Luego de caminar un par de cuadras y adentrarse en un oscuro callejón, vacío; gracias al cielo, llegaron a un edificio de tres plantas, con la pintura descascarada y algunas ventanas cubiertas con plásticos y cinta adhesiva.
— ¿Llegamos? —preguntó Gerard arrugando el entrecejo y mirando con algo de desgana lo que sería su nuevo hogar. No es que haya imaginado algo como lo que tenía en casa, pero tampoco creyó que sería un lugar tan deprimente.
— Así es, hogar dulce hogar —Frank sonrió enormemente, abriendo los brazos con el edificio a sus espaldas— ¿Sucede algo? —inquirió luego, notando el gesto del de ojos verdes.
— No, no al contrario —se retractó, sonriendo sincero al ver el rostro iluminado de Frank, no necesitaba algo mejor, él era lo mejor que pudo haber imaginado— Es un lugar muy… pintoresco —murmuró alzando la mirada— ¿Entramos? —agregó luego, notando que una mujer o un transformista muy delgado se acercaba por el callejón con enormes tacones.
— Oh claro —dijo Frank algo embobado mirando el repentino cambio en sus ojos o sus gestos, girándose para abrir la puerta y dejándolo pasar antes de volver a cerrar la puerta— Mi departamento está en el tercer piso, 3-A para ser exactos —se mordió los labios al notar el vaivén de sus nalgas en esos apegados jeans— El ascensor no funciona desde… creo que desde que fue construido —sonrió— Así que vamos por las escaleras.
— No hay problemas, de hecho no me gustan los ascensores —murmuró abriendo los ojos y mordiéndose los labios— Sufro de claustrofobia o algo así —agregó arrugando la nariz y adelantándose, notando la mirada de Frank sobre sus nalgas, pero sonriendo para si sin decir comentario alguno.
— 3-A, llegamos —volvió a tomar el manojo de llaves, pero antes de abrir la puerta notó que la vista de Gerard estaba pegada en la otra puerta del piso— Ah por cierto, en el 3-B vive una familia de inmigrantes japoneses, no les gusta hablar y cada cierto tiempo desaparecen los animales pequeños… o los bebés.
— ¡Oh Dios mío! ¿Estás bromeando? —murmuró Gerard horrorizado. Frank negó lentamente, pero al notar el gesto de desagrado que se formó en la cara de Gerard lanzo una débil carcajada.
— Era una broma ¿No lo notas? ¿En el tono de mi voz o algo? —Gerard negó ahora— Está bien. La verdad es que vive un tipo, pero no habla mucho con nadie, creo que es judío y no le gusta la ‘gente de por aquí’ pero no tiene más dinero para pagar algo mejor —murmuró arrugando la nariz y volteándose a abrir la puerta del apartamento.
— Ya veo… —susurró Gerard, aun algo asustado por la historia de los Japonenses.
Frank abrió la puerta haciéndole un gesto con la cabeza a Gerard para que entrara y cerró rápidamente la puerta a sus espaldas, adentro no era tan malo como Gerard lo había imaginado y si bien era un lugar pequeño, no estaba tan mal. La sala estaba pintada de un color crema y el techo era blanco, los sofás que estaban en el centro eran negros y la mesita de centro del mismo color, con muchos cigarrillos a medio fumar sobre ella y miles de marcas de vasos. Frente a ellos había un mueble bajo con un enorme televisor de 42’ o 45’ pulgadas al parecer.
Junto a la pared izquierda había un enorme mueble con decenas de libros de diferentes tamaños y algunos con colores llamativos, en la parte alta de éste había muchas películas y una Wii con unos cuantos juegos en el otro extremo. En la pared contraria había un ventanal de dos puertas y una pequeña terraza que daba a la calle. Junto al ventanal había un pequeño mueble de vidrios con unos cuantos tragos diversos dentro de esta y más allá una barra que al parecer, se usaba como mesa para comer con dos sillas altas.
Detrás de esta al parecer estaba la cocina, de un tamaño reducido pero totalmente equipada, con una montaña de platos sucios sobre el lavaplatos. Al final de la misma pared había una puerta medio abierta que quizá daba a una habitación, los ojos de Gerard viajaron por todo el lugar, faltaba una puerta ¿No? Anotó este detalle para preguntarle luego.
— Lindo lugar —dijo sentándose en el borde de uno de los sofás.
— Lo dices sólo para ser cortés —Frank río ladeando la cabeza.
— No, hablo completamente en serio, me gusta —sonrió mostrando sus pequeños dientes, aun buscando la segunda puerta.
— ¿Un trago antes de ir a la cama? —dijo caminando hacia el mueble de vidrio y sacando una botella de vodka y dos vasos, caminando hacia el sofá y llenándolos antes de ofrecérselo a Gerard— Tomaré tu silencio como un sí —sonrió tomándose el propio. Necesitaría alcohol en el cuerpo antes de hablar.
Gerard se tomó todo el contenido de su vaso, acomodándose en un sofá de un cuerpo.
— Y bien Gerard Way… ¿Cuántos años tienes? —se acomodó en su sofá, bebiéndose el contenido de otro vaso.
— 23 años, los cumplí hace dos meses — Sonrió soltándose un poco más al sentir el calor del vodka inundar su cuerpo. — ¿Y tú, Frank Iero?
— Dieci…. —comenzó y el rostro de Gerard se distorsiono.
— ¿ERES MENOR DE EDAD? —exclamó horrorizado.
— No, iba a decir 19, de hecho cumplo 20 en cuatro meses —sonrió ladeando la cabeza— ¿Por qué te horrorizo la idea de que fuera menor de edad?
— No, por nada, es que me pareció demasiado extraño que un menor de edad viviera solo y tuviera un trabajo tan arriesgado —se encogió de hombros.
— ¿Arriesgado? Sólo preparo tragos y los sirvo —se rascó la nariz— Y vivo solo desde que cumplí la mayoría de edad, odio los suburbios y quería mi espacio, mi mamá era una maniaca de la limpieza que estaba todo el día molestándome.
— Debe haber sido lindo —sonrió con nostalgia.
— ¿Eso crees? ¡Era terrible! No me dejaba hacer nada por mi cuenta y papá, wow, papá era el peor. Y el que me fuera de casa fue como un grito de ayuda, algo como: ¡Quiero mi puto espacio ahora! ¿Entiendes? —ahora hablaba más rápido y sus mejillas se tornaron de un leve carmín.
— Mi madre murió hace un tiempo y papá nunca tenía tiempo para la familia… con mi hermano, nos criamos juntos, es todo lo que tengo, lo que más me importa —sonrió con la vista pegada en el piso. Pensándolo bien, no había sido una buena idea irse dejando a su hermano atrás.
— Wow amigo, yo lo siento ¿Sabes? A veces hablo como un idiota y… wow, de verdad lo siento —se desordenó el cabello y luego se rasco la barbilla.
— No, no es tu culpa, además con el alcohol me puse sentimental —sonrió con el brillo en los ojos, dejando el vaso a medio beber en la mesa— ¿Vamos a la cama?
El vodka de Frank salió disparado. Por su nariz.
Estuvo los siguientes minutos intentando retomar la compostura y cuando lo hizo la interrogante de Gerard se acrecentó a niveles colosales.
— ¿Cuál es mi habitación? —preguntó una vez Frank se hubo recuperado del todo.
— Eso era lo que tenía que decirte… —comenzó Frank, aun tosiendo.
— ¿Qué hay con eso? —inquirió Gerard, buscando en sus ojos.
— Es que no tengo una habitación disponible, sólo hay una —dijo disculpándose con una sonrisa de lado, Gerard tragó saliva pesado. Demonios ¿Qué haría ahora?
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common people ・ frerard
FanfictionGerard Way es el hijo mayor de un importante empresario y es su deber el tomar el puesto como cabeza de empresa ahora que su padre es mayor. Pero no está en sus ambiciones, él quiere seguir sus sueños. El arte. Para eso, deberá huir de casa y empeza...