Inas abrió los ojos otra vez, pero esta fue distinta a la anterior, Leti estaba sola a su lado, Inas pensó en besarle, sus ojos cerrados, su pelo que caía en frente de Inas y su respirar que se sentía tan cerca, cálido y fuerte lo tentaban, Inas se acercó, sonaron como unas cadenas, el corazón de Inas produjo un dolor tan grande que ni Dios mismo hubiera aguantado, el dolor seguía e Inas se desmayó.

Cubierto de tinieblas Inas se vio desnudo encima de la nada misma, Inas vio como aparecía frente a el una persona, de gran altura, de pelo muy largo, de su espalda brotaban alas hechas de las cadenas mas gruesas, su pelo blanco caía sobre un piso que no se veía, este se acercó, le extendió la mano e Inas se la dio, en ese instante las cadenas volvieron a su puesto original sin dejar marca, el corazón de Inas dejo de ser presionado pero las cadenas seguían sellándolo, de la boca del tipo surgieron palabras dándole instrucciones a Inas, "No te enamores. No sufras. No tengas piedad. Si no, morirás."

Inas despertó esta vez desnudo sobre la cama, tendido sin nada encima Inas miró hacia el lado izquierdo, donde no vio a nadie solo la pared blanca, miro a la derecha y tampoco había nadie, la ventanas estaban abiertas y dejaban entrar el frío viento marino, Inas se dio cuenta que en realidad no estaba solo, Psycho estuvo con el todo el tiempo, durmiendo bajo la almohada, en la puerta se escucharon golpes de llamado.

-Pase- dijo Inas con voz alta, Psycho se despertó.

Era Ghealach, que ahora lucía una corbata negra, Inas se preocupo, el tipo que casi lo mata hace unos instantes volvió por mas, pero no era así.

-Lo... lo siento por lo de antes, Inas, entre en frenesí por el dulce aroma de la señorita- dijo Ghealach arrepentido con las manos en los bolsillos.

Inas se levantó y se acercó a Ghealach desnudo.

-¿Cómo puedo confiar en alguien que casi me mata hace unos instantes?- Inas se colocó las manos en la cintura, Ghealach rió.

-¿Morir? ¿Tu?- río de nuevo mas fuerte que antes, tanto que algo escuchó a lo lejos- ¡Ninguna persona que ha besado y visto a los ojos de la señorita puede morir! ¡Ni tu, ni yo! ¡Además no has pasado unos instantes aquí!- río otra vez.

-¿Cuánto tiempo llevo aquí?- tomando los hombros de Ghealach.

-Un par de días.

La mente de Inas se revolvía buscando un sentido a esto, la primera noche durmió con Leti, la segunda con ambas, y ahora era de día, en los sueños parecían segundos que el creía dormir. Ghealach al estar en esta posición con Inas al frente se dio cuenta de su aroma, tenía el aroma de Adabbas en el todavía, Ghealach lo agarró con bastante fuerza de la cintura, fuertemente se separó.

-¡Ese aroma!- gritó Ghealach- ¡Lo extraeré de tu boca!

Psycho, que al parecer, había oído todo, se lanzó a la cara de Ghealach gritándole.

-¡No puedes andar besando gente por la vida! ¡Maldito pervertido!

Inas se vestía mientras pasaba esto, preguntándose a si mismo si la inmortalidad era una verdad, si era verdad su maldición de las cadenas no funcionaria, no moriría a pesar de todas las veces que se enamore o sienta alguna cosa.

Inas abrió la puerta y salio al exterior, afuera era todo color verde, rodeados de campos esta aldea se instalaba junto al mar, pero na había nadie ni nada que dieran señales de vida, Inas miro alrededor, en un banco cercano yacían sentadas Leti y Adabbas, conversando.

-La verdad Leti es que a mi Inas me salvó dos veces de la muerte, por eso le debo la vida, por eso soy de él, le pertenezco a él.

-Lo sé, lo sé, a mi simplemente me gusta, no tengo un sentimiento tan puro, tal vez solo sea amor verdadero, lo que me extraña es tu condición.

-¿Qué condición?- Adabbas miró a Leti, con los ojos cerrados.

-¿¡Por qué cierras los ojos al hablarme!? ¡¿Acaso soy tan fea?!- apuntándola.

-Eres fea, eso esta claro- a Leti se le paró el corazón- pero esa no es la razón.

-¿Cuál es?- dijo Leti tirada en el piso después de que le dijeran fea.

-Estas gorda.

-¡Que cruel!

Inas apareció.

-Leti ¿Podrías sentarte en el banco por favor?- dijo Inas.

-Claro.

-¿Qué quieres hacer?- le preguntó Adabbas.

-¿Pueden mirarse entre ustedes?

Se miraron ambas y en ese momento Inas con gran fuerza hizo que las dos se besaran, Leti se sonrojó, Adabbas entendió el motivo de eso. Ahora Leti también podía mirarla a los ojos, Adabbas así lo hizo, abrió los ojos pero antes de que Leti se separara de sus labios y también sus ojos vieran la luz, un sonido metálico interrumpió la escena, con voz de robot el objeto habló.

-Hola ¿Interrumpo?

Inas intentaba verlo pero la luz del sol le encandilaba, solo veía una figura, una rueda y una boca extraña de donde venían las palabras.

-No, VO-017, esta bien- le respondió La Muerte.

Inas la miró asombrado.


Entre Cadenas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora