— Mhgm Gerard… quiero que… me hagas el amor… — Frank murmuró despacio, casi en un susurro, logrando que Gerard se sonrojara y el bulto de sus pantalones aumentara considerablemente.
Gerard siguió besándole el rostro y el cuello, pero no sabía que debía hacer. No estaba acostumbrado a ser activo y no se imaginaba siéndolo con Frank. Pero si él le estaba dando el pase para hacer tal cosa, no podía negarse. Y para esto usaría toda su experiencia, que no era mucha, para así no parecer un niñito mimado que no sabe de la vida. El menor se le quedó viendo un rato, pero cuando Gerard se quitó la camiseta y la dejó caer a un lado, le imitó. Tenía un poco de curiosidad, quería saber que le haría Gerard y aunque fuese lento, por que imaginaba que no tendría mucha experiencia, le seguiría el paso.
Cuando se volteó a ver a Gerard éste estaba en boxers solamente y se sorprendió al notar la rapidez con la que se había librado de su ropa. Alzó una ceja y tuvo que morderse los labios para retener un gemido ronco cuando Gerard se lanzó a mordisquear uno de sus pezones.
— Ogh Gerard… —jadeo echando la cabeza hacia atrás, mordiéndose los labios y sintiendo los delicados labios pasearse por su torso desnudo.
El de ojos verdes no dijo nada, estaba absorto en la exploración del cuerpo contrario, sus labios se paseaban con delicadeza desde el cuello del menor hacia el nacimiento de sus vellos púbicos un poco más abajo del ombligo. Frank aferró con fuerza sus dedos a la madera de la mesa de billar, mientras que los dedos de los pies se retorcían ante el toque inexperto de las manos contrarias. Se sentía perdido ante el tacto de Gerard, por que aunque muchas veces había tenido sexo… pocas veces había hecho el amor.
Pronto sus ojos se encontraron con las orbes verdes, se había detenido a mirarlo por que Gerard había cesado de tocarlo y creyó que algo andaba mal, su mirada se perdió en el verde de la mirada del mayor, quien estaba parado frente a él y lentamente se ponía de rodillas delante de él.
— ¿Gerard? —dijo en un gemido, pero éste le ignoró.
Las manos de Gerard subieron a la cintura del contrario, desabotonando sus jeans y bajándolos con lentitud para luego quitarle las converse y así deshacerse de todo esto. Pronto estaba bajando los boxers de Frank, con tanta lentitud que cada movimiento hacía que éste se estremeciera un poco más.
Cuando por fin lo tuvo desnudo, Frank echó la cabeza nuevamente hacia atrás, esperando que ahora Gerard se levantara, lo lubricara y comenzara a penetrarlo. O esperando sentir los labios contrarios sobre su miembro que lucía erecto bajo su torso. Pero nada de esto pasó.
Gerard seguía absorto y de rodillas frente a él, lentamente se puso de pie y tomó una de las piernas de Frank, para comenzar a dar pequeños besos desde un poco más debajo de la rodilla, hasta el pie y luego de vuelta, esto se repitió con la otra pierna y Frank sólo podía mirarle con el rubor cubriendo sus mejillas.
Quizá el ser un inexperto a la hora de hacer el amor, le convertía en alguien más rápido, por que sin poder evitarlo una de sus manos abandonó la madera de la mesa de pool y viajó hasta su erección, comenzando a masturbarla con rapidez mientras Gerard seguía absorto en la extraña belleza de sus piernas.
— Ogh… Gerard… —su cabeza no podía procesar otra frase, se saboreaba los labios con lentitud mientras su mano subía y bajaba en su falo erecto.
Los labios de Gerard comenzaban a subir poco a poco, ahora eran los muslos del menor los que tenía su atención y éste le miraba suplicante, pero como si Gerard tuviera todo aprendido por libreto, no le dedicó la mirada. Fue cuando sus manos subieron hasta el sexo de Frank y empezaron a masajearlo en conjunto, que el menor no aguantó más y bajó en busca de sus labios, apresando el labio inferior del esmeralda, lamiendo parte de su cara y luego encontrándose con la otra lengua, moviéndola frenética en busca de contacto.
Gerard separó sus labios rápidamente y le lanzó una mirada a Frank, como pidiéndole permiso para avanzar. Éste le respondió con el esbozo de una sonrisa y Gerard se acercó a lamer lentamente la base de su miembro, deteniéndose en los testículos y luego subiendo por toda la extensión de ésta.
— Omhg… —se mordió los labios fuertemente y sus piernas se cruzaron detrás del cuello de Gerard. Por Dios, nunca se lo habían hecho así.
Frank afirmó sus manos sobre la mesa de billar, pegando la vista en el techo y gimiendo suavemente con sus labios entreabiertos. Gerard movía sus dedos y su lengua con una precisión impresionante, sin pronunciar palabra en ningún momento. Demasiado concentrado en el maravilloso trabajo que hacía allá abajo.
Pero luego de un rato gimiendo y sintiendo placer de una manera increíble, sentía la necesidad de tenerlo dentro. Y en vista de que Gerard no entendía a miradas o gestos, tuvo que pedirlo. Oh Dios, se sentía como una perra.
— Gerard… —jadeo cubriéndose los ojos con una mano y éste levantó la cabeza— Quiero que… —no sabía cómo hacerlo, lo había dicho antes; claro. Pero nunca se había sentido tan inexperto como ahora… era como la primera vez, sólo que con más fuegos artificiales— Te quiero dentro…
Gerard abrió los ojos y se detuvo, su mirada se paseo sobre el rostro rojizo del contrario quien seguía con los ojos tapados y mordiéndose los labios se quitó las piernas del menor de sobre los hombros para ponerse de pie nuevamente.
— Recuéstate —ordenó Gerard, con la voz particularmente ronca.
Frank siguió sus instrucciones y el mayor se acercó un poco más al borde de la mesa de billar, las piernas del avellana se cerraron en torno a su cintura y lo apegó a su cuerpo. Gerard notó como la entrada del contrario quedaba justo a la altura de su erección, y mordiéndose lo labios comenzó a entrar lentamente.
Una serie de gemidos escapó de los labios contrarios y suspiró fuertemente cuando Gerard estuvo dentro y comenzó con las suaves pero certeras embestidas. Las manos del menor buscaron las contrarias y Gerard las atrapó en el aire, entrelazando los dedos con los contrarios y ayudándose así a hacer más profundo cada movimiento.
— Gerard… —jadeo una vez más.
— No digas nada…
Contestó éste, acercándose lentamente al torso del contrario, Frank curvó levemente su columna para tener acceso a los labios ya hinchados del mayor, una de las manos de éste se soltó del tacto y se cerró detrás de su cabeza, acercando aun más sus labios y profundizando el beso mientras las embestidas aumentaban en fuerza.
Gerard volvió a alejarse de sus labios y pegó la vista en un punto sobre la cabeza de Frank, su cintura se movía fuertemente, chocando con la erección latente del contrario quien pronto comenzó a sentir el ardor en la base del mismo.
— Gerard ya… ohg… —jadeo al sentir la presión subir por la extensión de su sexo, notando luego como tanto su torso como el contrario eran cubiertos con su líquido seminal. Un suspiro se escapó de los labios del menor, pero Gerard aun no terminaba y profundizando aun más cada estocada, tocó ése punto en el interior del menor.
— Oh mi... oh Gerard… ogh… —sus labios se cerraron fuertemente, quedando convertidos en una línea, sus ojos se pusieron en blanco y la respiración cesó por unos instantes. Fue entonces, con la presión y la pasión acumulada, que Gerard se vertió en el interior del menor. Con un jadeo ronco terminó su parte y escapó del interior del avellana.
— Eres… nunca… yo… —tenía la mente en blanco todavía, como decirle a Gerard que nunca se lo habían hecho de esa manera sin sonar mal— Te amo, Gerard… —fue todo lo que pudo decir y al parecer fue suficiente, porque éste lo tomó de la cintura para acercar su torso al propio y volvió a fundir sus labios en un beso.
— Igual yo… —respondió dejándole un pequeño beso en la punta de la nariz para luego volver a sus labios.
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common people ・ frerard
FanficGerard Way es el hijo mayor de un importante empresario y es su deber el tomar el puesto como cabeza de empresa ahora que su padre es mayor. Pero no está en sus ambiciones, él quiere seguir sus sueños. El arte. Para eso, deberá huir de casa y empeza...