El Poder de AMAR (#2CYTZ)

Cenicienta siempre seria su reina legitima

POV'S PEYTON
-NOOO- grite cuando comprendí lo que estaba haciendo Ceni, pero ya era demasiado tarde y el cuerpo inerte de ella estaba cayendo al vacío.
Una gran sombra me acompaño en el intento de rescate del cuerpo de ella, pero no llegamos a tiempo para cogerlo.
Cuando llegamos abajo, pudimos comprobar que estábamos en un sitio mágico, en medio, un gran lago con una cascada y un sauce enorme.
Mire el lago y vi ondas bailar en la superficie. Sin dudarlo, me tire dentro de el. Nade hacia el fondo, allí, en medio de una cama de algas, descansaba el cuerpo inerte de Ceni.
Lo cogí y rápidamente lo lleve a la superficie.
-Ceni, no- le hice el bocaboca, pero nada. Le di golpes en la mejilla, pero no daba señales de vida.
-No lo intentes mas, muchacho. Ella feliz murió ya- oí una voz de anciana hablarme.
Levante la vista y me sorprendí al ver a una anciana en el tronco.
-¿Quien eres?- dije desconfiado abrazando a Ceni.
-Una vieja amiga de su alteza, nada has de temer aquí- dijo el ¿arbol?- Mama Sauce me llamaba Ceni, por una historia de vuestro mundo- ¿Mama Sauce? Ah si, Pocahontas- mas mi verdadero nombre nada sabe joven enamorado.
-Ella no puede estar muerta, no ahora que volví a estar con ella- las lágrimas corrian por mis mejilla. Entonces se me ocurrió una idea absurda, bese sus labios, ya morados, pero nada.
-Aparta zoquete- una rama me pego en la cabeza- deja que nuestra reina y salvadora descanse en paz, nada mas hay que hacer.
-En eso, te equivocas- oí un relincho, ese era sin duda Tafansy.
-Tafansy...- susurro ella- mucho tiempo paso desde que no pisas estas tierras.
-Así es, buena razón fue la que me trajo- dijo mirando a Ceni. Se acerco y me eche hacia atrás. Con Tafansy ya habían venido todos los chicos y Lumia. Ya estábamos todos- hay una forma de salvarla, pero es muy arriesgada- nos miro a nosotros- solo una adivinanza es lo que me da la pista de esto, dice así, un cuerno de oro, todos los poderes unidos podrán, despertar lo siempre pálido estará, algo cambiara, quien sabe si para bien o para mal.
-Los poderes somos nosotros, el cuerno dorado Tafansy, pero... ¿que cambiara?- dijo Eric
-Nadie sabe- dijo Tafansy- eso es lo peligroso.
-Yo estoy dispuesto- dije sin pensármelo dos veces.
-Esa chica que esta ahí es como mi hermana, obvio que voy a estar- dijo Scarlet.
-Es mi familia, siempre estuvo cuando se necesitaba- dijo Beast uniéndose a nosotros.
-Fue la única que me supo valorar por lo que yo era incapaz de valorarme- dijo Sam acercándose.
-Supo perdonar incluso cuando yo mismo no seria capaz de hacerlo- dijo Eric uniéndose.
-Fue la única que no me valoro sin conocerme y me dio una segunda oportunidad- dijo Harris.
-Salvo a nuestro pueblo, cuando no recibía nada a cambio- dijo el rey de la Ciudad de Cristal, quien ya había llegado.
-Nos volvió a unir a mi hermana y a mi- dijo la arbórea diurna.
-Amo todas nuestras actitudes, incluso cuando no eran acertadas, nos comprendió, nos perdono y nos ayudo- dijo Meredith desde el agua.
-Me hizo creer en mi mismo, incluso cuando yo no creía en mi- dijo Añil, quien volvía ser pequeño.
-Fue una amiga sin igual, que amaba a cada criatura que veía como si de ella se tratase- dijo Lumia.
-Nos enseño a que el amor rompe las fronteras mas fuertes- dijeron cuatro tipos al mismo tiempo. A esos no los conocía.
-Narradores- dijo Tafansy agachando la cabeza.
-Tafansy- dijeron a la vez, otra vez, agachando la cabeza.
-Incluso muerta, me ha enseñado, que el amor es muy fuerte, que debía cambiar, porque el odio no lleva a nada- dijo Red White apareciendo. Aprete la mandíbula, pero me contuve- se que he hecho daño, y se que debo ser castigada por eso, pero solo quería deciros perdón, por todo, porque me fije tanto en mi misma, que no me di cuenta de que lo realmente importante, es el amor- dijo tocándose el pecho.
-Bien- dijo Tafansy- estas perdonada en mi corazón, pero debemos darnos prisa, así que pueblo, quien quiera salvar a esta reina, que entone el siguiente hechizo conmigo. Poderes fuertes, corazón puro, todo justicia y lealtad, volved a la vida, a la que muerta esta.
Todo empezamos a recitar lo mismo. Deje que mis poderes fluyeran, volviendome de un color rojo y azul, al igual que los demás, que estaba de sus respectivos colores.
Cuando terminamos, el cuerno de Tafansy se ilumino y este toco a Ceni, justo en ese instante, todo se volvió luz, no dejándonos ver nada.
Cuando todo volvió a la normalidad, Cenicienta ya no estaba.
-¿Donde esta?- dijimos todos. Justo como respuesta, un alboroto se volvió a oír en el campo de batalla.
-Se supone que todos están muertos allí- dijo la arbórea nocturna.
Caminamos, hasta darnos paso entre la maleza, al campo de batalla.
Grande fue la sorpresa cuando vimos a todos los que creíamos muertos, vivos.
Todos se fueron a reunir con sus conocidos, quedándonos los chicos, los narradores, Lumia, Tafansy, Añil y yo, parados ante todo eso.
-Ella no esta- susurré decepcionado.
-Mira arriba Peyton- dijo mi hermana.
Justo levante la cabeza, todo el alboroto callo, al darse cuenta de lo mismo que yo.

Cenicienta bajaba del cielo lentamente. Su cabello brillaba, su piel resplandecía y vestía un vestido color oro y blanco.
Justo llego a tierra, abrió los ojos, cuyo azul ahora se podía equiparar al mar en belleza. Parecía que tuviese olas en ellos.
No dude en salir corriendo hacia ella.
Cuando la tuve abrazada, la bese desesperadamente, oyendo los aplausos del pueblo.
Nos separamos y dije- no vuelvas a dejarme.
-Te amo- dijo ella dándome un beso. Se giro hacia su pueblo- he oído vuestras frases hacia mi persona, y gracias, pues todos me habéis salvado- vi como miraba a un sitio de la maleza y sonreía- y te he oído a ti, Red White, y si, en mi corazón, estas perodonada, sal y reunete, pues quien este hoy aquí y quien haya luchado a pos del bien, o este arrepentido de sus actos, es bienvenido a formar parte de las Tierras de Tafansy- toda la gente presente ovacionó a su reina.
Y es verdad, porque aunque el pueblo de Tafansy quería a sus otros reyes, es decir, nosotros, Cenicienta siempre seria su reina legitima. Y yo era muy afortunado, porque esa mujer vestida en oro, era mi amor correspondido.