XXX

44 4 0
                                    

"Déjame ver, lo que hay para saborear esta vuelta, la verdad, la mentira y la mueca de tu ingenuidad..." -El final es en donde partí, La Renga.

El corazón de Ghealach latía cada vez mas rápido, por culpa del miedo y la desesperación, solo quería ver a Salma.

Ella sintió una chispa, frustración, el amor que sentía por Ghealach, se desvanecía, poco a poco, la verdad era que ella jamás sintió algo por el, solo fue momentáneo, pero al ver que no pudo detenerlo, no pudo cumplir su capricho, se enfureció, una puerta se abría, de la cabaña salía Ghealach vendado y curado apoyado en Jacey, que al ver la mirada de Salma se alejó dejando a Ghealach frente a ella.

Los ojos de Inas se abrieron en otra parte del pueblo, estaba en pleno centro de la calle, Erseth lo miraba y Adabbas estaba sentado junto a el, le extrañó no ver a Leti, se sentó, Adabbas con el fervor de la emoción abrazó a Inas, pero su mirada en realidad buscaba a Leti, acarició la cabeza de la pequeña, recordó que ella había llorado junto a el, pero también recordaba las palabras, "Me desvanezco", se preguntó por que, pero no encontró la respuesta, como su mirada no encontró a Leti.

La sonrisa de Ghealach fue respondida por una vaga sonrisa de su amada.

-Hola- dijo Ghealach extrañado.

-Hola- dijo Salma con tono tierno exagerado- ¿Cómo estas?

-Bien, desde que te vi- rió Ghealach, Salma mostró una sonrisa extraña.

-¿Qué pasa?- inclinó la cabeza hacía el lado derecho.

-Nada...

-Bien...

Salma miró a Ghealach y ella no lo miró.

-Enserio, dime que te pasa- Ghealach la miró fijamente.

-No lo se...  

La ignorancia no es una buena opción.

-Si no me quieres decir...

Silencio.

-Te amo- dijo Ghealach abrazando a Salma sin saber que hacer, su inmortalidad le decía con experiencia lo que iba a pasar.

-Yo igual...

La respuesta no fue verdadera, Ghealach lo sintió.

-¿Por qué no me dices que te pasa?

-Porque no lo se.

-Es tu problema...

La mirada de Ghealach busco el corazón de Salma, pero su cara de frustración se mostró.

-¿Acaso no me quieres?- dijo Ghealach.

-En verdad...- Ghealach sintió la respuesta en su oído antes de que saliera de la boca de su amada- en verdad no lo se...

-¿Crees que debemos separarnos?- dijo Ghealach creyendo que sabia que no lo haría.

-Tal vez...

El corazón de Ghealach tembló, se estrujó, la mano del destino lo hacía, fuertemente apretaba el corazón de Ghealach.

-¿No me amas?- dijo separando a Salma de sus brazos.

-No lo hago como antes...

-Pero si solo llevamos unos días juntos- Ghealach no lo podía creer, no quería creer.

-Yo quiero, controlar mi vida, no quiero ningún héroe, ningún salvador, no quiero eso.

Ghealach no comprendía, cayó sentado al piso, sus manos buscaron su cara.

-Entonces...¿Debemos separarnos?

-Si...- dijo Salma con tono normal.

Pasaron un rato en silencio, Ghealach no dejaría que Salma se separara de el, tenía que actuar, rápido, ya que sabía en el fondo, que Salma tenía solo un sentimiento infantil hacía el.

-Tu llama se apagó... se esta apagando- susurró Ghealach.

-Si... algo así.

-Puedo encender tu fuego.

-No, ya no.

-Solo déjame hacerlo por favor.

-No cambiare de opinión.

-Pero dime la verdad- la confusión atacó- ¿Por qué?

-Porque realmente no sirvo para estas cosas, tu te esfuerzas mucho pero yo no puedo, es mi naturaleza, no importa que haga, no puedo ser... sensible.

-Escusas- dijo Ghealach.

-Intenta si quieres, no cambiaré de opinión.

-Pero que pasó desde el ayer hasta hoy ¿Qué?- desesperado Ghealach.

-Empecé a pensar en mi, me siento rara.

-Rara ¿Por qué?- una lágrima apareció en su mejilla.

-No lo se...

-No me rindo.

-¿Qué has dicho?

-Que yo no me rindo.

-Es la verdad Ghealach, la verdad, no siento lo mismo por ti.

-Bueno en realidad puede que la mentira y la verdad sea la misma, no puedo parar de pensar en como te amo, se que suena estúpido, lo sé, pero jamás dejaré que tu llama se apague, solo buscare que encenderla, se, se que en el fondo, aún me amas, dentro de tu corazón de diosa, lo se...

-No me importa lo que digas, es tiempo de callar, no hablaré mas.

Salma se alejó de Ghealach caminando hacía donde Ghealach miraba, este se paró.

-No me sigas, si lo haces, te... destruiré.

Ghealach lo hizo igualmente, puede que Salma no se diera cuenta, su mano derecha quedo atrás, era Ghealach que la sostenía con la izquierda, su fuerza era superior, Ghealach tiró de ella, su cuerpo giró la mirada de Salma era hacía los ojos de el, un beso, eso fue todo, Salma se enfadó, pero en el fondo, algo surgía, algo, algo...

Inas vio como Leti aparecía tras una cabaña, se paró inmediatamente, corrió tras ella, pero estaba muy débil, no sabia que quiso decir Leti con las palabras "Me desvanezco", no lo sabía, solo sabía que Adabbas le impidió moverse, debía descansar, ahora debía descansar...



Entre Cadenas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora