que realmente nunca se lo había dicho.
-Te quiero, me encantas Cate- dijo y tomo mi mano aunque tuviera salsa de la pizza.
-Gracias por todo esto- dije sonriendo con algo de pizza aun en mi boca.
-Gracias a ti- dijo sonriendo de oreja a oreja.
Soltamos nuestras manos y seguimos devorando la pizza. De pronto alguien salió de la casa con dos copas de vino.
-En verdad? Espera había alguien en la casa?- dije al ver salir a Dalia la cocinera.
-No cuando tu estabas dentro, ellos me ayudaban a poner la mesa y asi y poner las velas y salieron por la puerta del patio trasero a...- dijo y callo mordiendo su pizza.
-A que?- dije curiosa y la cocinera tan solo nos atravesó y colocó las copas de vino una para cada uno de nosotros.
Le agradecimos y solo se alejo entrando a casa. El tan solo paso la pizza restante en su boca.
-Gracias por seguir conmigo,-tomo la copa y la movió un poco sobre su mano.
-Graci-
-shhh calla dejame terminar- dijo interrumpiendome. -Este mes a sido lo mejor que me ah pasado en años, me ayudas demasiado, te has ganado toda mi confianza en unos días y tienes eso en ti que me complementa- dijo y le tomo un sorbo a su copa.
Dijo eso y yo tan solo quede atontada con todo lo que dijo.
-Acabaste?- dije riendo.
-Nunca acabaría, pero te puedo dar el turno de hablar- dijo riendo, tomo Otro sorbo y dejo la copa para poder seguir comiendo su pizza.
-Se que no soy romantica, no tanto como tu, ni que te digo que te quiero, y ver que has hecho todo esto por mi, eres y te has vuelto muy especial... Recuerdo la vez que me dijiste que solo ibas a la escuela para verme y pues yo igual lo hacia... Odio la escuela. Pero se que la necesito, y ahora igual necesito de ti, para que mis días sean buenos- dije sonriendo y viéndole a los ojos.
-Cate en verdad sientes tanto?- dijo y limpio sus manos con la toalla que estaba al lado del plato donde se encontraba su pizza. Y extendió sus manos para agarrar las mías.
Teníamos que atravesar toda la mesa, ya que la pizza y las velas estaban en el centro.
-Siento eso y mucho mas...- dije sonriendo tímida.
-Me haces muy feliz, sabes tengo un regalo para ti- dijo sonriendo.
-Pero si yo no te compre nada...- dije triste recordando que mañana cumplíamos un mes...
-No sabias de esta sorpresa- dijo sonriendo.
-Se que es por nuestro primer mes juntos, bueno mañana lo es, pero en verdad no te compre nada...- dije triste y solté sus manos y tome un gran sorbo del vino.
-No te estoy pidiendo nada Cate- dijo subiendo el tono de su voz. Se levanto de la mesa y camino hasta mi, me levanto y me pego a su cuerpo.
-El mejor regalo es tenerte, no necesito nada mas- dijo y me beso apasionadamente.
-Te quiero- dije al terminar de besarnos.
-y yo a ti. Ahora extiende la mano y cierra los ojos- dijo y yo hice exactamente lo que dijo.
Puso algo pesado sobre ella.
-Ahora abre los ojos- dijo y me rodeo para abrazarme por la espalda.
-Que es?- dije con miedo de abrir los ojos, los abrí y mire una caja negra larga.
-Abrela- dijo riendo pegado a mi oído.
Mordí mi labio y la abrí despacio. Había una correa para perro color lila con corazones rosas. Tan solo la tome y gire la cabeza para verlo muy muy confundida.
-se que no te gustan las pulceras y ese tipo de cosas de chicas... Así que- dijo y levanto la mano y señalo algo en el piso. Yo me quise girar  para ver que pasaba y el tan solo tapó mis ojos con sus manos.
-Sabes que odio esto- dije desesperada.
-Tan sólo calla- dijo y soltó una carcajada.
El quito sus manos suavemente.
-Esperó me perdones por haber entrado a tu teléfono, mire que te gustan los doberman.- dijo y yo solo corrí a tomar la caja de cartón que estaba frente a mi.
Saque una hermosa perrita dobernan gris con ojos claros.
-Te quiero tanto- dije poniendo la perrita en mi pecho y fui a abrazarlo con una sola mano.
-y yo a ti- dijo acariciando a la perrita.
-Gracias- dije y lo bese con mucha alegría.
Se alejo de mi y fue a tomar el ramo de rosas que había quedado sobre su auto. Las tomo, camino hasta mi y tomo mi mano llevándome dentro de su casa.
-Gracias por todo- dije y apreté su mano.
-Deja de agradecer- dijo riendo. -
Puedes dejar la perrita aquí- dijo colocando las rosas en una mesita que esta al entrar a su casa
-no la quiero dejar sola- dije acariciandola entre mis brazos.
-Dalia- dijo a gritos cuando estábamos cerca de la escalera.
-Digame señor- salio de inmediato de la cocina.
-Puedes cuidar a Sidney?- dijo con tono de orden.
-claro señor- dijo y corrió hasta mi y la tomo en sus brazos.
-Pero.. Pero- dije sin querer dejarla ir mientras Dalia se iba con ella.
-Pero nada- dijo y subimos hasta su cuarto.
-Malo- dije al entrar a su recamara.
-No lo soy- dijo riendo pícaro y cerro la puerta con seguro.
-Oooh ya se por que no querías que la perrita viniera- dije devolviéndole la mirada picara.
-No quería que se traumara con todo lo que pasara hoy- yo tan solo camine hacia el baño y el me tomo rápido de la cintura - a donde vas pequeña?- dijo susurrándome al oído.
-Tengo que ir al baño, ahora salgo- dije y quite sus manos de mi.
-Te espero- dijo y yo cerré la puerta, estaba nerviosa mas que la primera vez.
Me detuve en el espejo del lavabo, me recargue en el y tan solo me mire por un momento.
Le baje a la tasa de baño para que al menos pensara que realmente había ido para usarlo.
Abrí la llave del lavabo y moje mis manos, las seque con la toalla azul turquesa que había a un lado y salí.
El estaba sentado en la cama y en cuanto salí el se levantó.
-No estas lista verdad?- dijo mirándome y bajando lentamente la mirada.
-Como ha llegado a esa conclusión?- comence a caminar hacia el y lo bese con fuerza. Jale levemente su labio y un gemido salio de su boca.
-Sabes muy bien como ponerme rapido- dijo cerrando los ojos.
Los abrió y podía comenzarse a ver el deseo en ellos. Me giro y movió mi    cabello para mi hombro derecho bajando lentamente el cierre del vestido. Lo bajo de mis hombros y beso mi hombro izquierdo. Bajo el tirante de mi sujetador junto con el vestido, sentía sus labios tocar mi piel y todo el nerviosismo se iba acabando.
-No es justo que tu sigas vestido y yo no- dije girándome para estar frente a frente. Desabotone su saco lentamente y al terminar tan solo lo deslize por sus brazos.
El lo dejo caer y comenzó a besar mi cuello, yo seguí desabotonando su camisa blanca aunque el besara mi cuello tan rico. Termine los botones y la saque de sus pantalones para poder quitársela aun mas rápido, dejando su pecho moreno salír a la luz.
Jalo su camisa por sus manos y rápido tomo mi cara para besarme. Mordió mi labio provocando que saliera un gran gemido.
Quite mi vestido deslizandolo  por mis piernas, me sentía muy deseada y deseo ardiendo en mis venas.
Pase mis manos por sus hombros y jale su cabello en la nuca.
El tan solo me vio con deseo
Y yo brinque en el y el tan solo sujeto mis muslos en su cadera y deteniendo mi culo con sus manos, camino hasta la pared que dividía el cuarto de baño y su recamara, mordió mi cuello, y apretando mi culo lentamente.

Besos A La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora