XV

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Astrid

Todo estaba borroso a mi alrededor, había mucha gente vestida de blanco caminandobde un lado a otro, sentía un dolor en mi pecho sintiéndome extremadamente débil, la cabeza me da vueltas, ¿qué ha pasado?.

— ¡Está perdiendo mucha sangre! — escuché al que parece ser un doctor, exigía a los demás paramédicos — Ha abierto los ojos, es buena señal, pero necesitamos trasladarle sangre o morirá.

¿Sangre?

¿Morir?

Fue lo último que escuché, después todo se volvió negro.

*•*

Abro los ojos con dificultad, una luz blanca y segadora llega a mis ojos imponiendo ver con claridad.

— Por fin despertaste... — ésa voz... ¿A caso es quién creo que es? — Llevas tres días durmiendo.

¿Tres días? ¿Qué pasó? ¿Dónde está Haddock?¿Dónde están las demás? ¿Dónde estoy? Mi cabeza se llenó de preguntas que gritaban respuestas, pero conociendo la persona que esta frente mío es capas de mentirme.
De pronto, los recuerdos de lo sucedido en la pista de hielo golpean violentamente mi cabeza.
¿Que si me espante? ¡Claro que lo hice!.

— ¿Dónde estoy? — fue lo mejor que se me ocurrió, pueda que haya recordado más o menos qué pasó, pero sigo sin saber qué es éste lugar, además es muy poco probable que no pueda mentir con el lugar.

— ¿No es obvio? — en su voz detecte cierta burla a su respuesta, claro que es obvio, puedo hacerme la idea de dónde pueda estar — Estás en mi santuario.

— ¿Desde cuándo tienes un santuario? — algo no me cuadra aquí... Y eso no me da un buen presentimiento, quizá...

— Desde que capturé a Haddock.

*•*

Hipo

Los brazos y piernas dolían a causa de las cuerdas con las que me ataron, el lugar está completamente oscuro, mi boca y ojos están cubiertos.

No sé cuanto tiempo llevo aquí, lo último que recuerdo fue que estaba en la pista de hielo con Hillary, después sentí un tipo de "piquete" en el cuello y caí casi inmediatamente al suelo inconsciente, no sé que ocurrió después.
Salgo de mis pensamientos al escuchar unos pasos que se dirigen a mi dirección. Luego la puerta se escucha abrirse.

— Oh, pero si es mi hermano favorito
— pude escucharlo, realmente detesto. — Quítale las vendas.

Había una pequeña lámpara que le daba luz al cuarto en el que estaba, al llevar un largo tiempo con los ojos vendados, esa pequeña luz cegó aún más mi vista.

— Oh Hipo, he estado esperado este momento desde hace mucho tiempo. — y ahí estaba él, cabello rojizo, vestido completamente de negro. Su voz se escuchaba rasposa, y con mucha soberbia — La última vez que te vi, tenías... ¿siete?

Seis, de hecho. Pero decidí no hablar.
Se supone que he estado pagando a miles de personas de seguridad para evitar que este desquiciado me atrapara, pero por lo que veo todo ese dinero fue un gran desperdicio.
Desconozco si saldré vivo de esta, pero lo que más me preocupa es Hillary y Alice ¿les habrá hecho algo? no me lo perdonaría si algo les pasara.

Un fuerte dolor sentí en mi mejilla derecha — ¡No me ignores cuando te hablo!

Dagur, si logró salir de aquí, lo vas a pagar.

— Por favor, hermano... coopera conmigo. — llevo una de sus manos a su caballo con frustración.

— ¿Por qué habría de hacerlo? — me atreví a hablar, pero recibí otro golpe por parte de su guardia al no decirle a Dagur lo que quiere.

Bad Liar || HiccstridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora