Oliver V.

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   Era sábado por la mañana, o eso pensaba unos segundos atrás antes de fijarme la hora en mi celular. Digamos que eran las dos de la tarde y no podía salir de la cama ya que algo me lo impedía a toda costa. Ese algo, básicamente, era el brazo blanco y delgado de Andy, que me sostenía con fuerza y por más que lo intentara, no podía deshacerme de su agarre. De emo flacucho y débil no tenía nada este hijo de puta. Bueno, quizás de emo flacucho si. Es decir, toda la noche, mientras él dormía, estuve acariciando sus costillas y wow, nunca antes había conocido a alguien tan delgado. Podía apostar a que no comía nada, lo cual sería horrible porque Andy tiene que comer porque sino se muere y si se muere yo muero, ¿Se entiende? Soy un estúpido, perdón. Es que recién me despierto y realmente necesito ir al baño pero el emo no me suelta, ¿Qué se debe hacer en estos casos? Busqué en Internet, literalmente “Cómo hacer para que un emo me suelte”

   Investigando por internet, descubrí que, si le hacía cosquillas, era muy probable que quitara su mano y me soltara. De acuerdo, qué podría salir mal. Qué podría salir mal…

   Después de haber intentado hacerle cosquillas a Andy, básicamente el se despertó y me empujó fuera de la cama, tapándose con la sábana.

   “La verdad eres un idiota, no te quería soltar, no sé cómo no te diste cuenta.” Dijo cruzándose de brazos y dándose la vuelta para mirar a la pared.

   “¿Prefieres estar abrazado a mi pero con meo encima o estar limpio?” Pregunté. El iba a responder, pero no lo dejé.
  
   Fui corriendo al baño porque en realidad necesitaba vaciar mi vejiga. Luego de terminar lo mío, me miré al espejo, realmente me veía mal. Pero mal en serio. Tenía una línea de baba seca al costado de mi labio, el cabello más despeinado de lo normal y una marca en mi mejilla por la almohada. Pobre Andy.

   Lavé mi cara y me sequé con una toalla, que por cierto olía al cabello de él. Su cabello olía a cigarrillo mezclado con flores, algo bastante extraño pero que en cierta forma, me gustaba y mucho. Anoche el fue el primero en dormirse, yo estuve por horas acariciando su cuerpo y su pelo. También lo escuchaba respirar, eso fue lo que más me tranquilizó porque eso me garantizaba que esto no era un sueño o pura imaginación mía.

   Cuando terminé de arreglarme un poco y de cepillarme los dientes —Espero que no le moleste el hecho de que haya utilizado su cepillo, mejor vamos a mantenerlo en secreto— fui hasta la habitación de nuevo y sonreí con maldad. Tomé un borde de la sábana y tiré de ella, pero Drácula estaba preparado y la sostuvo con su otra mano.

   “Ni te atrevas.” Dijo con la voz grave, demasiado grave. Podría jurar que mi piel se puso de gallina. Me senté en la cama y acaricié el cabello de Ands, era una de las pocas veces que lo veía totalmente despeinado. Sé que sonará como un insulto, pero el siempre se ve despeinado, es decir, es emo, pero ahora estaba con el cabello normal, ese es mi término de “despeinado”. El no abrió los ojos, pero tomó mi mano, la que estaba acariciando su cabello y la acercó a su boca para besarla suavemente. Podía sentir el metal frío del piercing combinado con sus labios tibios. Me acosté a su lado y levanté la sábana despacio. Me encontré con que estaba en ropa interior solamente, se había quitado la remera mientras iba al baño.

   “Qué niño travieso.” El, al escucharme, volvió a taparse con la sábana y negó con la cabeza.

   “Qué quieres que le haga, si hace calor. Yo no controlo el clima todavía, ¿De acuerdo?” Dijo rápidamente, poniéndose nervioso. Yo sólo pude reír en ese momento.

   “Si tienes calor, ¿Por qué no te destapas?” Andy se lo pensó y frunció el ceño, mirándome. Me encogí de hombros y levanté mis manos en señal de paz, parecía que iba a golpearme, pero en el fondo, muy en el fondo, él sabía que tenía toda la razón.

The distant blue. // sysack //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora