Capítulo 3: Una vista a mi mundo

46 11 3
                                    

Al momento de aceptar su estadía en mi hogar, me ofrecí para ayudarla a buscar sus maletas las había dejado escondidas en cierta parte de la parada del bus, mientras íbamos de regreso nos paramos para comprar algo de comida gracias a que en mi cocina no tenía casi comida, fuimos a un supermercado que se encontraba cerca de mi hogar, le dije que escogiera la comida que ella quisiera ya que sería mi invitada, agarro uno de los carritos que estaban en la puerta, y salió corriendo con una cara de felicidad, se notaba que se estaba divirtiendo,mientras ella desaparecía entre los almacenes de comida yo iba buscando mi cartera, la vi desde lejos, iba a una velocidad impresionante para llegar a la caja registradora, cuando vi el carrito estaba lleno de comida, parecía que la estadía duraría un tiempo largo, había tanta comida dulce al igual que comida salada,saludable al igual chatarra, era impresionante ver como ha escogido cada alimento, pero... Salió más caro de lo que esperaba, mi tarjeta no esperaba gastar tanto, cuando la pase por el punto sentí como si una parte de mi corazón se rompiera, ella me miro y me dijo.-Tranquilo no es tanto!-. Con una sonrisa marcada, a lo que la mire con el ceño fruncido y una sonrisa falsa, se notaba que me dolió ver el precio de lo que iba a gastar... Cuando íbamos llegando a casa era tarde, se observaba como el sol se ponía en aquel ocaso ocultándose, siguiendo aquel ciclo de hace millones de año, y también se veía como la luna salía, con millones de estrellas a su alrededor, cuando milla vio aquella belleza susurro.

-Hoy el cielo está contento. - No entendí lo que dijo en ese momento pero para seguirle la corriente decidí responder afirmando a su opinión.

Cuando llegamos a mi hogar, cada paso era muy largo, nunca he tenido esa sensación, nadie nunca ha entrado a mi casa, era extraño sentirme así, puse la llave en la cerradura y la gire lentamente; gire la cabeza un poco para mirar su cara antes de abrir la puerta.

Logré mirar aquella expresión, sus ojos brillaban de curiosidad, volví girar poniendo mi vista en dirección a la puerta y la empuje con mucha suavidad, soltó un pequeño chillido, prendí la luz, entonces le mostré el lugar, le parecía sorprendente no le daba miedo, me fui a la cocina para guardar toda la comida que habíamos comprado o bueno, que yo había comprado, dure un rato largo, ella se puso a cocinar mientras tanto, esa noche hizo una comida un poco simple, unos pasta bien aliñada, estaba muy rico se notaba que ella sabía cocinar, le gustaba, por decirlo así.

Cuando terminamos de cenar me pregunto por una habitación en la cual casi nunca estaba, ya que me traía recuerdos que no quería tener. Ella corrió rápidamente hacia aquella puerta, la abrió con fuerza para ver que se encontraba dentro de aquel cuarto, eran puros estantes no se podía ver nada interesante, dentro de esos estantes se encontraban libros viejos que decidí traer de mi antiguo hogar. Ella se acercó a esos libros de una forma diferente a como Milla se comportaba, los toco, agarro uno de los libros y al momento de abrirlo se cayó una nota, dentro de ella decía "La peor enfermedad del ignorante, es ignorar su propia ignorancia." Cuando lo termino de leer susurro.

-Con que esto es el olvido...- mientras soltaba unas lágrimas de sus ojos.

Me miro con una mirada perdida mientras seguía soltando lágrimas, se acercó a mí, seco sus ojos con las mangas de mi camisa,me miro a los ojos y me dijo con una voz un poco melancólica.

«Como puedes hacerte esto? Acaso no... No te das cuenta de lo que tienes?» Me dio un pequeño empujón para apartarme y se fue caminando a la habitación que le había dicho que sería suya, prendió el aire busco unas cobijas, su mirada estaba totalmente perdida, antes de irse a dormir decidió cerrar el cuarto lentamente, pero creo que ella dijo en voz baja.

-Gracias...- Yo me quede pensando, me dirigí a la cocina, tome un poco de café, lave los platos y me fui a mi cuarto, no tenía televisor ya que costaba demasiado,apague mi luz, me acosté lentamente. Mientras cerraba mis ojos recordé algo que me seguía desde hace un tiempo me ha perseguido, aquel sueño tan triste al igual que molesto el cual no podía dejar atrás, aquel motivo que me decía. -La sociedad es una mierda. -

Una Sonrisa MasWhere stories live. Discover now