POV YOONGI.
Jimin respiró profundamente tras escuchar mis palabras, todas llenas de deseo. Trató de expulsar el aire por la boca lentamente, quizá para mantener un poco el control. Vi como cogía el cinturón que venía como complemento en el pantalón que llevaba y me dio un pequeño latigazo que hizo que mi espada se arqueara y me excitara bastante. Me dio sobre uno de mis muslos, no muy fuerte, aunque fue suficiente para que mi pálida piel volviera a enrojecerse, estando seguro de que dejaría una muy bonita marca.
—Junta tus muñecas. —Ordenó con un imperativo tono de voz.
Me removí ligeramente en mi sitio, para así pegar mi culo contra la pelvis desnuda ajena y restregarlo sin vergüenza alguna, sintiendo asimismo el duro miembro de Jimin. Al escuchar su petición, obviamente que obedecí, por lo que mis manos fueron hacia la parte baja de mi espalda teniendo ambas muñecas juntas, aunque sin cesar lo más mínimo aquellos movimientos.
—Eres un cerdo, mira cómo te restriegas... —Murmuró mientras anudaba el cinturón alrededor de mis muñecas hasta dejarlas bien atadas. Esbocé una pequeña sonrisa de forma inevitable al oír eso, mientras soltaba un pequeño jadeo para asentir ante aquello. Moví ligeramente mis manos para ver si aquel objeto estaba bien apretado alrededor de mis muñecas, y claramente, lo estaba.
Observó la figura de mi trasero, totalmente a su merced ahora. Escupió directamente sobre mi entrada y por si acaso volvió a dilatar otro poco más con 3 dedos, de golpe. Nuevamente, sentí como algo se introducía allí dentro, provocando que un nuevo gemido saliera de mi garganta, pero esta vez, aunque fuera uno más, sólo sentía placer, por lo que mis caderas se movieron contra la mano de Jimin para que aquellos dedos tomaran más profundidad, pero apenas estuvo mucho tiempo, por lo que solté un suspiro disconforme. Hecho esto, dio un pequeño chasquido con su boca y separó mis nalgas para colocar la punta sobre mi entrada, empujando lentamente hasta conseguir hundirse en mi interior, provocando que un gruñido saliera de mi boca al sentirlo por completo dentro de mí, dejando ir un suspiro de alivio al percibir la jodidamente buena sensación.
—Joder Yoongi...estás putamente apretado. —Apretó mis glúteos una vez más, volviendo a pegar un par de manotazos a estos que me causaron un dulce y placentero dolor.
Sonreí inconscientemente ante aquellas últimas palabras, mientras apoyaba mi mejilla contra el sofá.
En ese momento, me tomó por las caderas y seguidamente comenzó a crear grandes vaivenes con su pelvis para moverse de adelante hacia atrás, observando las espléndidas vistas que yo le ofrecía a mi pervertido dongsaeng desde mi posición, viendo con todo detalle el cómo su miembro entraba y salía de mi interior constantemente. Comenzó con embestidas lentas, pero profundas. Adoraba cómo me embestía; de forma rápida y profunda, pero las que fueron más lentas llegaron a rozar aquel punto que me volvía loco, ya que la profundidad era mayor. Mis caderas se movían al compás de aquellas estocadas constantes, dejando su miembro salir y entrar dentro de mí cuanto quisiera y cuando quisiera, aunque fui algo distraído al sentir como su mano se deslizaba hasta mi necesitado pene y comenzaba a masturbarlo, dejando salir un sonoro gemido por las atenciones que estaba recibiendo en aquellos momentos.
Aumentó la velocidad de las estocadas, siendo ahora más fuertes e intensas, llegando a lo más profundo dentro de mí. Escuchar como nuestras pieles chocaban la una con la otra era excitante, pero sentirlo era prácticamente otra cosa que joder, me hacía querer seguir lo máximo posible con aquello aunque acabase reventado, por lo que a medida que Jimin aumentaba la intensidad, yo hacía prácticamente lo mismo. El que aquellas estocadas se volvieran tan agresivas me hizo perder la poca cordura que me quedaba.
— ¿Te gusta? Dime que te gusta, mierda... —Tiró de mi pelo haciendo que arqueara mi cabeza ligeramente hacia atrás mientras mordía una vez más mi labio inferior, esta vez sintiendo el sabor metálico de la sangre sobre este.
— Joder, sí. Me encanta. —Respondí extasiado.
Me cogió en brazos y me sentó de frente, justo encima de sus pantorrillas, agarrándome fuerte por la espalda para que no cayese, (ya que mis manos estaban atadas) y arañando ésta a su paso. Estar en esta posición lograría que su miembro llegara lo más lejos posible, así que levantó mis caderas por mí, dejando caer todo el peso de mi cuerpo al soltarlas, repitiendo este proceso cuantas veces fueran necesarias. Divisó la sangre en mis labios y se acercó para lamerla sin ningún tipo de pudor, pudiendo saborear el férreo sabor de aquél líquido carmesí que soltaba mi boca.
—Sí que te gusta la polla de daddy, ¿verdad kitten? —Preguntó con una juguetona sonrisa.
Moví mi trasero de forma lenta pero, al combinarlo con aquellas fuertes estocadas me sentía en el puto cielo, para qué mentirnos.
—Me encanta tu polla, daddy... —Contesté con una lasciva media sonrisa, mientras sentía como una gran ola de calor invadía mi cuerpo, ya que mi próstata estaba siendo abusada por el glande ajeno bastantes veces.
—No se te nota ni nada... —Respondió con un irónico tono, sin cesar el movimiento de su cadera. Iba cambiando el ritmo a veces, unas iba lento e intenso, otras bastante rápido y agresivamente, para que pudiera notar en todo su esplendor la arritmia que lograba. Atacó mis finos labios devorándolos ferozmente, como si no quisiera despegarse nunca, además mis prietas paredes parecían engullir su erección hacia dentro.
Mientras tanto, continuaba moviéndome sobre el miembro ajeno con el ritmo que marcaba Jimin, aunque a veces lo cambiara, siempre trataba de acostumbrarme, y así lo hacía, para que cada movimiento fuera lo más intenso posible.
Me dejó a cuatro nuevamente sosteniéndome sobre una rodilla, para levantar una de mis piernas y colocarla apoyada sobre su hombro, para así dejar mi entrada más expuesta, aprovechando así para poder masturbarme más fácilmente y dejar algún que otro azote más sobre mis muslos, subiendo a veces hacia mis endurecidos pezones para pellizcarlos débilmente.
—Kitten... Estoy a punto de correrme... —Murmuró entre jadeos y la respiración entrecortada.
No me importó en absoluto el cambio de posición, pues sabía que Jimin lo hacía para poder hacerme disfrutar más; y vaya que si lo hacía, era prácticamente genial sentir como estimulaba cada parte de mi cuerpo. Los azotes provocaban que quisiera más de todo lo que el chico hacía, no sabía por qué, pero así era. Y la estimulación sobre mis pezones y pene me hacía desconcertarme de todo de lo bien se sentía, nunca imaginé que estaría tan bien, y el escuchar aquellas palabras fue lo mejor que podía haber pasado, ya que yo también estaba a punto de correrme. Mi próstata ya había sido muchas veces tocada por su enorme miembro, por lo que con varias estocadas más sentí un calor recorrer mi cuerpo de la nada, provocando asimismo un par de espasmos que hicieron que arqueara mi espalda. Mis paredes se contrajeron, apretando así algo más al miembro ajeno y finalmente, eyaculé con fuerza.
—Agh, joder... —Dijo sin poder evitar gemir al notar como mis paredes se contraían, haciendo que envolvieran y apretaran su pene con mayor intensidad, lo cual causó que aumentara el ritmo de las embestidas. Estaba sudando bastante, pero no le importó en absoluto, yo todo lo que quería era hacerlo correrse, hasta que por fin noté como del miembro adverso salía su esperma disparado en mi interior, se notaba bastante espeso y viscoso, señal de que lo había disfrutado. Extrajo segundos después su pene de mi entrada, viendo como mi esencia se derramaba hacia abajo, manchando el sofá. Dio un pequeño beso en mi nalga derecha y una palmadita para hacerme saber que ya podía incorporarme, sin antes haberme quitado el cinturón de mis muñecas, habiéndolas dejado bastante marcadas y rojizas.
— Ha sido genial... —Quedó sentado tratando de recuperar el aliento.
Aquella había sido la mejor experiencia de mi vida.
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I love it when you growl for me. [Yoonmin]
RomanceTodo empieza en la época donde Yoongi y Jimin todavía son trainees. Yoongi es frío e introvertido, pero poco a poco su corazón se hará más cálido gracias a su compañero de agencia, quien se niega rotundamente a que no siente nada por él...¿o quizá s...