El duelo de los narradores

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Anduvieron durante un día entero, con su noche incluida. Cuando ya creyeron que no podían llegar, avistaron un gran prado que se extendía a lo lejos como si de un océano verde se tratase.
Entusiasmados, fueron hacia allí, mas algo les paro
Una gran escultura de rica viviente, quien hacia llamarse el guardián de esos paseos, les cortaba el paso.
-¿Quien desea entrar?- dijo el
-Dama Blanca, Lumia y Añil- dijo Cenicienta
-Ellos dos, pueden pasar- dijo señalando a Lumia y Añil- ¿pero por que piensas que iba a dejar entrar a una humana aquí?- inquirió
-Deseo hablar con el gran Tafansy- respondió ella
-¿Quien lo desea si es posible saber?- dijo el
-Dama Blanca
Se quedo pensativo y de repente sonrio- si, si, muchas son las historias que la brisa me cuenta de las azañas que has hecho- le miro a Cenicienta por unos segundos y dijo- alma pura puede pasar- hizo un movimiento con la cabeza para que pasaran.
La compañía paso por su lado. El paisaje que allí les esperaba era verdaderamente hermoso. Todas las criaturas ecuestres pastaban y saltaban por los alrededores. A Lumia se le iluminaron los ojos de la emoción.
-Al fin en casa- dijo relinchando y mirando a los demás caballos que miraban curiosos hacia Cenicienta
-Te puedes ir si quieres, sólo dime adonde ir- dijo Cenicienta al ver las ganas que tenia de juntarse con los de su especie.
Lumia la miro y negó relinchando. Siguió caminando hasta llegar a una colina.
-Aquí es- dijo Lumia.
-Bien, esta es mi parte- dijo Añil convirtiendose en un dragón- sube Cenicienta, Lumia, te cogeré con las garras
Y así lo hicieron, estando en pocos segundos en la cima que hace tiempo buscaban.
Cenicienta miro a su alrededor. Era una explanada, desde donde se veía todo el paisaje de Tafansy por su altura. El silencio delataba sus pasos hacia la gran cueva. Cuando ya estuvieron dentro, oyeron una voz melodiosa.
-Mucho tiempo sin duda aguardando vuestra llegada- se oyo el ruido de unos trastos moverse- quien diría que una compañía tan variopinta vendría a visitarme- dijo la voz mas cercana hacia nuestros amigos. Ellos se miraban entre ellos sorprendidos sin saber que hacer.
-¿Tafansy?- pregunto Cenicienta
-El mismo sin duda, si- dijo la misma voz desde detrás. Los tres se giraron viendo a una criatura majestuosa enfrente.
Un unicornio de gran tamaño mostraba todo su esplendor desde la punta de su cuerno dorado, a su pelaje blanco como la luna llena.
Los tres se inclinaron ante el.
-Muchas criaturas hablan de ti Ceinicienta- dijo Tafansy
-De Dama Blanca sin duda, tal como dijo el oráculo.
-Oh el oráculo, ¡mi vieja amiga!
-Pero no estamos aqui para hablar de mis azañas Tafansy- dijo Cenicienta
-Lo se- dijo Tafansy asintiendo- una gran guerra ha empezado.
-Solo tu puedes evitar un gran desastre- le alentó Cenicienta
-Oh no, no- nego- te confundes sin duda- se acerco a Cenicienta- ambos podemos evitar el desastre
-¿A que se refiere?- dijo Añil
-Yo solo no puedo. ¿Acaso creías que tu eres menos poderosa que yo?- miro a Cenicienta- ¡pamplinas! Yo cree este reino, las almas que albergan van libres pero siempre prenden de un hilo que les une a mi. Mas tu, Cenicienta, eres diferente. Tu y yo somos iguales. No dependes de mi, tu alma es libre totalmente.
-Entonces, ¿que haremos?- dijo Cenicienta
-Luchar sin duda, pero antes debemos visitar a unos amigos. Ellos son parecidos a como somos nosotros, la diferencia, es que dependen de todos ellos, sus almas están unidas.
-¿De quien hablas?- dijo Cenicienta
-De aquellos que controlaban vuestras vidas cuando estabais en el libro Cenicienta.
Ella trago duro- ¿por que me necesitas a mi para salvar al reino, Tafansy?
-Ya te lo he dicho, tenemos igualdad de condiciones.
-Me necesitas para algo mas- aseguro ella
-Esta bien, los únicos que pueden entrar al reino de los narradores son los que tienen algo que ver con ellos- dijo Tafansy- yo no puedo, pero tu, que eras parte de uno de sus libros, tu si.
-¿Que nos pueden dar ellos?- dijo Cenicienta.
-El enemigo hablo con ellos. Ellos lo van a ayudar. Tenemos que hacer algo, aunque sea arriesgado.
-¿En que estas pesando Tafansy?- dijo Cenicienta pesarosa.
-Tendras que hacer un duelo contra ellos, en el que tu si ganas, ellos tengan que ayudarnos en vez del enemigo
Cenicienta trago- ¿que podrían hacer ellos sino ganamos ese duelo?
-Llamaran a todas las criaturas de los libros y ellas lucharan contra nosotros. Por ende, también harán eso por nosotros, solo si ganas. Pero si pierdes, además, ellos te regresaran a tu libro
-Lo hare- dijo decidida
-No, ni hablar- protesto Añil
-Es muy peligroso, ¿y si pierdes?- dijo Lumia
-Una reina debe hacer lo que este en su mano por su reino- dijo Cenicienta. Luego sonrio y continuo- pero ganare y conseguiremos el apoyo de esos tipos- apoyo su cabeza sobre el hocico de Lumia y dijo- ¿crees que podrías reunir a los caballos de este lugar para que nos ayuden a luchar?
-Claro- dijo Lumia
-Bien- dijo separándose del hocico de su amiga- llevatelos y reúne a los pueblos que hemos ayudado para que nos ayuden a luchar- le dio los regalos de esos pueblos y se los puso en la montura- con esto ellos te harán caso.
-No tienes por que hacerlo Cenicienta- dijo Lumia preocupada
-Tengo que hacerlo Lumia, ahora ve, nos veremos en palacio- dijo Cenicienta- además Añil vendrá con nosotros.
-Prometeme que volverás- dijo Lumia antes de salir de la cueva
-Haré todo lo posible, lo prometo- dijo Cenicienta.
Lumia agacho la cabeza en modo de asentimiento y relincho mientras cabalgaba hacia la llanura
-Bueno, creo que es hora de marchar- dijo Tafansy.
Con el cuerno hizo un cuadrado del que a poco fue apareciendo luz. El lo paso.
Añil miro a Cenicienta y antes de pasar el túnel dijo- se que en tu mente hay una tormenta de emociones, pero no temas, ganes o pierdas, siempre seras nuestra fiel amiga, nuestra reina- le dio una sonrisa tranquilizadora y paso el portal.
Cenicienta suspiro pesarosamente y decidida a ganar y salvar su reino, se adentro en el portal antes de que se cerrase.

El Poder de AMAR (#2CYTZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora