Sysack.

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   Pasé el resto del día con Oliver, mirando la televisión o simplemente hablando sobre música hasta que llegó la media tarde, donde Oli me dijo que quería hacerme una pequeña fiesta en su casa. Yo accedí, me pareció muy bonito y atento de su parte, ya que ni mi padre puede pasar la pequeña festividad conmigo. Es un poco triste, pero lo acepto, sólo un par de veces por mera casualidad Alan pasaba mi cumpleaños conmigo, aunque siempre recordaba traerme un presente. A veces era dinero, otras veces eran remeras de bandas que se encontraba por ahí y que creía que me gustarían o simplemente me preguntaba qué quería y el me lo traía. Por eso mismo no me quejaba ante su ausencia, pero los regalos comenzaban a dejar de entusiasmarme, porque aunque parezca extraño que un chico de mi edad quisiera pasar un poco de tiempo con su padre, era lo que más deseaba. A veces ni en Navidad aparecía, pero bueno, supongo que tiene buenas razones para faltar ya que es el único que mantiene la casa y a mi.

   Blanco se encontraba en mi regazo, Oliv me había dado instrucciones especiales de que aguardara en casa hasta las ocho, donde tendría que caminar hasta su casa. Es la persona más tierna que he conocido, a pesar de su aspecto exterior lleno de tatuajes y su cara de secuestrador del bosque —Esperemos que no me secuestre y me lleve al bosque, sería lo único que me faltaba— era lindo conmigo. Toda la tarde estuvo encima mío, —No literal— acariciando mi cabello o incluso tomando mi mano para llevarla hasta sus labios y allí, la besaba. Realmente me ablandaba demasiado.

   Apenas eran las siete, aunque cuando el se había ido eran las cuatro, el tiempo pasa muy rápido. Espero que el anterior mencionado no haga su aparición en un momento bonito, porque juro que voy a explotar. A veces creo que cuando estoy junto a Oliver soy inmune al tiempo, que voy a permanecer joven y que el se quedará conmigo. Eso espero.

   Decidí levantarme, supongo que lo más adecuado era ponerme presentable para Oliv, ¿No?
   Corrí hasta el baño y me dí una corta ducha, después de que salí, busqué mi sombra negra y ciertamente me preocupé cuando no la encontré en su lugar. Últimamente todo se cambia de lugar solo, estuve alrededor de veinte minutos buscando el bendito frasquito con la estúpida sombra y no aparecía. Cuando estuve a punto de rendirme, volví al baño y adivinen qué. Ahí estaba la puta sombra de mierda. Solté un suspiro y comencé a sombrear mis ojos, el tiempo se me acababa y aún seguía prácticamente en toalla. ¿Le molestará que vaya en toalla? Negué con la cabeza sonriendo mientras imaginaba la situación, Oliver con la boca abierta, o quizás Oliver riendo. Oliver quitándome la toalla.

   Fui hasta mi habitación cuando finalicé con el maquillaje, que fue todo un desafío ya que sólo quedaban diez minutos para vestirme y llegar a tiempo a su casa. Me paré frente al armario y agarré los típicos jeans rotos, una remera cualquiera, porque el tiempo no me sobraba en estos casos y unos boxers negros.

   Salí de casa, mirando mi celular. Maldije porque quedaban tres minutos, ¿Lo peor? Olvidé ponerme las botas, por lo que tuve que entrar a casa, regresar a mi habitación y colocarmelas. Dí un portazo, cerré con llave y me tomé un segundo para relajarme. Mi pelo era un desastre, probablemente mi ropa esté toda horrible y mi maquillaje seguro se corrió. Caminé a paso lento hasta la casa de Oli, cruzando las oscuras calles y arrepintiéndome de esto porque no quería que me viese de esta forma tan asquerosa. La realidad es que siempre fui demasiado inseguro ante todo, pero, ¿En estos momentos? En estos momentos era la inseguridad en persona.

   Oliver se encontraba fumando un cigarrillo mientras esperaba afuera de casa a su niño, Andrew. La sorpresa que le daría era grande, Tenía preparado de todo en su casa; desde bebidas de todo tipo hasta comida —Básicamente se había tomado el tiempo de pedir pizza, comprar papas fritas en el supermercado y horneó una pastel con mucha dificultad, que por arte de magia, no se quemó— y el presente para Andy, que era un collar muy bonito que había encontrado por una tienda a un par de calles del supermercado. El collar para Andy era lo más bonito de todo, era un ala de ángel, porque Ands era su ángel.

The distant blue. // sysack //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora