Batalla

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-Vaya, vaya, vaya- oí una voz profunda y fría entre el enemigo. De pronto, un dragón mucho mayor que Añil, negro como el petroleo, salio volando de las tropas, poniéndose a nuestra altura en segundos- mis mas humildes honores reina legítima- dijo burlonamente mirando hacia mi dirección.
-No hace falta una guerra en estos territorios, podemos llegar a un acuerdo- dije, intentando que entrase en razón.
-¡Ja!- dijo furioso- me arrebataron MI territorio, me expulsaron de MI trono, ahora vengo a tomar lo que es mio.
-Tafansy no tiene dueño, fuiste expulsado de manera justa por tus viles acciones, y perdonado a no ser desterrado- el me miro con una sonrisa siniestra.
-Gran error- soltó una carcajada- ahora, antes de empezar la batalla, querría que una servidora le presentera sus respetos a su majestad- su tono era divertido- con todos ustedes, la bella, vil e inigualable, Darkness White, mi nueva reina malvada.
De las nubes salio una figura montada en un grifo color azabache, que, desgraciadamente, conocía muy bien.

-Red White- dije furiosa

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-Red White- dije furiosa.
-Ay querida, ya no soy esa, ahora soy Darkness White- se rio- calmate, te saldrán arrugas y en el lecho de muerte no te quedaran nada bien- la pareja se rio fuertemente.
-Bien- corto las risas el rey oscuro- que empiece la batalla.
Dicho esto desparecieron, dejándose ver al final de las lineas enemigas.
Todo paso muy rápido, pero a los segundos, el campo de batalla había sido ya testigo de varias muertes.
Añil lanzo una fuerte llamarada hacia las tropas enemigas de tierra.
Mientras, yo me ocupaba del aire. Criaturas espantosas salían de las nubes y atacaban por doquier. Sople levente, creando un torbellino que arraso con un buen numero de ellas.
Vi como Beast luchaba contra una que le daba problemas, entonces, lance una fuerte llamarada que la mato.
-¡Buen lanzamiento prima!- dijo Beast para continuar luchando.
De pronto, pude notar como la tierra del bosque se movía, justo donde estaban los arboles ayudándonos.
-Añil, ¿que es eso?- dije entre sorprendida y asustada.
-Me temo que malas noticias- dijo lanzando otra llamarada hacia el enemigo.
-Es...- de repente la vi salir, una gran serpiente- ¡es una serpiente enorme!
Oí una risa chillona.
-Oh no- dijo Añil girándose lentamente- esa risa no.
Ante nosotros estaba la bruja mala del mago de Oz- buenas, ya habéis visto a mi amiga de malas hazañas, ahora preparaos para morir.
Lance una llamarada y la esquivo, un torbellino y lo paso de largo, como si nada hubiese pasado, entonces recordé una cosa- luz y oscuridad, no se hacen mal, en un solo corazón ellos suelen habitar, repara lo que un día el amor quebró, restaura lo que la agonía rompió- justo en el momento en el que la bruja estaba ya casi a nuestro lado, de ella empezó a salir mucha luz, luego, se precipito al vacío.
-¿Que has hecho?- dijo Añil
-Recordarle lo que es el bien, estará bien- dije. Volví a mirar al campo de batalla y tome la decisión, necesitábamos ayuda.
Recite los versos que los narradores me habían enseñado- cuando no hay marcha atrás, solo una opción quedara, de los libros sacar, a los personajes de pluma y a volar- alce mis manos y el cielo empezó a tronar. No se veía nada extraño, pero sabía que ya estaban aquí- escritos dispuestos a luchar, las fuerzas de la batalla equilibrad- grite.
El suelo empezó a temblar y unas siluetas se vieron por el horizonte.
-¿Que es eso?- grito Sam
-Eso, es literatura- grite sonriendo, al tiempo de que numerosos ovnis volaran hacia las tropas enemigas. Gigantes aparecieron, cogiendo a la serpiente y estrangulándola. Zeus, junto a otros dioses del Olimpo, atentaban contra las tropas malvadas desde las nubes. Vampiros y zombies atormentaban desde tierra a los enemigos, y como no, fuertes amorosos llevaban a los malvados a morir.
-¿Que has hecho?- dijo rojo de furia el rey destronado, acercándose a lomos de su oscuro dragón.
-Solo igualo fuerzas, como comprenderá, no voy a dejarle ganar
-Te reto- dijo el hombre- quien gane, debe irse y sera desterrado.
-¿Por que debería aceptar sus tratos, los de una vieja rata astuta?- dije yo- ya vamos ganando.
-Es cuestión de segundos, contra mas tiempo, mas muertes, todo eso puede acabar si aceptas el trato.
Mire los cuerpos inertes, levante la cabeza y asenti. Su sonrisa pérfida asomo por su cara.
Empezó a lanzarme maleficios, sin dejarme tiempo para defenderme. Añil se encargaba de protegernos, así que empecé a propinarle golpes de magia.
Llevábamos mas de una hora batallando, nuestras frentes sudaban, y nuestras monturas se quedaban sin aliento, decidí teminar con esto.
Puse mis manos en forma de corazón y luego hice un triangulo por detrás de mi cabeza. Empecé a hacer una esfera con mis manos y comencé a recitar- al final quiero llegar, que se haga justicia, que no haya mal, tras estas palabras recitar, todo mal desterrado de estas tierras sera y ya no podrá volver jamas- una explosión de luz se hizo presente en mis manos. La lance al aire, cuando esta ya estaba a punto de finalizar y explotar el hechizo, cuando ya creía todo ganado, paso lo que no tenia que pasar.
Mire al hombre malvado que había sido rey, su mirada perversa y con odio se dirigió hacia un lugar cerca de nosotros.
-Desaparecere, pero me recordaras por haber terminado con lo que mas quieres- mire hacia allí y mi corazón se paro, Peyton, ajeno a lo que pasaba.
Vi como una bola negra iba hacia el y no dude. Salte de Añil y volé, gracias a un hechizo de aire, interponiendome entre un confundido Peyton y una esfera de energía negra.
Antes de que la bola impactara contra mi pecho, mi hechizo hizo su cometido y todas las tropas malvadas desaparecieron como si nunca hubiesen existido.
Luego oí un grito desgarrador de Peyton y todo se volvió negro para mi.
Mas era feliz, había muerto salvando aquello que quería y aquello en lo que creeía.

El Poder de AMAR (#2CYTZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora