Capítulo 2: Una Cita!?

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Capítulo 2: Una Cita!?

—U- Una Ci... Cita!— . Señale de forma sorprendida, Lo dijo de una forma tan simple como si lo hubiese planeado todo, ella me miro nuevamente a los ojos, con aquel reflejo.

—Acaso no lo quieres? — Al momento de decir esas palabras fue como si todo mi mundo se hubiera parado.

Había olvidado lo que era ese sentimiento, no recordaba lo que era escuchar un corazón latir, Por segundos empecé a ver colores que no había visto. Cuando volví a la realidad, mire a ella rápidamente, apenas vio mis ojos dijo

—Oh eso pensaba, me diste un susto— soltó una risa muy suave.
«Quiero conocerte mejor, caminemos por aquí, no conozco bien esta área, me la quieres enseñar para nuestra primera cita», Respondí a esa pregunta con un seco

—Sí...— Me agarro de la mano, me percate de lo suave que eran, me gusta esa sensación de estar atado a alguien.

—Que tanto esperas? Vamos!— La agarró con mucha fuerza y me jalo con ella. Le empecé a mostrar casi todos los lugares que conocía de Akatom, y todas sus tiendas, no sé porque, pero me percate de la cantidad de colores que había a mi alrededor, era algo mágico, me sentía atado a ella, seguían pasando las horas y seguíamos viendo el centro comercial, dos jóvenes disfrutando de su juventud, es muy extraño que yo salga, tal vez y por eso los colores eran tan bonitos.

Al final de la tarde cuando nos íbamos a ir le decidí preguntar.

—Dónde vives? Para llevarte... — Milla voltio su cara rápidamente hacia otra parte, y se escuchó una pequeña risa, Cuando volvió a mirarme, vi en ella esa sonrisa espeluznante de la última vez

—De eso quería hablar contigo... Dejo un suspenso muy extraño se notó que ocultaba algo.

—Me dejarías quedarme contigo por unos días, es que gaste todo por conocerte—. Mientras lo decía empezaba a enrollar su pelo con su dedo, recordé que en un libro cuando era pequeño leí que eso era signo de nerviosismo. «Tus padres no dirán nada? Yo vivo en un pequeño departamento, y es muy oscuro no creo que te guste...» Apenas termine esa oración, su cara se volvió un poco oscura

—Oh bueno — volteo repentinamente, se iba como si nada, cada paso que daba era como si me clavaran una estaca en el corazón, alargue mi brazo lo que más pude.

—Espera, Espera, no te dije que no te podías quedar. — su cabeza giró hacia donde yo estaba,

—Sabia que no me dejarías ir —. aquella oscuridad que le vi se fue en un instante, como cuando un niño llora por su juguete, apenas se lo dan pierde toda tristeza que tenga dentro de su corazón.

Una Sonrisa MasWhere stories live. Discover now