VIII

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La Muerte cayó a los brazos de Inas dormida luego del beso, Leti tenía los ojos abiertos cuando esto paso, se levantó lentamente mientras Inas dormía también, a paso lento se acercó lo suficiente como para percibir el aliento de quien yacía frente a ella, sonrojada, se acercó mas, sus labios estaban dudosos de como hacerlo bien, Leti se decidió, su labio superior toco el de Inas, para este que, había abierto los ojos, fue un momento de desesperación, sus brazos rodearon la cabeza de Leti presionándola contra su boca, un beso apasionado, La Muerte despertó, separando a Inas de Leti.

-¡Hey! ¿Qué haces pervertido?- gritó La Muerte sonrojada, Inas estaba en el piso sorprendido.

-Un beso- interrumpió Leti- uno con pasión ¡No como el tuyo pequeña niña!- cruzando los brazos.

-¿Niña?- La Muerte giró la cabeza hacia Leti con furia en los ojos- ¡Tengo mas de cuatro millones de años!- Inas trato de detenerlas, pero un aura proveniente de las dos lanzó a Inas por los aires.

-¡Ah! ¡Lo siento señora! ¿O debería decirte antiguedad? Tal vez pieza de museo...¡Si así mejor!- se burló Leti.

-¡Vaya!- gritó Psycho- ¡Una pelea de gatas!- después de esta frase gruño.

-¡Cállate!- dijeron al mismo tiempo, mientras Psycho se subió al hombro de Inas que estaba aún tirado.

Leti miró a los ojos de La Muerte que cambiando su coloración verdosa a morada, emanaron un gran poder.

-Así que ¿Intentas matarme con la mirada?- La Muerte se asombró, Leti tomó su rifle y le apuntó- No puedes matar a algo muerto- murmuró.

La bala del rifle recorrió el cañón hasta llegar a la boca, sonó el rugido del disparo, la bala viajaba rápidamente cortando el viento, un metal blanco se atravesó, un escudo, nadie se dio cuenta de que en medio de las dos había aparecido otra persona, era alto, rubio y de su espalda brotaban seis alas doradas, este ángel miró a La Muerte.

-Por fin la he encontrado, señorita- dándole la espalda a Leti el ángel caminó hacia La Muerte.

-¡No te acerques!- gritó.

El ángel se detuvo frente a ella, desenvainó una espada hecha de los mas raros metales y joyas.

-Señorita si no viene conmigo, la llevare a la fuerza.

Inas apareció frente a él con shirubatsubame desenfundada, el ángel rió, Inas solo frunció el ceño. Al parecer el ángel portaba la misma armadura que La Muerte.

-Oye- Inas le hablo a La Muerte- ¿Quién es ese?

-Es Gabrieles, un serafín, viene a buscarme por un crimen que no cometí, Inas...- una lágrima cayó al piso- Si me atrapan, desapareceré.

-No los dejaré- Inas le sonrió a La Muerte.

(Canción épica, escúchenla para leer esta parte)

Inas miró al ángel, este sonrió, soltó una carcajada detrás de la bufanda, su katana brilló carente de luz, el ángel cargó contra Inas, sus espadas chocaron estallando en un mar de chispas, el ángel continuó su ataque y repetidas veces el ángel golpeó a Inas con su escudo desequilibrando el cuerpo de este, uno de esos golpes dio en su cara, una herida profunda sangró, el ángel aprovechó la oportunidad para darle el golpe de gracia con su espada, levantó el filo sobre su cabeza y cuando esta cayó solo se encontró con la katana de Inas, un ojo se colocaba rojo mientras que la mano izquierda ocultaba el ojo izquierdo a la vez, Psycho tomó posesión del cuerpo de Inas, la velocidad del combate aumentó, la katana brilló aún mas, mientras esta, impulsada por la fuerza de Psycho, golpeaba reiteradas veces el escudo blanquecino, el ángel sorprendido por este ataque cayó de rodillas, Psycho derrapó en el piso y cuando se detuvo cargó por ultima vez contra el ángel gritando fuertemente, el ángel tuvo miedo por primera vez e Inas avanzaba a una velocidad de dioses hacía este, sin saber que hacer levantó el escudo de grueso metal, al parecer este escudo era conocido por no haberse roto jamás ni ser atravesado nunca, Psycho se colocó la katana sobre su cabeza como le enseñó el viejo, con una gran fuerza desató su furia Inas y Psycho a la vez sobre el escudo, la katana impactó, este aguantó, gritaron y del cuerpo brotaron ambas voces, la katana poco a poco rompía el grueso escudo, gritaron mas fuerte, el ángel se sorprendió aún mas al ver que su escudo cedía, pero con un gran golpe se quitó a Psycho de encima, el ángel se levantó, al ver su escudo rotó por un mortal lo arrojó al piso, con solo la espada en mano arremetió contra Psycho, colocando la katana de lado Psycho esperó a su oponente, como un destello de luz el ángel golpeó y con un rápido movimiento la katana carne alcanzó, el ángel cayó, Psycho gritó de una manera jamás vista en un humano, se acercó al ángel riendo como loco y sin duda alguna se propuso a desmembrar la cabeza de este, pero algo lo detuvo, Inas volvió a su cuerpo, miró al ángel, "Vete y no vuelvas" le dijo dándole la espalda. Inas llegó donde Leti y la abrazó, al oído susurró "Si me amas, no pelees, ella ahora es mi guardiana, no tengas celos, yo igual... Inas fue interrumpido por el abrazo de alegría de La Muerte y la aparición de Psycho en su forma miniatura, el ángel había desaparecido, mientras que Inas, Psycho, Leti y La Muerte siguieron su largo caminó, el mar se veía a lo lejos, habían llegado, desde la cima de una colina se divisaba el pueblo, La Muerte iba a lomos de Inas y Leti con Psycho en el busto.

Leti dio un paso al frente de Inas y dando media vuelta sonrió.

-Te amo Inas- dijo esta roja.

-¡Eh! ¡No puedo perder!- pensó La Muerte y bajándose de un Inas muy sonrojado, dándole un beso sin antes mostrar una malvada mirada a Leti- Yo te amo más, Inas- estaba aún más rojo, mientras La Muerte seguía con la cara de Inas entre las manos.

-¡Nadie le da un beso al manatí!- dijo Psycho tirando uno al aire.

-¡No!- gritaron las dos, Inas rió.

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