Capitulo siete.

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Gerard.
Miraba hacia la ventana, a un vacío, por la curva en la que Frank se había desvanecido hacia unas horas ya.
El atardecer se había empezado a notar, con su naranja opaco resaltado, con mi posición siendo la misma, y los ojos algo rojos y secos de haber llorado.

Y por qué?

Quería negarlo. Quería negar que aquel punzón que sentí al ver al castaño lamer posesivamente al rubio, alimentándose de el, había sido molestia y celos.
Tal vez decepción y desilusión ante el hecho de que no fuera yo.
Pero entonces, me empece a preguntar, cuando fue que empecé a desear ser su alimento?
Cuando fue que mis sentimientos empezaron a cambiar, volviéndose tan Fuertes... Tan sinceros... Tan vivos...

Reí algo desquiciado por ello.

Yo que era un simple saco de huesos, sucio todo el tiempo, maltratado y repudiado.
Recriminado y humillado.

Un simple mundano, que tuvo la suerte de conocer a un vampiro.

Un vampiro!

Algo que no creía jamás que existiera.
Uno que pudo salir de la miseria de su vida cotidiana, que sin saber por qué, se había ganado de la noche a la mañana la mejor vida al lado de la mejor persona que jamás había conocido.
Que había recibido amor, cariño, compresión y aceptación, todo en un solo instante, alguien a quien le habían devuelto la vida.
Por qué ahora sabía, que Frank había cumplido su promesa.
"Poco a poco"

Tenías razón Frank.
Poco a poco me estoy enamorando de ti.
Y acabo de descubrir que eso duele.

--- Gerard?--- Mire hacia la puerta que volvía a abrirse con Ray entrando de nuevo, pasando su mirada hasta la mini mesa que en el lado derecho se hallaba, con la bandeja del desayuno aún sin tocar.
--- Ya ha regresado?--- Pregunte sabiendo la respuesta.
Sabía que él moreno también estaba consciente de que yo estaba mirando fijamente aquella ventana con la vista a la carretera, por lo tanto, también era consciente de que Frank aún no llegaba.
--- No.--- Asentí resignado caminando hasta la cama y sentándome en ella, llevando mis piernas a mi boca mientras trataba de no sentir aquel nudo en la garganta.--- Gerard...
--- Me trajo un pastel...--- Dije sin pensar. --- Un pastel de chocolate.... Le puso una velita y me dijo que pida un deseo...--- Mis ojos volvieron a llenarse de lagrimas.--- Soy un egoísta.--- Me culpe a mí mismo. El moreno se acercó a mí enseguida, sentándose a mi lado y abrazándome muy estrechamente.
--- Claro que no... No lo eres...
--- Lo soy. Arruiné el primer cumpleaños de mi vida en el que de verdad quería celebrar junto a alguien. Junto a Frank.--- Mire a Ray a los ojos suplicantes de absolución.--- Y entonces tuve que pedirle que me convierta en uno como el...
--- Como?--- Este abrió sus ojos asombrado.
--- Quiero vivir eternamente a su lado... Acaso eso está mal?.... Acaso no puedo quedarme con él por siempre?.... Por primera vez he sentido un cálido sentimiento en el pecho por alguien.... Por primera vez le he pedido a la vida que me dé algo, que no me quite lo poco que he conseguido.
No quiero que Frank me deje, Ray. No quiero... Por qué duele... Por qué duele aquí!?--- Señale mi pecho.--- Por qué siento esto!?... Necesito que Frank vuelva... Necesito que sacie el ardor de su vacío, y que me explique el por qué estoy de este modo... Es su culpa!! Él me ha acostumbrado, me ha vuelto así. Maldicion.... --- Me tome la cabeza, ocultándola en mis brazos.
Sentía una demencia apoderarse de mi raciocinio, enloqueciéndome a un punto magistral.
--- Gerard... Escúchame...--- Oía a Ray tratar de llamar mi atención pero yo simplemente no podía pensar, no sin esa sensación que amenazaba con romperme. --- Gerard...
--- Ray!!!--- La puerta de la habitación se abrió enseguida haciendo un ruido sordo inmediato, dejando ver a Jamia agitada mirándonos desconcertada así como asustada.
Mi cuerpo seguía sintiéndose pesado, más seque mis lagrimas enseguida al notar el tenso habiente que se había formado.
--- Que sucede?... Por qué...--- El moreno se había tensado en unos segundos soltándose de mí y poniéndose de pie para así mirarme enseguida con nerviosismo.--- Un pura sangre.
--- Es de la corte.--- Entonces los ojos de Ray se tornaron oscuros y perdidos.
--- Quien?
--- Megara.
--- No hacía falta que me presentases, Jamia. Conozco la habitación de Frankie de memoria.--- Y entonces, tras la castaña, una pelirroja, alta y delgada, con una ropa de cuero y unas botas del mismo material, negras, apareció, irradiando un extraño aura que nos hizo a los tres bajar la cabeza enseguida. --- Pero veo que mi pequeño no está aquí... Y veo que huele demasiado peculiar...
--- Megara....--- Murmuró el moreno.
--- Raymond, cariño!... Pero veo que los rumores han sido ciertos... Frank ha traído un humano a su propio hogar, y ni siquiera se ha tomado el tiempo de convertirle...--- Mis ojos se abrieron como platos al sentir una fría mano tomar mi mentón, alzándome enseguida para así mirar a ver a esos ojos negros profundo despreciarme en una pasada. --- Y tú... Su seguidor guía, le has dejado hacer tal desfachatez. Qué decepción.--- Sus labios pintados de rojo sangre se apretaron finamente para después soltarme indiferente, notando un dolor en la parte en la que sus dedos me habían tomado.
--- Frank ha salido desde la mañana y...
--- No he venido a visitar a mi querido prometido.--- Baje la mirada enseguida ante las palabras de la mujer sintiendo una sensación como de gravedad aplastarme.
--- Megara...
--- Largo ambos. Quiero hablar con el humano.--- Inmediato mire al moreno y a la castaña que ya estaban junto a la puerta regalándome una mirada de compasión y apoyo, viendo cerrarse esta lentamente, sintiendo que la opresión en mi pecho desaparecía poco a poco, como si nunca hubiera existido.--- Siéntate.--- Mire hacia la dirección donde la pelirrojo me hablaba, notando que ya se hallaba en una de las sillas de la pequeña mesa que solo el castaño y yo solíamos compartir.
Solo nosotros...

Arrastre los pies hasta llegar y colocarme frente suyo, teniendo en todo momento la mirada en punto vago.
--- Cuál es tu nombre?--- Preguntó. Su voz sonaba fina pero tras ella se ocultaba miles de agujas que trataban de penetrarme.
No respondí.
--- Te hecho una pregunta, me gustaría que la respondas. Va de nuevo, cuál es tu nombre?--- Y como un efecto instantáneo, hable con fluidez.
--- Gerard.--- Me sorprendí a tal grado de que había incluso levantado mi vista hacia ella, que me sonreía inocente.
--- Eres muy lindo, Gerard...--- Su mano me acarició la mejilla.--- Entiendes acaso el por qué estoy aquí?--- Negué. Ella asintió regresando ambas manos, apoyándose en sus codos y juntando estas para así asentar en ellas su mentón. --- Supongo que Raymond te ha hablado de "la corte"--- Recordé entonces la platica con el moreno tres meses atrás, en mi llegada. Solo asentí. --- Sabrás que somos como una asociación para los vampiros, controlando estos en sus actos para evitar que corrompan la realidad mundana y así mantener un perfil bajo para no ser descubiertos, no?--- No era algo que supiera a ciencia cierta, más solo me limité a asentir de nuevo.--- Sabrás que Frank Iero es un vampiro pura sangre, los de más alto linaje. Alguien que es mi prometido, y próximo Lord primero para tomar el mando de la corte, junto a mí por supuesto. Uno que no puede arriesgar su pellejo por alguien tan simple como tú... Por qué lo sé Gerard... Sé que mi Frankie te ha tomado estima... Y ha visto en tu una pequeña diversión de su tiempo... Tal vez como una mascota.--- Apreté los ojos negando una sola vez mientras las lágrimas amenazaban con salirme de nuevo, mientras ahogaba un gruñido.
--- El está enamorado de mi.--- Dije, sabiendo que no habría vuelta atrás.
Alcé la mirada con fuerza de voluntad, notando el leve temblor de la ceja de la pelirroja que sin más río burlona.
--- Eres gracioso, Gerard, demasiado gracioso.
--- Por qué crees que sigo vivo?--- Se que la voz me estaba fallando.--- Por qué crees que luzco así tal cual?... Percibes acaso alguna mordida en mi cuerpo?... Mascota? No me hagas reír. Soy más que eso para Frank.--- Y no pude evitar sonreír débilmente, con las manos sudorosas y las piernas temblorosas.
Entonces lo próximo que sentí fue un duro golpe hacia mi espalda y mi cabeza.
Cerré y abrí los ojos enseguida, notando que estaba acorralado contra la pared, con la pelirroja tomándome con odio de el cuello, y sus dedos clavándose en este.
Ahogue un gemido.
--- Que osado eres, pequeña mierda.--- Gruño. Y por primera vez, veía los colmillos de un vampiro; estos afilados en demasía, extremadamente más grandes de lo que las historias contaban, con su lengua pasándote sobre estos asquerosamente.--- Te voy a matar, mundano asqueroso, y entonces callaré esa boquita tuya que estúpidamente valiente has decidido usar.--- Y sé que soné como un animal herido al momento en el que sus uñas que de la nada se habían vuelto afiladas se clavaron con más intensidad a mi cuello, con mis ojos perdiéndose en diferentes puntos de la habitación, sintiendo un mareo que pronto terminaría por enviarme al abismo.
La sangre caliente que de mi cuerpo emanaba solo hacía que la mujer frente mío se relamiera los labios lista para atacarme. Un pitido muy fino en mis oídos.--- Adiós....

Mordisco. >>Frerard<<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora