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La tierra de Otauro tembló de miedo al sentir el contacto de los pies de Aldora ¿Por qué  se molestaba en llamar a eso una guerra? Si aún no nacía un rival digno para ella, un rival que asemejará sus ataques de cuerpo a cuerpo, un rival que le diera todo lo que ella podría brindar. Diferentes buques y tanques de guerras al igual que hombres armados la esperaban, cumpliendo el trabajo de proteger a su reina. Aldora sonreía con burla al ver los miserables intentos de los allí presente ¿Creen que le impedirían destrozar aquel castillo? La mente de Aldora sólo se enfocaba en una cosa: Destruir todo a su paso, sin importarle quien o que fuera.

Cuando empezaron a dispararle Deller creo un campo mental de protección entre ellos dos haciendo que ninguno de los disparos les tocase.

-Aldora. No existe nadie que pueda vencerte, solo entra allí y destruye a la reina- Dijo con tranquilidad Deller caminando tras ella- No hay necesidad de derramar tanta sangre-

-¿No hay necesidad?- La burla se adueñó de su voz- Me faltan el respeto disparando hacia mi persona ¿Y no hay necesidad de derramar su asquerosa sangre?- Hablo con sarcasmo- Anda Deller quita el escudo-

Deller obedeció ya que no tenia otra opción ¿Quién era está mujer? ¿Qué había sucedido con Aldora? Antes ella daba su vida por el más débil y en un parpadeo sólo quiere ver la sangre de los inocentes correr, como si aquello le excitara. Deller trago en seco al ver la onda de expansión que lanzó Aldora. Aquella onda quebró las armas por mitad al igual que los cuerpos de los soldados y los civiles. Deller miro Aldora con asco mientras está tenía una amplia sonrisa en el rostro ¿Qué clase de demonio era ahora? Sonriendo al ver el mar de sangre que había desatado, al ver el miedo que infundia en el rostro de los poco que quedaron con vida, al ver la miseria de los más débiles.

Llegaron al palacio de la Reina de las Bestias dónde Aldora tomó a esta por el cuello y empezó ahorcarla sin clemencia y con una mirada brillante en el rostro.

-Aldora ¿A caso todo esto te llena de gozo?- Pregunto Deller mirándola con temor- ¿Te sientes bien al hacer algo como esto?-

-¿Me estás cuestionando?- Respondió con una pregunta sin dejar de ahorcar a la Reina- ¿Estas cuestionando mis acciones?- Lo miro por la comisura del ojo- Se siente bien estrangularla. Romper este cuello tan fino y traicionero. Sentir como su garganta se quiebra y sus latidos se van acelerando. Saber que por mi culpa su voz no volverá a salir nunca más- Hablo con el extasis por voz, una mirada perdida y unos gestos satisfechos al ver el cuerpo de la contraria caer sin vida al suelo-

Aldora salió a pasos firmes de allí, se sentía llena de vida y con la capacidad de poder hacer todo. No sabia lo bien que el poder se sentía. Al llegar al pueblo vio aun pequeño felino herido y algo en su ser le decía que ya lo había visto antes. La rubia se acercó a este, colocó su mano derecha en la frente del niño, vio la esperanza y la agonía en su rostro y al segundo tiempo un rayo de luz hizo un rápido recorrido por los sesos del pequeño dejando una traumante escena en el lugar.

-Aldora ¿Qué diablos acabas de hacer?- Pregunto Deller con los ojos bien abiertos dejando ver los azules que eran- ¡Estas haciendo una maldita masacre!- Le grito pálido y atónito por su acción-

-Estaba sufriendo- Respondió con el rostro lleno de sangre y una mirada perdida- Sólo le di un pase para que llegara más rápido-

-¡Joder maldita loca! Solo tenia una herida superficial por Dios ¿No los ibas a proteger? ¿A limpiar los mundo de los malditos líderes que tenian?- Preguntaba mirándola al rostro con ira-

-Eso es lo que hago. Ahora iremos con los líderes de los demás países. Ya bencimos a los comandantes sólo faltan sus peones- Miro a Deller con una pausada sonrisa- La sangre de los inocentes engañados limpiarán al mundo-

-Estas haciendo una caseria Aldora. Los demás son buenos gobernantes sólo La reina y Cadson eran los malos, ya todo acabo- Suspiro para sus adentros con dolor- Me duele decirlo, pero eres peor que ellos Aldora ¿En qué te convertiste? ¡Estas matando a personas inocentes por el gusto! Se que dije que te seguiría hasta el final, pero no estaré de brazos cruzados mirando como matas a los niños, a las mujeres ¡A todo el mundo que solo fue una víctima!-

-Por primera vez voy a apoyarlo- Agregó Damian interrumpiendo la conversación- Te has convertido en un monstruo sediento de sangre Aldora ¿Qué a pasado contigo?  No eres la soñadora chica con la que me crié, no eres la mujer que defendía a los más débiles ¡¿Qué coño le hiciste a mi Aldor?!- Pregunto en un grito ahogado sacando su arco de fuego colocándose en posición se combate-

Aldora los observó y tan solo empezó a reír a carcajadas burlándose de los dos hombres que le reclamaban. Se había dado cuenta que la única forma de salvar al mundo era matándolo a todos y dejando sólo a los mejores vivos.

-Ustedes también me han traicionado- Comentó esta en un suspiro- ¿Me van a retar? No tienen ninguna oportunidad para luchar contra mi y lo saben- Los observó con burla- Pero los enviare al más allá así cuidan a los muertos ¿Qué les parece?-

-Nos llevaste a esto Aldora. Solo queríamos recuperar a los mundos del engaño y tu, tu sólo quieres matar a todos- Deller suspiro con tristeza- Mataste a cientos de inocentes sin contemplación alguna. No voy a permitir que los destruyas, que nos destruyas a todos- Unas lágrimas rebeldes hicieron presencia en su rostro- A partir de aquí somos Damian y yo contra el mal. El mal eres tu- Desenvaino una larga espada de color verde esmeralda- Te amo Aldora. Solo lo hago por tu bien-

A Deller le dolía el alma y el pecho, no quería hacerle daño a Aldora ¡Joder! Era su alma gemela todo lo que alguna vez había deseado, pero no iba arriesgar a los demás, no podía dejar que ella se siguiera manchando las manos con sangre de personas inocentes, no podía.

El poder la había cegado. Aquello que obtuvo en el lago de fuego no es para todo el mundo, ya que es una fuerza mística que ni el mismo creador de todo tenía, una fuerza tal que hace perder la conciencia de quien la posea y eso mismo le había sucedido a la rubia. Había olvidado quien era, el porque se su lucha, había olvidado a sus amigos, había olvidado lo que más importaba.

Alfa y OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora