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Tras aquel pequeño descanso en el cual tan solo soñó con la perfección del rostro de Damian, de verlo a blanco y negro como una antigua película que se repetía en su cabeza sin sentido, recuperó energía pero no toda la que su cuerpo necesitaba. Fue acogida en el humilde hogar de aquella señora la cual por gratitud juro con su vida no delatar a la Somniana, a pesar de saber que era el enemigo no quiso delatar a quien salvo a su hijo. Durante la estancia que estuvo en aquella casa sintió una calidez extraña en el pecho y no era precisamente provocada por su celo sino por el calor que recibió por parte del pequeño felino y su madre, se aseo y alimento en aquella casa para luego de tomar unas cuantas provisiones continuar en su misión improvisada por ella misma.

Caminaba entre las sombras hasta llegar a la ciudad de Otauro, no era secreto para nadie de donde venía ella y que tipo de amenazaba era para su mundo, lo extraño era que tan sólo la observaban con miedo pero no le hacían nada, tan solo la veían pasearse por las calles, las mismas autoridades caninas ignoraban su presencia, como si tan sólo fuera una simple gripe vial en el cuerpo de un hombre de altas defensas y que aparte de todo es médico.

Las calles de los mercaderes estaban repletas de personas, realizando sus compras a los reptiles, los felinos y algunos caninos, la vida tenía su curso normal, Aldora se había dado cuenta de que el mundo no giraba alrededor de la guerra o la miseria, sino también alrededor de la cotidianidad, de hacer lo de siempre a pesar de que pase un atentado, de que lo peor que podría pasar era morirse y al final todos moriremos.

-¿Buscas a tu Omega?- Escucho aquella pregunta en una voz áspera y gruesa, una voz que comprimio su pecho- ¿O me equivoco?-

-Depende quien pregunté, te diré si o no- Respondió en un tono burlón la Somniana deteniendo su caminar para girarse sobre sus talones y quedar frente al pelirrojo de ojos bicolor- ¿Tal parece y me infiltre en la mejor parte de Otauro o ya me esperaban?-

-Ambas cosas serían correctas, te esperábamos pero con suerte te infiltraste en la parte exacta de este mundo- Se acercó a esta colocando  sus manos en los hombros de la rubia- Aunque eres valiente al estar a la defensiva lo digo porque estas en terreno enemigo sin un solo aliado y para completar estas en celo-

La rubia suspiro con tranquilidad para sus adentros ¿Cómo era que sabía todo eso de ella? ¿Quizás habían torturado a su querido Damian para sacarle información? Lo observó con irá y rabia.

-¿Qué quieres?- Pregunto apretando los puños- Si sabes que estoy débil y aun no tientas contra mi vida es porque deseas algo-

-Eres inteligente, aunque no me asombra eso de una Alfa hija del supremo de su planeta- Observó la confusión en el rostro de la joven para luego sonreír- Te conozco más de lo que tu misma te conoces querida-

-Se que no eres un simple humano ¿Qué especie eres?- Al terminar de formular aquella pregunta se sostuvo el abdomen en un fuerte abrazo para Si misma, sentía un dolor intenso que abarcaba todo su cuerpo-

-También se que los Somnianos introducen un Ship en el cuerpo de sus guerreros y cuando duran 7 días mejor dicho 7 noches fuera de su mundo esto le empieza a matar ¿Qué te hace pensar que tu Omega esta vivo? De ante mano te digo que es una rotunda estupidez que estés aquí, según los radares tienes 5 noches en Otauro ¿Qué te hace pensar que destruirás un mundo en dos días?- Hablo con serieda, observando a la otra por encima del hombro-

Era cierto, todo lo que decía era verdad, no estaba consciente de todo el tiempo que duró desvanecida en aquella cama, aquel aparato la estaba matando desde el momento que entro a Otauro, no tenia fuerzas para luchar, para buscar a su Omega, no tenia la certeza de que este aunque sea tuviese vida.

-¡Eres un cabrón!- Con sus dos manos sostuvo con fuerza el cuello del pelirrojo- Si muero tendré la certeza de acabar con quien me arrebato a Damian de las manos ¿No es eso suficiente? Terminar con la miserable vida de quien se llevó a mi- En ese momento se quedo sin palabras, aquel olor a vino seco perturbaba su olfato, aquel olor la empezaba a embriagar, observó el rostro del pelirrojo el cual se quedaba sin aire- Tu hueles- Se acercó a oler su cuello, a oler las pequeñas brechas que habían entre sus dedos  de aquella suave piel ¿Desde cuando se le apetecía tomar un sorbo de esa piel?-

-Tu Omega huele a menta, tu hueles a frutas silvestres. Por eso aun no te asesino pequeña Alfa- En aquel descuido por parte de la Alfa y con sus palabras dificultosas al igual que sus movimientos inyectó en el cuello de Aldora un tranquilizante y bloqueador mental- Eres hermosa cuando te distraes-

Aldora callo en los brazos de aquel hombre de cabello rojo como el óxido y de ojos que son una pequeña ventana a su alma y su espíritu, a pesar de que su vida estaba en las garras del enemigo, de quien le había robado a Damian se sentía jodidamente bien si debía  morir en sus manos ¿Morir? Estaba feliz de lo que sea que le hiciera aquel hombre ¿Pero por qué?

Si, Damian es Harry Styles

Alfa y OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora