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Ya habían comenzado las clases pero yo no fui... No sabia si soportaría subir escaleras o correr a los salones de clase hací que mejor esperare hasta sentirme capaz...
-Cate- me llego un mensaje. -Estoy fuera, iras a la escuela?-
-Entra sii?- le respondí y me levante un poco sentándome sobre la cama.
Escuche cuando su puerta de su auto se cerro y unos segundos después entro a casa, camino hasta mi recamara y abrió la puerta.
-Eso es un no- dijo riendo al verme cobijada.
-Dame un beso- dije y puse mi boca como de pato.
Puso sus manos a un lado de mis piernas y me beso muy tronado.
-Aun no me siento bien, sigue doliendo si me muevo de prisa y no creo poder ir a la escuela y subir escaleras y caminar rápido a mis salones...-
-Entiendo, tranquila- dijo y me volvió a dar un beso.
-Ve anda que llegaras tarde a clase- dije recargandome en un brazo y tocando su mejilla con mi mano.
Nos fundimos en un beso tierno... Extrañaba tanto eso. Terminamos el beso pegando nuestras frentes y sonriendo.
-Te amo- dije en voz baja.
-Te amo Cate- respondió y dio otro beso...-Creo que me quedare aqui- dijo riendo sentándose en el colchón serca de mis pies.
-No no no, debes ir a la escuela, anda- dije riendo y golpeando un poco su brazo.
-Pero me quiero quedar... Que sera de mi sin ti ahí... Sabes que soy raro todos me verán así y me volverá a importar como lo hacia antes- dijo triste.
-Si alguien te ve así, mandame un mensaje o llámame en videollamada, pero no faltes, anda- nos miramos un momento en silencio y se pegó a darme un beso, se levanto acomodo su linda sudadera azul marino con un gorro, camino hasta la puerta, corrió de vuelta a mi y me beso, y salio rápido, me recoste de nuevo, escuche cuando cerro la puerta y cuando cerro la de su auto y arrancó.

Decidí ducharme, ya nisiquiera ocupaba a la enfermera, todo había sanado, no el dolor mental pero estaba mucho mejor.
Salí de ducharme. Me vestí algo lindo, puse algo de perfume y llame a la madre de Seb.
-Hola cariño, Como estas? Cuando me vendrás a visitar- su voz tan dulce era envidiable.
-Hola, pues estaba pensando ir hoy- dije y vi a mi madre despertada caminando hacia la cocina.
-Que bueno, por fin te vere- dijo y hasta su voz se alegro.
-Quería pedirle un favor- dije algo tímida.
-Si claro dime-
-Si podría pasar por mi, y llevarme a su casa, quiero hacer algo especial para Seb...-
-Encantada, a que horas quisieras que pasara por ti, y así paso a saludar a mi consuegra- dijo a risas.
-En una hora estaría bien para usted?- odiaba tener que pedirle que me llevara pero pues quería hacerle eso a Seb y sabia que mi mama se preocuparía o tendría que ir a trabajar ya que nunca sabe si la ocupan o no en su trabajo.
-Muy bien, paso por ti en media- dijo riendo y colgamos.
Me arregle algo, un poco de crema facial, mascara y polvo.
Desayune algo de avena con leche y papaya.
Me vestí algo lindo. Me puse algo difícil de quitar ya que pues no tendriamos relaciones esta vez.
En realidad no sabia que hacerle... Tenia idea de hacer comida para el y una cena aunque aun falten dos semanas para que cumplamos 7 meses. Ya cuando llegue a su casa veré que cosas tiene que pueda usar.
Su madre llego y se puso a hablar con mi madre, solo se escuchaban las carcajadas de mi madre. Yo tan solo salí y ella me vio sorprendida.
-Cate, pero que bella te has puesto, y delgada, dios mio eres una maravilla- dijo levantándose del comedor y me abrazo un poco fuerte, hice un puchero pero no deje que lo viera.
-Gracias, usted no se queda atras- dije riendo.
-Estas lista para irnos?- dijo y le dio un sorbo a la taza de café que había sobre la mesa.
-Si, vamos- Sonreí
-A donde vas a ir?- dijo mi madre levantándose.
-A mi casa, esperó no te moleste eso consuegra- dijo su madre sonriendo.
-Ah claro que no... No te vayas a lastimar- dijo preocupada.
-Tranquila ya estoy bien- dije y sonrei para al menos demostrarle que era verdad lo que decía.
-vámonos entonces- tomo mi brazo y me ayudo a ir hasta la puerta del coche, mi madre tan solo se quedo en la puerta de la casa. La cerro cuando nosotros nos fuimos.
Su madre platico sobre muchas cosas que le gustaban a Seb, y pues me dio muchas ideas. Así que en cuanto llegue a la casa, le platique un poco a Dalia que se me ocurría que cocinara para cuando el llegara comer y tener un momento juntos. Romántico y lindo.
El jardinero o mas bien Señor Rafael me ayudo a colocar la mesa en el patio trasero. Me dio unas cuantas ideas de como hacer todo mirarse muy lindo. A pesar de ser algo viejo tenía muy buen gusto. Saco algunas luces decorativas de navidad y me ayudo a formar un gran corazón en la pared. Colocamos o mas bien coloco la mesa cerca de el corazón. Le puso la sombra encima para taparnos del sol mientras comíamos. Y fui a hablar con su madre mientras el señor Rafael preparaba todo a la perfección.
-Le puedo preguntar algo?- dije entrando a su despacho.
-Claro, dime- dijo quitando sus lentes pequeños de la nariz y colocándolos sobre el escritorio.
-Hay algo que no este muy caro, que ninguna novia de Seb le haya regalado pero el siempre habia querido?- dije algo tímida entrando lento.
-la hay pero contigo ya la tiene- dijo sonriendo.
-Pero yo no le eh dado nada- dije muy confundida.
-Yo no digo material- mantuvo su sonrisa.
-Entonces?-
-Siempre había querido tener una Novia de verdad... Y que el sonriera así por alguien, y llorara así... Es como que tu eres algo muy de verdad para el, le has dado felicidad y esa no la hay en muchos lugares-
-Gracias...- dije como un suspiro
-Por que cariño?- dijo suave levantándose y caminando hacia mi.
-Por aceptarme y por ayudarme con todo- nos abrazamos lento aunque ella siempre aprieta.
Colocó algo en la bolsa de mi sudadera.
-Manda a Rafael a comprar algo de velas aromáticas de menta, y un poco de helado de vainilla, chocolate derretido y crema batida. El lo amará-
Sonrió y camino de vuelta a su escritorio.
Saque lo que ella había colocado en mi bolsita. Pasaba de 200 dolares. Pues de que clase de helado quería? Yo solo asentí y salí. Fui hasta Rafael que ya había acabado de decorar, las luces estaban colgando formando un hermosos techo de luces. Para la noche estaba perfecto.
Le di el dinero y le dije lo que mi suegra me había pedido.
Faltaba poco para que el llegara... Estaba algo nerviosa. Pero pues esperaba a que Rafael llegara pronto con las velas y helado.
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Salí de la escuela, el día había estado horrible... Solo había hablado un poco con algunos "amigos" y ya... Pero extrañaba tanto a Cate conmigo.
Era la hora de salir. Iría a casa de Cate y me quedaría hay toda la tarde.
Salí directo a mi auto. Subi y me fui de prisa.
Llegue hasta la casa de Cate, pero no había nadie, el auto de su madre no estaba y toque al timbre muchas veces pero nisiquiera Sidney estaba.
Llame de inmediato a Cate, pensé que le había pasado algo, y no contesto.... Llame a su madre y ella estaba afuera llevando a Sidney a el veterinario solo para un chequeo. Me dijo que ella se había ido a mi casa así que salí de inmediato para ver que pasaba. Llegue a casa y en efecto ella estaba hay.
-Por que nunca contestas?- dije molesto. Mas preocupado que molesto. Ella iba saliendo de la cocina.
-Yo también me alegro de verte- soltó una risa haciéndome sonreír a mi.
-Sabes bien que me alegra verte pero te llame y no contestaste, además, que haces aquí? Deberías estar en tu casa descansando.- fui a abrazarla de inmediato
-solo quería pasar tiempo contigo.- me beso suave tomando mis mejillas. Sus manos estaban frías.
-Ven vamos a mi recamara- dije soltándole la cintura y tomando su mano.
-Adelantate, debo ir a el baño- me soltó y caminó hacia el baño de abajo.
-Pero si en mi recamara hay baño.- dije confundido.
-No debo aguantarme tanto rato, recuerdas, además subiendo las escaleras tardare mucho- me lanzo un beso y siguio caminando, su cuerpo se veia tan lindo, su cabello brillante y largo. Esa cintura, caderas grandes y piernas gruesas en esos pantalones era todo lo que quería en una sola chica. Entro al baño y yo subí a mi recamara a dejar la mochila y a ducharme ya que habia jugado en educación física y olía horrible.
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Salí del baño esperando que el no estuviera hay.
Fui a la cocina y le pedí a Dalia que cuando llegara Rafael, le preguntara a Mi suegra que hacer con el helado y que lo hiciera. Que comenzara a preparar todo lo que le había pedido y que me avisara de alguna forma que el no se diera cuenta. Que cuando la comida estuviera lista encendieran las luces navideñas y yo saldría con el.
Estaba muerta de miedo que el lo fuera a ver o que lloviera o que algo lo arruinara.
Fui a su recamara lento, subiendo escalón por escalón y sosteniéndome de el barandal.
Llegue a su recamara y el se duchaba. Decidí esperarlo sentada en su cama. Me acosté lento y tome su almohada entre mis manos. Y la olfate un poco. Olía tan rico.
El salio de la ducha y me encontró con su almohada y solo se río.
Me quito la almohada y el se recargo en la cama. Sobre mi cuerpo pero separados. Bajo su cabeza y me beso lento. Su aroma sobre mi y gotas de agua callendo sobre mi frente y cabeza.
Beso algo mas sensual, y mordió mi labio estirándolo, un gemido salió de mi boca, su mano lentamente comenzó a deslizarse por mi cuerpo.
-Para tonto- dije riendo. Algo nerviosa pero riendo.
-Perdón, me pones muy rapido- dijo sonrojado y se quito de encima.
-Tranquilo, solo me pone algo nerviosa que me toques, solo eso, ya falta poco para que lo volvamos a hacer- dije mandándole un beso al aire y me senté.
-Entiendo...- se quedo mirándome un poco y tan solo miro abajo y camino a su closet.
-Que pasa?- dije al verlo caminar.
-Nada- dijo desde su closet.
-Dime, te conozco Sebastian- dije y me levante.
-Solo pienso, nadamas- dijo saliendo y viéndome levantada.
-En que?- estire mi mano para que la tomara.
-Nada, no pienso arruinar el dia- tomo mi mano y tiro la ropa que saco del closet sobre la cama.
-Dime, quiero saber- dije tomando su cara con mi mano y haciéndolo que me viera.
-Tan solo imagine por un momento que hay seguía nuestro bebe, no quiero hacértelo recordar- dijo triste.
-Tranquilo, tan solo piensa en que pues por algo paso esto, pero seguro cosas buenas pasaran- dije sintiendo un nudo en la garganta.
-Te amo- dijo y me abrazo.
-Te amo- algunas lágrimas se derramaron, pero no lo deje verlas.-Cambiate anda- me separe un poco de el y le di una nalgada para que riera.
Se cambio, Dalia toco la puerta y yo la abrí. Me sonrió y obligue a Seb a salir.
Lo saque un poco a el patio delantero para darle tiempo a Dalia.
-Que es esto?- dijo sonriendo y mirándome
-Esto que?- dije y lo abrace lento.
-Por algo viniste y lo se- me miro lento a los ojos acomodando mi cabello alborotado tras mi oreja.
-Tan solo quiero que volvamos a la rutina de antes, salir, helado, quedarnos en tu casa y que tu vayas a la mía. No se tan solo no quiero que nada nos vuelva a separar-
-Nada lo hara- sonrió y me dio un pequeño beso.
-Ven para aca- lo jale un poco hasta que llegamos al patio trasero. Le tape los ojos antes de llegar a la mesa. Rafael encendió las luces y yo le dije que podía abrir los ojos.
-Eres una tonta- dijo abrazándome algo fuerte. - y tu Rafael para que le ayudas?- dijo riendo.
-Ella es la niña de la casa no me podía negar- dijo encojio de brazos y sonriendo y se metio a la casa.
En la mesa había algo de pasta con piña. Ensalada con pequeños trozos de pan y jitomates pequeños.
-No debiste- dijo y beso mi frente.
-Shhh, sientate y comamos.- dije y me separe de el, pusimos los platos en su lugar y comenzamos a comer. El no paraba de ver las luces del corazón.
-Te amo Cate- dijo sonriendo con algo de comida en su boca.
-Y yo a ti - dije y su madre nos interrumpió.
-Seb puedes venir un momento- dijo algo molesta.
-Am claro- se levanto y camino hasta ella.
Duraron unos segundos susurrando y yo tan solo seguí comiendo.
-pasa algo? - dije en cuanto lo vi sentarse nuevamente.
-No. Nada, sigamos comiendo-
-Seguro?- dije viéndolo
-Mi padre esta de vuelta. Con un nuevo hijo...- suspiro. -Pero nada nos arruinara esta noche amor- dijo y me mando un beso. Sus palabras no eran muy convincentes pero aun así no le haría preguntas.
Terminamos de comer y Dalia llego hasta nosotros con un plato lleno de helado cubierto de chocolate. Crema batida en un recipiente mezclado con rodajas de fresa y trozitos de chocolate.
Aunque no podía comer mucha azúcar aun así comí un poco de todo lo que había.
Estaba llenisima. Y todo ese tiempo tan solo hablábamos y decíamos tonterías a mas no poder. Mi estomago dolía por reír y por tanto comer.
-Te quedarías esta noche conmigo?- dijo lanzándome una mirada picara.
-Si me aguantas si- Sonreí.
-Toda mi vida- dijo levantándose y llego hasta a mi. Me levanto de la silla lento y me recorrió la cintura, deslizando suavemente sus manos hasta juntarlas en mi trasero.
Recorrí su cuello y nos fundimos en un beso lento pero apasionado. Nos moríamos por estar juntos piel con piel pero aún no estaba lista. Subimos dejando sucia la mesa pero ya Dalia o yo mañana la limpiaría.
Me subió en sus brazos a mi recámara sin ni siquiera ir a saludar a su padre, me recostó en la cama y me ayudó a desvestirme. Me dio una camiseta larga suya y el tan solo se quedo en calzoncillos.
Me pego a el quedando abrazados de cucharita, era tan lindo compartir la misma cama. Las mismas cobijas el mismo aire. En cuanto nuestros cuerpos se calentaron dormimos.

Besos A La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora