XV

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Ghealach estaba sentado detrás del par de tórtolos, al parecer no le desagradaba la idea de una serpiente marina mascota, Inas lo vio, ambos se miraron a lo lejos, Ghealach se levantó y caminó hasta donde estaban ellos, colocándole la mano encima a la serpiente marina la acarició.

-Tengo algo que decirles a ambos- Ghealach dijo esto con un tono muy siniestro- Vamos.

-Neh- dijo Leti.

-Ni loco- dijo Inas.

-¡Cállense y caminen!- gritó Ghealach- Idiotas.

Ambos lo siguieron hasta la cabaña donde Adabbas estaba durmiendo, la puerta abierta se mostraba, se veía a la pequeña durmiendo sobre las sabanas y a Psycho sobre sus piernas.

-Perderá las alas- dijo Ghealach apoyándose en el marco de la puerta- Bueno, no las alas, las plumas, Aimatirí Thánato es una técnica cruel para los ángeles, cada pluma se vuelve de metal, son generalmente arrojadas como armas, pero cuando uno vuelve a la normalidad, se pierden- Ghealach se acercó a Inas y Leti- son débiles, ambos, Inas, tu no pudiste ni siquiera golpearme, Leti, lo siento pero, por ti mi hermana perdió toda posibilidad de ser otra vez un ángel.

El ambiente se puso muy tenso, solo los ronquidos de Psycho rompían el silencio, un suspiro por parte del ángel caído tomó la iniciativa, al ver la cara de pena de ambos y sus ojos con preocupación, se paró en medio de los dos, colocando las manos en sus hombros los animó.

-Duerman, mañana- una sonrisa apareció en la cara de Ghealach- Entrenaremos.

Leti fue a dormir en la cama que estaba al lado de la de Adabbas, mientras que Inas fue al sillón, la pequeña se dio vuelta y se acostó de lado, Leti vio como sus majestuosas alas se vieron transformadas a ramas de una rosa quemada, Adabbas había perdido su mayor exponente de poder.

Al día siguiente por la mañana Ghealach entró por la puerta abriéndola bruscamente, Inas estaba despierto de pie esperándolo, Leti por su parte estaba en la habitación despidiéndose de la durmiente, a pesar de que Leti e Inas vestían las ropas de siempre, estos estaban dispuestos a entrenar muy duro para transformarse en verdaderos guerreros. El caído lideró el grupo hasta una cancha de baloncesto del pueblo, allí los esperaban las armas de Leti, mas un cuadrante de tiro lleno de botellas y latas, para Inas no había nada.

-Bien- dijo Ghealach con tono fuerte- Leti toma tus armas y practica, luego veremos tus problemas- apenas dijo esto Leti fue corriendo hasta sus armas- En cuanto a ti- miró a Inas- te enfrentaras a mí.

-Ya me venciste, además, no pude ni golpearte siquiera- con las manos en los bolsillos.

Esta actitud hirvió los ánimos del caído, sin mas que una patada en el trasero de Inas fue, la que los impulso.

-Primero ¿Recuerdas el golpe que te dí?- Ghealach se paraba bien y desenvainaba su espada de marina.

-¿El que me mandó a volar? Si- Inas por su parte desenvainaba a shirubatsubame.

-No tiene nombre, pero por la situación actual la he nombrado "El Toque de Dios".

-¿Que Cretek te tocó?

-¡Cállate! ¡No critiques el nombre!- gritó, luego soltó un suspiro.

Ghealach generó un aura oscura, tan poderosa que Inas se asombró por el miedo que le causó esta energía, toda esta fue absorbida por el dedo de Ghealach, luego esta se esparció hasta su brazo entero, que emanaba esta aura negra.

-Inas, tu también puedes hacerlo, lo sé, solo crea, crea un planeta en tu mente- Inas obedeció- muy bien, cierra los ojos, que el planeta sea rodeado por esta oscuridad, que tu mano lo alcance, que lo tome, sin miedo a aplastarlo- Inas lo hizo- ahora, el ultimo paso, tienes dos opciones, puedes soltarlo o aplastarlo, cada una te llevará a un resultado diferente, pero cuidado, si eliges una, la otra jamás podrás ejecutarla, te daré una pista, yo lo aplasté.

Inas dudó, no sabía muy bien si el poder de El Toque de Dios de Ghealach le serviría, su mente seguía sosteniendo el planeta, pero, poco a poco, lo soltó, Inas vio el planeta caer al vació, se sumergió en la oscuridad eterna, del corazón de Inas brotaron, sombras, estas lo intentaron rodear, sumergirlo en las tinieblas, Ghealach no se movió, el sabía que todo iría bien, Inas sintió como Cretek le hablaba, pero su voz, era siniestra y mas falta de cordura, le decía, "Abre los ojos" así lo hizo, vio las sombras desaparecer en el aire, su ojo izquierdo, se tornó de color blanco, su pupila era de color negro a su vez, pero estaba rodeada de grandes alas del mismo color, todas terminaban en ramas que se transformaban en raíces que terminaban donde el ojo se une a la mente, su ojo, se transformo en una herramienta, que todo lo ve, que todo lo sabe, este ojo, era El Ojo de Dios, Ghealach vio esto, supo de inmediato que opción había tomado, el ojo se fue desvaneciendo poco a poco, Inas a su vez lo hacía de igual manera, cayó de rodillas, muchas imágenes muchos recuerdos saltaron a su mente, el mayor de ellos, fue el de Adabbas y el de Ghealach, los veía cuando pequeños, lo último que sintió fue el grito de Leti pidiendo ayuda, pero no solo el cayó, Ghealach lo hizo también, recuerdos compartidos, tal vez, Inas solo sintió miedo.





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