~•epílogo

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Estaba sentado en un sillón con piel de oso, frente a una chimenea que sacaba un agradable calor, sólo miraba la chimenea mientras tomaba una taza de café.

— Señor... — una persona había interrumpido su paz — Quiere verlo, ¿Lo dejo pasar?

Aquel hombre sentado en el sillón hizo un ademán con su mano izquierda autorizándole el paso a la persona. Aquella persona que al parecer era un sirviente suyo, dejo pasar a la persona.

— Te dije que no quería volver a verte Viggo. — su voz era gruesa y a la vez algo rasposa

— Drago... — Viggo tenía un aspecto sucio, recién había escapado de la guarida de Dagur — Da..

Iba hablar pero Drago lo interrumpió.

— Él no me interesa — dijo levantándose, era un hombre robusto de cabello largo y negro — Encárgate de él, no vengas a mi suplicando ayuda.

— De hecho... — dijo Viggo sonriendo lanzándole una fotografía — Ya me encargué.

Drago tomó entre sus manos la fotografía, al verla sonrió de lado.

— Solo vine a decirte que ya no tienes que preocuparte por él — Viggo giró sobre sus talones alejándose del lugar donde estaba con Drago, dejándolo solo como al inicio había pedido.

Drago dejó la fotografía en la mesa que estaba a la derecha del sillón en el que estaba, volvió a sentarse tomando nuevamente su café. Dagur había trabajado con el, pero este lo traiciono, no se vengo porque para el no valía la pena. Pero quedo muy satisfecho al ver otra vez la fotografía.

Pues en la fotografía estaba escrito "TERMINADO" con sangre que provenía de Dagur, estaba muerto con un cuchillo clavado en su pecho.

*•*

Las calles de Nueva York están incluso mas transitadas que de costumbre, un castaño se dirigía a una cafetería para pasar el rato ahí.

Había pasado un año ya desde lo ocurrido en la guarida de Dagur, todos los que trabajaban para el fueron arrestados, y en ese mismo día asesinaron a Dagur, hasta ahora nadie sabe que fue lo que paso, no saben si fue un asesinato o un suicidio.

Hipo había dejado Seattle para mudarse a Nueva York, con ahora Eret y Toothless a su protección, este ultimo sobrevivió a la herida que le hizo Dagur, y desde ahora los tres se han hecho muy amigos.

Heather seguía trabajando de espía para SHIEB, ahora mismo se encuentra en Nueva Zelanda trabajando, donde en un par de días sería nombrada la mejor espía de la agencia.

Hipo había dejado su actitud de chico mimado, se dedicaba hacer mas cosas buenas como seguir en sus clases de Taekwondo.

Aun seguía en contacto con Heather y los demás, se hicieron amigos después de lo que había pasado.

Sin embargo, con Astrid... no volvió a saber de ella desde esa última vez que se vieron, es como si hubiera desaparecido en el aire.

Una vez que Hipo cruzo la acera para entrar a la cafetería, algo llamo su atención, o mas bien alguien.

Era una chica de unos veintitantos de años, su cabello rubio estaba atado en una trenza que caía por su hombro izquierdo.

— ¿Astrid? — preguntó atónito a la chica, cuando se había acercado a ella.

La chica se volteo a verlo, definitivamente era ella.

— Hipo... — ella estaba igualmente sorprendida.

— ¿Qué haces aquí? — preguntaron ambos, riendo por su nerviosismo

— Ahora vivo aquí. — dijo el castaño sonriendo de lado rascándose la nuca — ¿Y tú?

— Trabajo aquí — contestó ella señalando la cafetería a sus espaldas.

Ambos se sonreían, sin saber que decirse después de tanto tiempo sin verse, Hipo la miraba a los ojos, se fijo en su apariencia: seguía igual de bella desde que la conoció. Astrid hacia lo mismo, incluso lo vio mas atractivo.

— Creo que nunca nos presentamos correctamente... — dijo Hipo para romper el hielo, pues ambos no se decían nada — Hola, soy Hipo Haddock.

El chico saludó extendiéndole la mano derecha, tomando el valor suficiente que pudo tomar.

Astrid sonrió.

— Mucho gusto, Hipo Haddock. Soy Astrid Hofferson — respondió ella sonriendo ampliamente tomando su mano mientras ambos se sonrían.

Era una señal para volver a empezar.

Bad Liar || HiccstridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora