El ojo de Inas se abrió, al parecer el Ojo de Dios afectó a su forma original, tornándolo multicolor, como una nebulosa, Inas estaba confuso de vuelta en el mundo de los vivos, era como si hubiera despertado de un sueño de cien años, a su alrededor estaba Leti, abrazándolo, en la cama del lado dormía Ghealach, el niño que creó al robot y el culpable de que exiliaran a Ghealach del paraíso estaba sentado despierto frente a Inas, si mas bien era igual a Ghealach una cicatriz aparecía en su cara de lado a lado, el porque no estaba claro.
-Me llamo Rias, soy el que creo a VO-017, mucho gusto- dijo apenas Inas abrió los ojos.
Pero en alguna otra parte del universo, en otro mundo, seres que eran dioses o así los consideraban tenían una fiesta al estilo monárquico ingles, seres parecidos a los humanos en su totalidad, era un hermoso palacio, grande y de color blanco y dorado, con toques de tonos verdes y lapislázuli, algo parecido al palacio de Versalles en Francia, pero este palacio era cien veces mas colosal y magnífico, en un gran salón los dioses se agrupaban, una gran fuente dorada en medio del salón adornaba el lugar, junto a mesas decoradas con floreros de los mas gustosos lirios y rosas, que combinaban con el color blanco y rojo de los manteles de esas mesones, en cada uno habían diferentes aperitivos, raras frutas de diferentes colores y tamaños junto a las mas majestuosas bestias cocinadas a fuego lento, una banda se colocó en una esquina del salón, cargando violines, violas y violinchelos el director los hizo sentar en las mas lujosas sillas de oro y plata, ante esto el publico aplaudió.
(No es la viva imagen del salón ni nada :3)
Con música lenta comenzaron a tocar, el ambiente era romántico, por el final del salón una gran escalera que se partía en dos para llegar a un punto medio y luego bajar resonó con los pasos de Cretek, este estaba vestido con una gran traje de esmoquin y su pelo amarrado hasta el piso, su pelo blanco además estaba adornado con hermosas flores, aunque suena un poco cursi, se veía bien el dios de la humanidad, acompañado de la música su voz resonó en el salón.
-Señores invitados, seáis bienvenidos a mi humilde morada, espero que os paséis bien- todos aplaudieron frente a este anuncio, las damas mientras sus abanicos gigantes mas pequeños que sus grandes vestidos- Bueno, si mas bien este baile era para que podáis divertiros, os he convocado por otra razón, mis hijas, mis hermosas y tiernas tres hijas, están en la edad de casarse, por eso, os he convocado, jóvenes dioses seáis bienvenidos a cortejarlas.
Por la escalera bajaron tres muchachas, la primera de pelo blanco, tan blanco que relucía con un gran brillo, el pelo dejaba ver a su vez, dos grandes cuernos de color café, su pelo era del mismo color que sus ojos, su tes blanca y su vestido del mismo color emitían un aura de libertad y pasión, ella se paro tras su padre, frente a un cuadro que estaba en el punto medio de la escalera, un cuadro de colores de tonalidades amarillentas, mostraba ciudades y pájaros volando, los invitados jóvenes se emocionaron tras ver semejante belleza.
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Entre Cadenas
Fantasy¿Sentir? ¿Amar? Cosas que jamás sentirá, da igual que pase, da igual lo que lo rodee ¿Acaso el mundo acabó? No... aun hay esperanza, caminar es lo único que le queda, seguir sin tiempo ni espacio determinado, a pesar de que sabe donde está, no recon...