Epílogo, los sucesores

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-Mamaaa- se oyó una vocecilla infantil por todos los rincones de los pasillos. En efecto, digo bien, pues la pequeña Luna controlaba los sonidos a la perfección.
-Luna, ya te dije que no grites así- la regaño su madre Escarlata- capaz eres de destrozar el tímpano a alguien de palacio.
-Es que Green le ordeno a su cocodrilo atacarme - señalo acusadoramente al niño rubio que descansaba a lomos de un cocodrilo dorado.
-¿Que hemos dicho de aprovecharse de la lealtad de Rufus?- dijo mirando la mujer atentamente al niño- no me hagas decirle a Beast.
-No, a papa no- suplico el niño.
Unas gemelas pelirrojas entraron corriendo en la sala. El suelo comenzó a temblar y las luces de palacio a parpadear.
-Ñinas- dijo entrando Harris, su padre- no corrais. Ya sabéis lo que pasa cuando os desmadrais.
-¿El que papi?- preguntaron inocentes las dos
-¿Tengo que recordar el terremoto?- dijo mirando a una de ellas- ¿y el apagón de todo el reino?- dijo mirando a la otra- Dark y Light, no os lo vuelvo a repetir- dijo enfadado. Ellas asintieron firmemente.
-¿Alguien ha visto a nuestra hija?- pregunto Peyton entrando a la sala junto a Cenicienta. Ambos acababan de tener una entrevista con los arbóreos.
Un sonido de hojas empezó a sonar. Cenicienta río jovial.
-Creo que ahí llega- señalo la ventana a tiempo de que una gran cabeza de dragón se asomara.
Una niña con ojos azules y cabello negro salto de ella, adentrándose en la habitación.
-Siempre dándola tantos caprichos Añil- dijo Peyton cuando este se volvió pequeño y entro en la sala.
-Es el deber del tio- dijo este de manera altanera.
-Luego también educaras tu a Azul- dijo el fastidiado.
-Tranquilo amor- dijo Cenicienta alegre, hoy era un gran día- acuerdate quien viene hoy.
-¿¡Viene tía Lumia!?- dijo la pequeña hija de los reyes legítimos emocionados.
-La misma- dijo la reina guiñandola un ojo. Ésta grito de felicidad, haciendo un gran sonido, como Luna.
-Hija, acuerdate de los gritos- dijo Cenicienta recuperándose del gran grito.
-Upps, perdon- dijo ella avergonzada.
-Ella puede gritar así y yo no, no es justo- hizo un berrinche Luna.
-Se me escapo- le enseño la lengua Azul. Luego se giro hacia su madre- ¿puedo salir hoy con Ulphes?- Ulphes era un gran cisne plateado, montura de Azul.
-Ulphes es igual de atolondrado que tu, no me fio- replico su padre, siempre protector.
-Oh venga, ¡papa!- dijo la pequeña- ¡tengo ya doce años!
-Y todavía necesitas escuchar las historias del reino para dormir- le dijo el niño burlón. Ella se giro y le advento una rafaga de aire, que le hizo acabar de bruces contra el suelo.
-Me gusta saber de mi pasado, saber de donde provengo, lo que soy, no como tu que eres un vago- le replico ella cuando este se levanto.
Antes de que empezara una pelea, un relincho puso a todos los presentes atentos.
-Lumia- dijo Azul para correr velozmente. En segundos, estaba abajo, junto la yegua blanca.
Cenicienta suspiro feliz y se asomo al balcón.
-¿No estas muy mayor para hacer eso Ceni?- dijo Harris rodando los ojos.
-Me subestimas amigo mio- rio poniéndose de pie en la barandilla y saltando al vacío.
-Si no nos damos prisa, se nos hará la hora de la cena- dijo Scarlet corriendo tras los niños.
Ya abajo, Cenicienta charlaba animada mente con su mejor amiga.
-¿Y que tal sus.... Poderes?- la preguntó la yegua.
-Bueno, las gemelas de Harris y Jessie siguen siendo demasiado pequeñas para controlar sus poderes. Una tiene el de los terremotos y otra el de la energía. El hijo de Beast y Sam se puede volver cualquier animal que desee, la hija de Scarlet y Eric controla los sonidos, todavía no lo tiene muy encuenta- dijo haciendo una mueca recordando todos los molestos gritos de la pequeña.
-¿Y Azul?- dijo su amiga
-Súper velocidad, controla el aire, los sonidos y tiene una gran memoria, se acuerda de todos los detalles del pasado a la perfección- dijo Cenicienta orgullosa de su hija- al ser la mas mayor, aunque solo se lleva un mes con Green, es la que mas ha desarrollado sus poderes. Pero cuando usa la súper velocidad- de repente Azul se estrella contra una pila de cajas de madera- no sabe parar- dijo riendo mientras su hija se levantaba del suelo con paja en el pelo.
-¿Y sus monturas?- pregunto Lumia mirando a la pequeña todavía aturdida.
-Green tiene a Rufus, un gran cocodrilo de oro macizo. La gemela Dark tiene a Telyru, un gusano purpura de las profundidades. La gemela Light tiene a Lyteru, una luciernaga gigante. Luna tiene a Weryo, un águila real gigante con pico y garras de oro. Y mi hija, tiene a Ulphes.
-¿Ulphes? ¿Estamos hablando del mismo Ulphes?- dijo Lumia sin creer lo que oía- ¿el vanidoso y atolondrado cisne gigante plateado?
-Ya aprenderán a madurar Lumia- dijo ella riendo, miro hacia su hija que hablaba animada mente con los otros niños- vivirán una aventura, que les hará darse cuenta de quienes son- la miro- como nosotros.
-Fueron tiempos difíciles- dijo recordando la yegua blanca- pero ahora reina la paz, ya no hay maldad en el reino contra la que deban luchar.
Cenicienta rio- oh si, si que hay maldad vieja amiga. ¿Acaso crees que todo se fue con el rey destronado? Ni hablar- negó con la cabeza.
-¿Y por que no luchas para que no la haya?
-Siempre la habrá, yo no puedo luchar contra eso. A parte, sin maldad, ¿que nos haría apreciar la bondad?
-Los años te hacen mucho mas sabia- dijo Lumia.
-Fíjate, llevo aqui ya sesenta años y todavía no se nada- se encogió de hombros  
-Buena respuesta- acepto su amiga.
-¿Que tal Tafansy?- dijo Cenicienta- ¿sigue en la colina?
-No- se quedo mirando un punto en la lejanía- cambio de lugar después de la guerra. ¡Solo el mismo sabrá donde esta!- Cenicienta asintió.
-Bueno, vamos a pasar, aquí ya no tenemos mas que hablar- dijo haciéndose a un lado para que caminasen y todos los pequeños se abrazasen al lomo de la fuerte yegua.
-Muchos años han pasado, pero el amor sigue vivo en el reino- le dijo Añil a Cenicienta subiéndose a su hombro.
-Bien sabes que yo no puedo controlar la maldad, algún día volveremos a luchar por la paz- dijo esta mirando a su azulado amigo.
-Entonces estaremos preparados- dijo este sonriendola.
-Lo se. Pero... ¿Los niños lo estarán?
-No, de seguro que no- dijo Añil- ¿acaso tu estabas preparada para luchar aquella vez?
Cenicienta beso la mejilla de su amigo y sonrió- siempre sabes que decir para animarme amigo mio.
-Soy Añil, ¿que querías? Alguien te tiene que asentar la cabeza jovencita
-Básicamente ya somos muy viejos- rio ella.
-Y lo que nos queda por vivir- bufo Añil- tu eres inmortal y yo básicamente igual.
-Entonces tendremos que disfrutar cada momento- le miro retadora.
-Bien lo sabes- dijo saltando de su hombro y convirtiéndose en el gran dragon.
Cenicienta se monto encima y en minutos, se perdieron en el horizonte, dejando un aura de paz y amor, que mantendrian por todos los siglos.
Peyton la miro con una sonrisa mientras la veía volar.
-Algún día seré como mama, gobernare mi parte del reino con bondad y sabiduría- le dijo su hija agarrándole la mano.
-Oh, no no- dijo negando- tu no seras mama, tu seras Azul- se agacho para estar a su altura- muchos serán los caminos que recortas, algunos serán alegres, otros difíciles, mucha gente que conoces se quedara atrás, pero eso te forjara a ti misma, lo que vivas- acaricio su mejilla- no debes ser como ninguno de nosotros, eso seria imposible Azul. Tu debes ser tu misma, equivocarte, aprender, y volverte a equivocar, para saber levantarte- se levanto de nuevo- llegara el día en que los primeros  reyes no gobiernen Tafansy, que ya no estén aquí para ayudaros.
-Pero vosotros soys inmortales, al igual que nosotros- dijo obvia su hija.
-Ya, pero no gobernaremos por siempre, no es el trono lo que nos interesa. Posiblemente, nos esconderemos como Tafansy, nos alejaremos del mundo, hasta que alguien, cuando necesite de nuestra ayuda, nos vengan a buscar. Igual haréis vosotros con vuestros sucesores- dijo el.
-Pero... ¿Nuestros sucesores vivirán para siempre?- dijo ella.
-Cada vez los sucesores irán siendo menos poderosos, hasta a llegar a ser mortales, hasta no tener poder alguno, serán humanos corrientes. Seguro, que cuando pase eso, no se acordaran de los primeros reyes, creerán que es una leyenda, pero habrá alguien, que lo hará, y nos buscara en caso de problemas.
-Os echaremos de menos- dijo ella abrazando a su padre.
-Para eso faltan todavía muchas aventuras Azul, disfruta la vida y se justa y leal con tu reino, nunca olvides que lo que nos salvo fue el amor- dijo este besando a su hija en la frente.
-No lo haré- prometió esta- el poder de AMAR se pasara de una generación a otra intacto.
-No hagas promesa que no puedas cumplir cariño- dijo Lumia acercándose y dándole con el hocico amistosamente.
En ese momento, Azul no sabia a lo que se podía referir su tía, pero en su eterna vida, de seguro lo descubriría. De todas formas, todavía le quedaba mucho por vivir.

El Poder de AMAR (#2CYTZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora