El pueblo de los arboreos nocturnos

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Luna, reina de los arboreos nocturnos, en multimedia
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-Muy buena idea la que has tenido, vayamos en la noche a ver a la reina arbórea que no sabe ni quien eres- dijo irónico Añil
Hacia un rato que Eak se había ido y ya empezaba a anochecer.
-Calmate Añil- dijo Cenicienta divertida
-¡Si! ¡Pareces mi padre!- dijo Lumia burlándose.
Añil solo la miro mal y arrugo su pequeña nariz- aver si eres tan graciosa cuando me convierta- dijo acercándose a Lumia
-Chicos- les regaño Cenicienta- ya es de noche- dijo mirando al cielo estrellado.  Era verdad, la luna ya era la única que ocupaba el cielo nocturno.
-Bueno, ¿y que vamos a hacer? ¿Presentarnos en la corte como si nada?- dijo Añil sarcástico.
-Si- dijo Cenicienta caminando.
-Esta loca- dijo el llevándose una pata a la frente.
-Las mejores personas lo estan- dijo Lumia divertida
-Hoy estas muy graciosa tu ¿EH?- dijo señalándola. Lumia se rio y comenzo a caminar- eyy, esperadme- grito agarrándose de milagro a la crin de Lumia.
Llevaban diez minutos andando cuando Lumia hablo- ¿seguro que ese viejo chiflado nos ha dicho bien la indicación?- bufo- ¡me duelen las patas!
Cenicienta la hizo callar y miro al horizonte. Encendio una llama en su dedo y siguió caminando.
Al poco rato, paro de golpe.
-Es aqui- susurro
Todos se asomaron por las aberturas que dejaban las ramas del arbusto que les servía de escondite.
Frente a ellos se hayaba un pueblo iluminado por la luz de la luna. Todo estaba hecho de piedra caliza, una piedra muy blanquecina que parecía cristal opaco.
-Vaya- susurro Añil impresionado.
-Sigamos- dijo Cenicienta saliendo de su escondite, dejándose ver.
Sus compañeros la siguieron con pasos vacilantes.
Llegaron a un arco de piedra y allí había dos guardias. Su piel era blanquecina, a diferencia de los otros arbóreos cuya piel era morena. Los guardias miraron a la compañía y uno de ellos dijo- ¿adonde vais?
-A hablar con la reina- dijo Cenicienta firme
-¿Quien quiere verla?- dijo el otro
-Dama Blanca, decidle que es de suma importancia. Sus piedras lunares están en juego- el hombre asintió rápido y salio corriendo
A los pocos minutos volvió con la respiración un poco agitada y dijo- la reina ha accedido. Entrad
Cenicienta asintió y le siguio, teniendo a Lumia detrás con Añil en su espalda.
Cuando llegaron a una gran cueva adornada con cosas talladas, una mujer salio a su encuentro. Su vestimenta era verde musgo y sus ojos eran serios, fríos y muy ditantes.
-Una humana en mis dominios- dijo con voz fría, que no reflejaba ninguna expresión- ¿que hacéis aquí? Me ha dicho mi consejero que teníais información para mi.
-En realidad he mentido- la mujer la miro con una ceja levantada- he venido a hablar de vuestra hermana. 
-Ah si, estamos en guerra- dijo con desinterés. Pero Cenicienta sabia que esa frase tenia un tono triste.
-¿Por que estan en guerra sus altezas?- pregunto Cenicienta
-Algunos vandalos de mi territorio robaron algunas cosas suyas. Ellos se limitaron a hacer venganza sin preguntarse el por que, y ahora estamos en guerra- fue escueta y simple, pero dijo lo suficiente que quería saber Cenicienta.
-¿Por que sois tan distante y fría? Hable con su hermana esta mañana y era muy dulce e infantil- cuestiono Cenicienta queriendo llegar al punto que quería
-Los nocturnos somos así. Los diurnos son de esa forma- dijo ella- no hay mas explicación.
-Pues yo no lo veo asi- dijo Cenicienta, ya lo tenia donde queria- dejenme explicarle- se acerco a la crin de Lumia, donde estaba escondido Añil, lo cogio y dijo- este es Añil
-Que cosa mas pequeña- dijo mirándole extraño.
-Si, pero no por ser pequeño hay que ser débil alteza. A veces, las cosas pequeñas no aparentan ser lo que son- entonces camino hacia la salida de la cueva y le susurro a Añil- ahora si es el momento. Demuestranos ccuan esplendor tienes- le guiño un ojo y Añil sonriente bajo de un salto de su mano, para quedar en el césped.
Todo se volvió luz y cuando se volvió normal el ambiente, Añil ya no era una simple débil criatura, era un enorme y fiero dragón.
-Por la madre de Tafansy- dijo la reina arbórea sorprendida.
-La luna es bella, da calma a aquellos que la buscan. Es calida. No por vivir en la oscuridad es fría, y vosotros tampoco deberíais de serlo- Cenicienta hizo una pausa y vio como la arborea procesaba sus palabras. Luego, al cabo de unos segundos, continuo- tampoco todo lo que a simple vista no se conoce, no quiere decir que no sea- dijo Cenicienta volviendo a entrar, dejando a Añil que se volviese a transformar.
-¿Adonde quieres llegar Dama Blanca?- dijo ella.
-A esto- dijo haciendo aparecer un elemento de cada poder que tenia a su alrededor.
La arbórea nocturna la miro sorprendida y unos segundos después estaba haciendo una reverencia- mi reina, perdoneme por no saber que era usted, nadie sabe como es.
-No pasa nada- dijo Cenicienta riendo ante el aprieto en el que creía encontrarse la arbórea.
-Soy Luna, alteza- dijo ella volviendo a hacer una reverencia.
-Quiero que me acompañes, ¿seria mucho pedir?- dijo Cenicienta
-¿Adonde mi alteza?- dijo Luna
-A acabar esta guerra- dijo Cenicienta
La cara de Luna se ilumino y dijo- por supuesto, mi reina

El Poder de AMAR (#2CYTZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora