Capítulo 14: Frustración

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Pasaban los días y no lograba avanzar, tenía tanta rabia que sólo repetía el momento con mi padre. Me siento hundido, dentro de un mar que sólo me arrastra hacia el fondo,  intentando nadar en contra de el, pero la rabia sólo me guía a la perdición.

Milla me ha hablado todo este tiempo, pero no la escucho, mi mente esta tan bloqueada que sus palabras rebotan en mis oídos. Seguro que mi vista está tan perdida que parezco muerto, intentando crear historias, lo máximo que hago es hacer su primer guión. Pero luego de ello, las letras se van, mi vista se empieza a nublar, e incluso me cuesta pensar más de lo normal.

Pulsaba las teclas, parecía como si las golpeara, intentando verlas en el papel, pero... No salía nada,  mis historias no expresaban lo que sentía; Parecían más bien gritos de dolor creados por mi subconsciente. a través de ellas, podías escuchar un pequeño susurro que decía "Ayuda",  Aunque no era lo que quería expresar, es como si mi única opción es drenar mi irá .

Luego de dos semanas... Seguía igual, seguía hundido en la frustración formada por mi padre;mire al cielo con una vista que sólo pedía ayuda, era de noche, y desde mi ventana, el cielo era tan oscuro que daba miedo, tan grande que podías perderte en el, pero al fondo, en medio de tanta oscuridad, se podía ver una pequeña estrella, parecía que iba a ceder, que iba a desaparecer dentro de tanta oscuridad, pero con su pequeño brillo, lograba iluminar una pizca del cielo, era como si lo hiciera desde fondo de su corazón.

Cuando mire hacia el computador, vi que el reloj apuntaba a las doce de la madrugada, de pronto, me empezó a doler mi hombro, en el momento de que me percaté del dolor, escuche unas palabras justo a mi lado.

–Al fin reaccionas Hugo– Dijo Milla mientras alejaba su cabeza arrecostada en mí –Bienvenido– Me miro a los ojos, fijamente – Te extrañaba–  mostró una sonrisa como si me estuviera dando una bienvenida luego de un largo y horrible viaje.

Aveces la ira me atrapa, me lleva a un mundo que yo desconozco, haciendo que me pierda en el, pero... en todo momento tuve a Milla a mi lado, estando en ese mar de frustraciones, ella me acompañó mientras me hundía, aferrandose, intentando evitar que tocará fondo.

–Oye Milla...– Dije con la voz entre cortada —Gracias –  Agregué, las lágrimas salían de mis ojos al momento de darme cuenta de lo egocéntrico que soy.

Siempre creyendo que estaba sólo, pensando que sólo yo podía contra el mundo, que me hundiría en el fondo del mar, que estando ahí resolvería mis problemas, pero, Milla ha estado conmigo desde que tuve la discusión, leyendo, hablandome , intentando hacer que saliera de una frustración formada en mi imaginación con la imagen de mi padre.

Acariciando lentamente su cara, en medio de ese cielo tan oscuro, me sentía feliz, de tenerla a mi lado, me acerqué lentamente a ella, con una sensación de alivio que no sentía desde hace tiempo, con mi corazón latiendo cada vez más fuerte, estando enfrente de ella.

—Enserio... Gracias– Le Susurre al oído. Realmente no tengo palabras para el sentimiento dentro de mi alma, escuchando una dulce melodía en mi mente, creo que a este sentimiento se le puede llamar... Amor, es gracioso, que uno de los sentimientos más importantes del ser humano, lo haya olvidado.

pasaban las horas, y nosotros seguiamos hablando, riéndonos, fue como si no hubiese pasado nada, otra vez, en mi mundo de blanco y negro, pude ver un intermediario, lleno de colores oscuros, pero agradables.

Salía el sol, su resplandor llenaba de luz a mi cuarto, sin darnos cuenta había amanecido, era tan entretenido hablar con ella que podía seguir así unas cuantas horas más.

Pero...

–Oye Hugo... Tengo que irme por un tiempo– Dijo mientras miraba el reflejo del sol. –Sera poco tiempo, en mi familia hay problemas y tengo que estar presente–

No entendía lo que decía, realmente, no lo quería creer.

–Oh... bueno, te esperaré hasta entonces con la puerta abierta– Un mundo de colores el cual solo puedo ver aveces, era quitado ante mis ojos de nuevo.

Mientras el resplandor de su cabello se hacía más y más hermoso con la salida del sol, se acercó a mi.

–Esfuerzate... Confío en ti–

En un mundo tan incierto e incluso oscuro, tengo miedo de lo que vaya a suceder, pero esas palabras de aliento, fueron como un pequeño empujón para empezar a correr en un paraíso el cual desconocía, en un mundo blanco, y al azar, estare corriendo para poder crear algo lo cual llegue a los corazones de todos.

Mi historia, una parte dura de mi vida, empezó cuando vi a Milla salir por la puerta con sus maletas, aquella chica que llegó a mi hogar repentinamente, y se creó un pequeño espacio en mi corazón, se estaba yendo, de la misma forma en la que llegó...



Una Sonrisa MasWhere stories live. Discover now