Un Amor Inesperado [#UAI1]

Capítulo 4

Kelsey's POV
Por primera vez en mi vida llego puntual al instituto, y al sonar el timbre ya estoy esperando en la puerta del despacho del director. Pocos minutos después, él aparece con su típico semblante serio. Es un hombre de mediana edad, con el pelo canoso y ojos marrones.

-Buenos días, Kelsey Evans. Veo que has llegado a tiempo -me dice un poco sorprendido.

De hecho, incluso yo me sorprendo de haber llegado en el momento exacto, ya que soy muy impuntual.

Entramos en su despacho, y me siento en una cómoda silla justo enfrente de él. El director apoya los codos en la mesa y empieza a hablarme:
-Kelsey, supongo que eres consciente de que tu comportamiento no es el adecuado y tanto los profesores como yo te advertimos constantemente de que cambies tu actitud.

Asiento con la cabeza, cansada de escuchar tantas veces esas palabras.

-Así que te proponemos que seas menos problemática y más responsable -el director continúa con su charla-, si no quieres que te expulsemos permanentemente de la universidad.

-¿¡Qué?! -Me levanto rápidamente de la silla y pongo las manos en la mesa- ¡No podéis expulsarme! Mis padres no querrán inscribirme en un nuevo centro...

-Pues ya sabes, compórtate como tu hermano si no quieres acabar fuera.

Ugh, odio que me comparen con mi hermano. Él es el "alumno perfecto", a quien todos los docentes halagan. Nació once meses después que yo, en diciembre, y por eso está en mi clase.

-Está bien -le digo seria al director-. ¿Y qué pasa con la puerta que rompí?

-No te haremos nada, ya que te hemos dado la última advertencia.

Me despido, salgo del despacho y me dirijo a mi clase.
Está bien, necesito comportarme si no quiero terminar sin nada que hacer en mi vida.

Golpeo con suavidad la puerta, y oigo el "Adelante" de la profesora.

Abro la puerta y doy los buenos días, a lo que la profesora responde.

Todos miran sorprendidos, incluso Kyle y mi hermano; Kelsey Evans nunca se ha comportado así. Pero soy consciente de que he de cambiar pese a que me cueste.

Sin embargo, vuelvo a entristecerme al ver que Alice me ignora por completo. Me siento tan culpable por lo de ayer...

En las clases paso de las explicaciones. Pienso en que me gustaría reconciliarme con Alice, pero tengo demasiado orgullo y esto me lo impide. También me siento inferior a mi hermano, por todas las veces que incluso mis propios padres han dicho que él es mejor que yo en todos los aspectos. Y para colmo mi relación con Max no va tan bien como la gente piensa, es muy controlador y cada vez estoy más harta de esta situación, pero no le puedo hacer nada...

Salgo de mis pensamientos y veo que Kyle rebusca preocupado en su estuche. Parece ser que se ha equivocado realizando una cuenta y no tiene goma para borrarla.

Como estoy a su derecha le echo una mano, ya que tengo una que no utilizo.

Aunque claro, lo hago a mi manera.

Le lanzo la goma a la cabeza, y esta cae al suelo tras el impacto. Kyle hace una mueca y baja la vista al suelo para cogerla. Entonces me mira, yo le sonrío y él me devuelve la sonrisa.

En el recreo me dedico a hacer mis deberes en la biblioteca para no estar completamente sola en el patio. Sí, he dicho deberes. Sólo tenía a Alice y ahora que estoy peleada con ella no tengo ninguna amiga más.

Las horas pasan y decido saltarme la última hora, ya que me siento agobiada y aburrida. Precisamente en ese momento, recibo un mensaje de la persona que menos hubiera deseado; MAX.

«Ven al patio YA, perra. Tenemos que hablar.»

Decido ignorar su mensaje. No creo que pueda aguantar más soportando esto.
Me encierro en el servicio por toda la hora y empiezo a encontrarme realmente mal por todo lo que me está pasando. Tengo miedo y siento mucha inseguridad, además de que no tengo en quien confiar.

¿Qué será de mí? ¿Acabaré como esas pobres chicas destrozadas física y mentalmente por sus novios?

Me estremezco y me abrazo a mí misma, sentada en el suelo del cuarto de baño.

El reloj marca las 2:30, dando por finalizado el jueves, pero no me siento para nada tranquila. He dejado a Max en visto y como él me vea, me matará. Y no será la primera vez que me da una paliza...

Veo un moratón en mi brazo derecho, así que bajo la manga de mi camisa para taparla.

Ayer Max se enfadó conmigo porque tuvimos una discusión, como cada día. Él, histérico, me dio un empujón y me di un golpe en el brazo. Tuve que pedirle perdón para que no me pegara, porque si no habría acabado muchísimo peor y ya he pasado por eso más de una vez.

Como puedo, salgo de allí a través de la ventana, pero caigo de una mala postura y me lastimo el pie. Puedo seguir andando, pero me duele.

Voy lentamente y a escondidas, por la parte trasera del edificio. Por lo que veo, todos los estudiantes han salido ya del centro, y voy cojeando hacia la puerta lo más rápido que puedo.

Afortunadamente, el autobús que me llevará a mi casa aún no ha llegado. Esta vez agradezco que siempre llegue tan tarde.

Disimulo mi cojera como puedo, y veo que mi hermano está sentado en un banco leyendo un libro.

Me acerco a él, que ya me divisa antes de que llegue, y en cuanto me siento a su lado me pregunta:
-¿Qué te ha pasado?

A pesar de ser con quien siempre me comparan, es un buen chico. Sin embargo, no me atrevo a contarle todo por lo que estoy pasando, eso es algo que hasta ahora nadie sabe.

-Me he caído mientras corría, pero estoy bien -Le miro a los ojos pese a ser consciente de que le estoy mintiendo.

Mi hermano me mira con los ojos entrecerrados.

-¿Seguro?

-Seguro -le digo mostrándole una sonrisa nerviosa.

El autobús por fin llega, y me adentro rápidamente. Le dejo el lugar de la ventana a mi hermano, porque aunque sea el sitio que más me gusta, Max podría estar en la calle y verme.

Tras el trayecto, llegamos al piso en el que mi hermano y yo vivimos solos.

En verdad siempre hemos vivido solos. Nuestros padres siempre están en viajes de negocios y me apuesto cualquier cosa a que no es mentira que nunca hemos pasado un día en familia.
Se limitan a darnos dinero para que nos las apañemos. Son muy ricos, por lo que el dinero les sobra. Nos llaman como máximo una vez al mes, sin olvidar que en mi cumpleaños ni me felicitan, pero a mi hermano por supuesto que sí.

No sé cuántas veces he dicho que preferiría que mi familia fuese pobre pero unida antes que lo que siempre hemos sido: familiares que ni siquiera se conocen. Padres que nunca han demostrado quererme, que no han hecho nada bueno por mí, que me tratan como una chica cualquiera en vez de como a su propia hija.

Me encierro en mi habitación con la excusa de que voy a hablar con Alice, y me tumbo en la cama. Mis ojos se cristalizan, pero hago un esfuerzo por no llorar.

No ahora.

Me abrazo a la almohada, cierro los ojos y el sueño me gana la batalla.
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Hasta aquí la primera parte del cuarto capítulo. Gracias por leer y si os ha gustado por favor, apoyadme con una estrellita. ¡Nos leemos pronto! ^.^

P.D.: Alice en multimedia :)