Capítulo 34

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Kelsey's POV
–Otro establecimiento cerrado. –alego tras soltar un suspiro.

–Joder, ¿qué coño pasa hoy? –espeta Kyle visiblemente molesto.

Llevamos cerca de veinte minutos buscando algún lugar para saciar nuestra hambre con comida basura.

Ni siquiera un simple Burger King mantiene sus puertas abiertas ahora mismo, y eso que es una hora a la que suele tener mucha clientela.

–En fin –empiezo a hablar intentando ser optimista–, ya encontraremos algún lugar.

–Esto es por culpa de mi mala suerte. –se arrepiente él–. Rara vez es aquella en la que no me ocurra algo malo.

Yo le muestro una sonrisa, y me agarro a su brazo para caminar más apegada a él.

–Venga ya, no eres ningún desgraciado, porque me tienes a mí.

Parece que he conseguido alegrarle, porque me regala una sonrisa de oreja a oreja.

–Tienes razón, ¿cómo he podido ser tan ciego? –me contesta, y besa mis labios con dulzura.

–Oye, ¿entramos ahí? –pregunto señalando otro restaurante.

Este parece uno para nada elegante y muy poco conocido, no obstante el menú llama mucho la atención debido a la variedad de deliciosos platos que menciona.

–Mientras que tenga algún plato que me guste me da igual dónde entremos, me muero de hambre.

Yo asiento con la cabeza, animada, y lo cojo de la mano para entrar juntos en un lugar que prácticamente hemos visto por primera vez en nuestras vidas, establecido en una zona muy recóndita de la ciudad.
Es por eso por lo que me sorprende que lo hayamos encontrado, pero Nueva York es enorme y siempre habrá algo que nos impresione.

El establecimiento no es grande, pero tampoco es muy pequeño. Se podría decir que es de un tamaño normal, y para nuestra sorpresa está lleno de gente, cosa que parece incomodar a mi novio.

Aprieto con un poco más de fuerza su mano, para así transmitirle confianza y optimismo, y él me devuelve el apretón con una sonrisa.

Apenas llevamos un mes de relación y quizás sea verdad que no conozco bien a Kyle, ya que es muy reservado y esconde algún que otro misterio, pero le quiero y le aportaré toda mi confianza para que de esta forma consiga mostrarse como es en realidad delante de mí.

Por el tiempo que llevo conociéndole sé que odia las multitudes, prefiere sitios más íntimos y deshabitados.
Además, le cuesta muchísimo socializar, causa por la que no es conocido por tener muchos amigos, y no es muy buen conversador al principio, algo que he podido comprobar cuando lo conocí.

Pero aunque sean pocas, lo importante es que esté rodeado de personas que lo quieren tal y como es, y no de un gran grupo de gente que ni siquiera lo respeta.

En fin, volvamos a lo de antes.

Observo con sumo detenimiento el menú, sintiéndome más indecisa que nunca frente tantos tipos de comida que me gustan.

Como dije, el restaurante no es para nada distinguido, por lo que ahora mismo estamos sentados en sillas incómodas, y una pequeña mesa es lo único en lo que podemos poner nuestras bebidas, además de que debemos tener en cuenta que los platos quepan en ella.

Pedimos nuestra comida a un amable camarero que nos atendió minutos después de nuestra llegada, y conversamos para que la espera sea más breve.

Sin embargo, nuestro intento de platicar con total tranquilidad se frustra a causa de los incesantes y molestos chillidos de algunos niños pequeños que llenan de vida el lugar.

Un Amor Inesperado [#UAI1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora