A penas las unidades médicas atendían a los caídos por aquel ataque sorpresa, Somnio sólo era el polvo del maravilloso mundo que solia ser, todo estaba hecho una sola mierda y no tan solo por los guerreros que murieron y por los que quedaron gravemente heridos sino por todo el daño que había risibido estando ahora en una sufrible decadencia.
Aldora se había encargado de formar a la resistencia más fuerte que podía estar sobre sus pies en Somnio, así el mundo estaría preparado para un segundo ataque. Luego de formar aquel ejército fue cuando tomó la decisión de buscar a su Omega aunque haciendo esto perdiera la vida en el proceso, logró entrar al mundo de Otauro como una simple polizonte, llevando tan solo consigo su vestimenta de combate una túnica negra que cubriera su piel, para que no fuera tan obvio que pertenece a Somnio ya que esta tiene su acendencia y por ultimo una máscara que cubría su rostro, ya que tan solo se había acostumbrado a la oscuridad de la noche y si sus ojos se exponían a la luz solar de forma repentina perdería la vista en fracción de segundos. No pudo llevar alimentos o armas consigo, ya que todo viene con ship y seria rastreada con facilidad por los radares, por lo menos necesitaba algo de tiempo para ubicar la base enemiga o tan solo saber donde reposaba su líder.
Se encontraba en la parte árida de aquel mundo, donde sólo había rocas, tierra y un insoportable sol caliente, queriendo arrancarle la piel a la Alfa. Su cuerpo no estaba acostumbrado a esas temperaturas altas directas de rayos solares al igual que la luz que había en aquel sitio, por eso se metió entre las rocas como una animal rastrero buscando la oscuridad y humedad entre estas.
Escucho un grito de un niño, disimuladamente se asomo al sitio de donde provenía aquella agonía y allí veía una especie de animal mutante asediando aún pequeño felino de unos 10 años de edad, escuchaba los gritos de su madre pidiendo ayuda pero aquel sitio parecía ser un lugar desolado. Aldora suspiro para sus adentros su instinto se había encendido como una llama en su pecho, pero si procedía hacer el papel de héroe primero debía pensar en ella, 1° Estaba en celo así que su cuerpo está debil y susceptible, 2° A parte de su condición para nada Está su cuerpo acostumbrado aquellas temperaturas altas que habían en ese desierto. 3° Ayudaría al bando enemigo ¿Qué pensaría su líder? En pocas palabras había escapado de su país y ahora ayudaría a los enemigos, llevo una mano a su agitado corazón, cerro los ojos y volvió a tomar aire, nunca dejaría morir a un inocente cuando su salvación estaba en sus manos.
Salió de su escondite a una velocidad rápida, se impulso desde la mesera de roca que estaba y con su mano hecha un puño golpeó lo que parecía ser la frente del animal, dejó su mano allí y se aferro a su cabeza, para luego musitar un conjuro.
-Lloria-Goripal-
Fue entonces cuando de la palma de su mano se formó aquella explosión que término por perforar la cabeza de la bestia aniquilando a la misma al instante. Cuando sus pies tocaron tierra tomó al pequeño entre brazos y se lo llevo a su madre la cual la miraba sorprendida y a la vez agradecida.
-Muchísimas gracias señorita, no que hubiese sido de mi hijo sin su ayuda- agradecía la mujer mientras estrechaba la mano de esta- Le a salvado la vida a lo único que tengo en el mundo-
¿A lo único que tenía? Aldora se sintió bien, aquello que había hecho era como si hubiese protegido a su querido Damian, definitivamente no se arrepentía en lo más mínimo de sus actos. Tomó aire, sentía como su cuerpo se quedaba sin fuerzas, como iba perdiendo la visión, como caía sin conciencia al suelo, la poca energía y poder que tenia se habían esfumado en un segundo.
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Alfa y Omega
General FictionEl planeta verde cambio, cuando se dio cuenta que no era el único con seres vivientes, durante tantas décadas sabían que no estaban solos en la tierra, pero solo abrieron los ojos cuando escucharon por primera vez un saludo desde la galaxia. ~Hello...