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Magnus se consumía en el fuego, dejando como muestra los cadáveres calcinados de sus habitantes. Aldora vio tres niños, dos niños y una niña, lloraban con miedo y fuerza. Cadson y la reina de las bestias se acercaron a esta mientras se repartían los niños, ambos sellaron su pacto con miradas, un pacto que se vio roto por un rayo de luz fugaz que Apartó a ambos, haciéndolo alejarse y mirarse uno al otro con rabia.

La rubia despertó pasando su mano por su rostro, otro sueño más, pero un sueño que dejaba las cosas un poco más que claras. Se levantó de la cama en un ruidoso bostezo, sonrió con tristeza al ver a Damian acostado alli, aun estaba débil a pesar de que cuatro días habían pasado desde aquel incidente. Aldora no comentó nada de lo sucedido a nadie decidió guardar silencio para comprender lo que sucedía a su alrededor, pero no dejaba ir a Damian sólo, siempre iba a su lado.

-¿Cómo te va en los entrenamientos Aldora?- Pregunto Deller al ver a la chica levantar las pesas de 500 libras del suelo-

-¿Cómo crees que van?- Respondió en una sonrisa de lado mientras le veía de forma indiferente-

- Los veo bien- Respondió mirando a la chica con extrañes- ¿Te pasa algo Aldora? Hace unos días te noto rara, como si me evitarás ¿Donde esta Damian?-

-Sólo estoy ejercitando me demás y no ando de mucho humor- Corto sus preguntas dejando la pesa en el suelo- Damian esta en mi habitación. Ya que es mi Omega desde que tengo uso de razón, debo mantenerlo vigilado-

Aldora estaba dispuesta a salir de allí corriendo. Sabía o mejor dicho, presentía que Deller era una distracción que la misma reina le había enviado ya  que el era casi una debilidad para la Alfa.

-Eso no puede ser- Detuvo a la chica sosteniendo la del brazo- Yo soy tu Omega Aldora y lo sabes- Comentó indignado- Dijiste que era tuyo, que te haría falta en la habitación ¿Me has mentido? Es la misma naturaleza la cual desea nuestra unió-

¿Mentir? Que no la joda. La tienen engañada. La sacan de un engaño para meterlo en otro más grande ¿No sentía lástima de ella? Aldora observó a Deller con una llama encendida en la mirada, su lado Alfa, estaba encendido y alerta. Un rugido nació de su ser, observó al pelirrojo con una expresión fría en el rostro, mientras llevo ambas manos a sus hombros, para sostenerlo con fuerza.

-No creas en las palabras de un Alfa que esta al lado de un Omega en celo- Respondió con desinterés- También se que los Alfas pueden tener más de una pareja ¿O me equivoco?- Una retorcida sonrisa se apoderó de sus labios- Deller ¿No sientes remordimiento? ¿Tu mente te deja dormir de noche?-

Tras hablar con el y dejarlo sin palabras, camino con firmeza hasta salir de allí. Caminaba distraída por el pasillo hasta llegar a su habitación y azotar la puerta con fuerza callo al suelo de forma brusca. Se abrazo de sus rodillas y recargo su espalda de la puerta. Damian la observó con preocupación desde la cama. Recién se había despertado, se sentía débil y decaído.

-Aldora ¿Qué te pasa?- Le pregunto con la preocupación en la voz- ¿Te han hecho algo? ¡Esos animales te han tocado!- Se levantó con rapidez de la cama y se sentó aún frente de esta- Aldora por favor. Habla conmigo-

La cabeza le daba vueltas y su visión era oscura. Sabia, tenia la certeza de lo que estaba sucediendo ¡Del maldito engaño! Todo lo tenia en la mente. Su lado Alfa estaba más abierto que nunca, sentía la electricidad, le recorría todo el cuerpo, podía sentir en su piel cuando el sol nacía y cuando una vida se iba del mundo, ya no era Aldora, ya no era una guerrera, ya no era la mano derecha de nadie, se había convertido en nada. Un nada que significa todo.

-La reina de las bestias y Cadson  hicieron un trato. Destruyeron Magnus y tan solo dejaron vivir a los niños de los líderes- Suspiro de forma ahogada- La reina se conformo con la tierra y Otauro mientras Cadson tan solo quería volver su mundo en lo que eran antes. Pero el pacto se rompió cuando la reina rompió el pacto atacó a Somnio para entonces conseguir a los tres sobrevivientes de Magnus- Levantó el rostro con la frustración en el rostro- Todo fue un maldito engaño Damian. Todo por el maldito orgullo de vencer y poner frente aún Alfa-

La frustración habitaba en su mente, tenia todo ahí, todo en sus manos y lo peor de todo era que si hablaba a los mundos y decía la verdad nadie le iba a creer.

Alfa y OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora