Capítulo X

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El sol cayó rápidamente y la gente comenzó a inundar el bar, la música electrónica llenaba cada rincón del lugar y hacía más llevaderas las miradas furtivas que Frank y Gerard se daban desde sus puestos de trabajo. Frank corría desde un lado a otro en la barra, preparando tragos, rellenando vasos, limpiando y lavando mientras Gerard se mantenía fijo frente a su caja registradora, intentando no entablar conversación con nadie por el nerviosismo de su primer día o noche de trabajo y llevando las cuentas mentales sin la necesidad de una calculadora.

Cuando ya habían marcado las dos de la mañana, el bar comenzó a vaciarse notablemente y algo extraño para ser día viernes. Pero eso les dio tiempo para hablar por primera vez de algo que no fueran pedidos.

— ¿Y… qué tal? —Frank se sentó sobre la barra, sonriéndole a Gerard quien se mordió los labios.

— No creí que fuese tan divertido y fácil —contestó encogiéndose de hombros— Pero te he visto correr mucho en la barra, sudado no te ves sexy —comentó sin saber bien por qué, quizás las luces o la hora habían despertado el otro Gee, o quién sabe.

— ¿Eh? —Frank hizo una mueca terriblemente extraña, lanzando una carcajada luego— Hasta sin ropa me veo sexy, bueno así me veo mucho más sexy —agregó entre dientes, riendo divertido por su propio comentario.

— En fin —Gerard tosió desviando la mirada— Quiero que me enseñes a preparar tragos, para poder ayudarte —sonrió restándole importancia a su petición, pero Frank enarcó una ceja, bajándose de la barra y caminando hacia el mini congelador.

— Está bien Gee, comenzaremos con un…  —musitó mirando el congelador— Un ruso blanco, es el trago más común que se sirve en este lugar —agregó volteándose con un pequeño frasco que contenía leche evaporada, unos cubos de hielo en una cubeta y un tanto de Baylis ya preparado, dejándolos en la barra y yendo a buscar una botella de vodka absolut junto con dos vasos old fashion.

— Veamos —Gerard se refriego las manos levantándose de su lugar y parándose junto a Frank, peligrosamente cerca de él.

— Okaaay —Frank le miró con los ojos entrecerrados y volvió a mirar hacia sus ingredientes— Toma el vaso —Gerard asintió tomando un de ellos— Ahora agrega dos hielos —el esmeralda lo hizo y Frank le siguió— Ahora algo de leche evaporada.

— ¿Ahí? —Gerard frunció el ceño, creyendo que se le había pasado la mano.

— ¡Ahí, ahí! —exclamó Frank haciéndole un gesto con la mano— Ahora pone un poco de Baylis, sólo un poco ¡Bien! —sonrió enormemente— Y finalmente, el vodka hasta el borde.

— ¡Listo! ¿Ya está? —murmuró Gerard mirando su vaso de reojo.

— Sí, ya está. No es muy difícil ¿Cierto? —Frank sonrió tomando su vaso— Te propongo un brindis —guiñó un ojo poniendo su vaso frente a Gerard, quien le imitó hasta dejar su vaso a milímetros del contrario— Brindemos por ti y por tus decisiones, por tu nuevo trabajo, por tu muy guapo compañero de piso y… por nosotros, por que esto perdure —sonrió enormemente, notando el rubor en las mejillas de Frank.

— Por que  perdure —asintió Gerard, chocando el vaso con el contrario y llevándolo a sus labios luego, sintiendo el suave sabor de la leche evaporada mezclado con el áspero tacto del vodka y la dulzura del Baylis, era simplemente perfecto— Hermoso ruso blanco —murmuró tomando los últimos restos de su vaso.

                                                                           *

Las horas siguieron pasando y mientras tanto ellos siguieron preparando distintos tipos de tragos que maravillaron a Gerard por su simplicidad y maravilloso sabor. Cabe decir que nunca había tomado tantas mezclas diferentes y ahora, siendo casi las cuatro de la mañana su cabeza daba vueltas de forma dramática.

— Gerard ¿Estás bien? —Frank murmuró buscando sus ojos, mientras Gerard se aferraba a la barra con fuerza.

— Sí, sí es sólo que… está temblando y ¡Las botellas! —exclamó de pronto volteándose y encontrándose cara a cara con Frank.

— No pasa nada Gee, tranquilo —susurró despacio frente a sus labios— No más licor por hoy, muchacho —agregó riendo, notando la palidez en las facciones de Gerard y la extraña forma de modular.

— Estoy bien, sigamos, me maree un poco pero… sigamos preparando y probando y… —de pronto sus pupilas se contrajeron y empujando a Frank contra la barra salió corriendo en dirección al baño.

Desde su lugar en la barra Frank podía escuchar las arcadas de su amigo y le causó algo entre ternura, lástima y mucha risa, pero en vez de hacer comentarios se limitó a hacerle una llamada al dueño del bar. Minutos después Gerard salía del baño con el estómago agarrado en una mano y sosteniéndose fuertemente contra la pared con la otra.

— Eso fue asqueroso… murmuró bajito, su rostro goteaba agua.

— Me lo imagino, se escuchaba hasta acá —Frank sonrió y luego se acercó a Gerard, hasta ahora no se había dado cuenta que el bar estaba completamente vacío y limpio ¿Cuánto tiempo había estado encerrado en el baño vomitando? Le tomó la mano y lo guío hasta la salida— Vamos, Bob nos llevará a casa, pasó a buscar su auto en la tarde  —agregó cuando Gerard se disponía a preguntar— Dudo mucho que llegues caminando a casa así como vas.

Apagó todas las luces y metió la gaveta de la caja registradora en la caja fuerte antes de activar la alarma y cerrar la puerta a sus espaldas, luego tomando a Gerard de la mano nuevamente lo guío hasta el auto plomizo que estaba estacionado a metros de la puerta principal.

— ¿Estás bien Gerard? Te ves terrible —Bob comentó divertido, mirando por el espejo retrovisor y el pie en el acelerador para luego desviar la vista hasta su amigo— ¿Qué le diste? De seguro querías emborracharlo para hacerle quien sabe qué en casa —alzó una ceja bromeando.

— ¡No soy un maniático sexual como tu! —exclamó Frank con fingida molestia— Y comenzamos con unos rusos blancos, luego pasamos a más mezclas de vodka y terminamos con algo de tequila y whisky —río mirando a Gerard quien reposaba con la cabeza afirmada en su hombro, completamente ajeno a la conversación.

— Déjame decirte enano, que por muy amigos que seamos, el bar es un negocio ¡No es para consumo! —gruñó riendo luego— Llegamos, bájalo antes de que me vomite el tapiz del auto y hasta mañana— Bob sonrió guiñándole un ojo a su amigo y viendo como movía a Gerard con ternura para luego ayudarlo a salir del auto.

En los años que Bob llevaba conociendo a Frank Iero jamás lo había visto mostrarse de esa manera con alguien, ni siquiera con las novias que había tenido anteriormente y algo dentro de le decía que este tipo era el indicado. Sonriendo los vio perderse en el edificio para luego marcharse a su propio departamento donde lo esperaba una partida guardada de Call of Duty.

                                                                           *

Subir las escaleras no costó mucho, en algún momento Gerard había despertado y se veía mucho mejor que en el bar luego de salir del baño. Juntos entraron al departamento y Frank aun sin fiarse de las capacidades del esmeralda para caminar solo, lo acompaño hasta la habitación.

— Buenas noches Gee —sonrió dejándolo acostado sobre la cama, con la misma ropa puesta pero quitándole el calzado antes.

— No te vayas… —murmuró quedo, con la cara contra la almohada.

— ¿Qué? —Frank escuchó perfectamente y su corazón dio un vuelco. Pero para cerciorarse de que lo que sus oídos escuchaban era cierto, interrogó.

— Que no quiero que te vayas… quédate conmigo, aquí… hay espacio para los dos —sonrió desde la cama, palmeando el lugar a su lado y guiñándole un ojo al avellana. Quien se quedó parado meditando la situación.

¿Qué meditando? Si lo que más quería era hacerlo pero ¿Gerard seguiría viviendo ahí si tenían sexo ahora? Le daba miedo intentar averiguarlo pero… no perdía nada con hacer la prueba.

common people ・ frerardWhere stories live. Discover now