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El entrenamiento de Damian empezaba a las 20 horas todas las noches ya que en Somnio no existía  el día sólo las frías y largas noches oscuras, no tenían sol, solo dos lunas enanas alrededor de este planeta. Esthela era quien entrenaba con esfuerzo a Damian ya que esta era la guerrera más fuerte, su escuadrón se identificaba por los tatuajes amarillos en sus hombros y mejillas, esto eran constelaciones ya que de allí venía la ascendencia de Esthela.

-¡Maldita sea Damian! ¿Eres mujer o qué mierda? Solo tenemos 2 horas en combate y ya estás tirado en el suelo hecho mierda-

Esthela se molestaba cada vez que esté entraba en su "Ciclo especial" se convertía en un jodido marica, ella era solo una mujer el debía vencerla con solo unos golpes, hacerle el omenaje a su raza de Omega, pero que va, solo era una gran mierda sin fuerza, estaba allí tirado en el suelo sangran do de la nariz, con su ropa ajustada de entrenamiento color gris, manchada con levedad por la sangre que brotaba de la herida que la loca mujer le había hecho.

-¿Sabes por qué estás tomando mi entrenamiento? Esas marcas que tienen sólo son la identificación de donde eres, pero aun no tienes ascendencia como los demás, eres tan débil que ni las estrellas te han querido dar el puto honor de pertenecer a algo ¡Maldita alimaña!-

Damian tosió saliendo pequeñas gotas de sangre disparadas de su boca, aquella mujer lo había molido a golpes la verdad estaba debil, cansado y decaído, estaba en celo y eso lo debilitaba ya que para aquel momento no tenía pareja en la cual recargar sus deseos más impuros, volverse uno con su otro alguien que aún no conocía. Esthela lo pateaba con rabia mientras esté aún seguía tirado en el suelo.

Pero esto no quedaría asi, Aldora volvía de hacer deportes con su escuadrón, estos tenían la mayor ascendencia, la luna, sus tatuajes en el rostro y abdomen y pecho los hacia marcar la diferencia, Aldora sintió como el fuego le corrió el cuerpo al ver al abuso que era expuesto su Omega.

-¡Esthela hija de la maldita constelación! ¿Cómo te atreves a golpearlo de tal manera? ¿¡A caso deseas morir de una maldita vez!?-

Desde que Aldora podía pensar por si misma, sentía aquella atracción hacia Damian, de tan solo verlo cabizbajo la electricidad recorría su cuerpo haciendo que de forma involuntaria acudiera a el, solo quería cuidarlo, protegerlo, que nada ni nadie lo lastimará,  el era solo de ella ¡Maldita sea! ¿Era tan difícil de entenderlo?. Aldora corrió hacia el, alejando de un puñetazo al estómago a Esthela, colocó con delicadeza la cabeza de Damian en su regazo mientras le hacía cariñito en el cabello, diciéndole cosas bonitas, como que todo estaria bien, que el dolor pasaría...

-Eres tan mierda que tienes que esperar a que una jodida niña venga a cuidarte, ni para defenderte sirves-

-¡Está en celo maldita sea! Un solo rose con alguien y se debilita, deberías de tener vergüenza de abusar de un guerrero en tal estado-

-¿Qué vas hacer a cambio? Eres sólo una jodida niña, no tienes derecho hablarme de tal forma ¡Soy mayor que tu!-

-Pero tengo más rangos así que si no deseas ser descendida a limpia pisos o que corte tu garganta, cierra la maldita boca y piérdete-

Era cierto, Aldora podría ser una niña de 14 años pero, tenia la sangre pura de un alfa al igual de poseer el poder en el ejército por encima de Esthela hasta podría desterrar la de aquellas tierras sí eso se le antojaba o solo acudiría alguno de sus hechizos para dejarla calva y ponerla verde, pero no perdería energías en alguien como ella. Aldora observó el golpeado rostro de Damian, sintió aquella electricidad y solo se limitó acariciar su rostro, procedió a quitar la parte superior de su vestimenta.

- Por favor Damian, no te dejes manipular por una Somniana de tal modo-

-Tiene razón soy débil, soy un ser desdichado, solo soy una alimaña Aldora, todos tienen sus ascendentes menos yo-

-Eso es porque aun no te pongo en práctica pero ya veras, de ahora en adelante estarás en mi escuadron, como mi mano derecha siempre allí para mi-

- Aldora, eso significa tanto para mi. Aun no me había fijado pero cada día creces un poco más y eres incluso más hermosa de lo que recuerdo, eres tan perfecta-

Aldora sintió sus mejillas arder, sabía que el estaba así por el celo, pero aun así, Damian era muy atractivo, tierno e indefenso la hacia sentir importante, a pesar de que ella aún no tenía su primer celo, a ciencia cierta si lo tenia cerca de su Omega terminaría violandolo, eso estaba más que asegurado. Al tener el torso desnudo, a la vista de la niña, sintió un sudor frío recorrer su espalda, pero no fue para admirar la perfecta figura se Damian que ella lo desnudo, si no para curarlo con su magia.

-No eres un inútil eres el mejor para curar personas, tienes un gran corazón, siempre cuidas de los demás y estas bien bueno-

Aldora sonrió viendo el sonrojo en las mejillas de este, era algo tímido cuando lo alagaban o le decían sus virtudes, aquel olor a menta estaba impregnado en aquel cuerpo de ese chico tan fuerte que perturbaba la tranquilidad en la mente de la niña. Un fuego verde empezó a nacer en la palma de Aldora poco a poco fue tomando la figura de una mujer la cual danzaba al compás de la canción que  escapaba en voz baja de los labios de Aldora, era un hechizo de curación el cual Damian hace unos años había creado, su mano se paseaba sobre la herida de Damian mientras aquella figura hacia un hermoso baile.

-El horizonte esta llorando, ya que esta vacío, nada llena el espacio tan grande y hondo que siente, la soledad lo abandonó ya que la oscuridad que lo cubría iba más allá de lo que está había vivido...Pero aquella noche eterna, de siglos y décadas fue iluminada con lentitud por aquella tenue luz blanca que provenía de la  luna enana-

La figura dejo de danzar penetrando así donde antes había una herida, Damian lentamente se levanto, observó con aquel intenso sonrojo a Aldora, no sabia que pasaba pero en aquellos momentos ella se le hacía inrresistible, la observó de forma fija y esta por instinto mordió su propio labio inferior. Aldora vio como el antes herido ya estaba bien, nadie tenía que decirle lo que este pensaba, ya que ella había captado la señal, así que con su lado alfa tomó la iniciativa y robo un apasionado beso de sus labios, tan suaves pero no eran dulces, tenían una acidez en ellos la cual te haría desconfiar de su inocente figura, pero esto atrajo más la atención de Aldora, sintió como Damian profundizaba cada vez más el beso, como este tomada de su cintura acercando la más a su cuerpo un leve jadeo salió de los temblorosos labios de Aldora al sentir como este se separaba de ella buscando aire.

- Aldora... Yo... el beso.... eres hermosa-

Aldora puso su dedo índice en los labios de Damian sabía que se le haría difícil hablar en aquel momento al ver lo rojo que esté estaba, nunca antes lo había visto asi, pero no ignoro el hecho de que este aún aferraba sus manos a la pequeña cintura de la niña.

- Damian esta bien, solo espera a que este en celo, cuando lo éste nos divertimos juntos... Pero no debes estar con nadie hasta que eso pase, es una orden-

Damian se limitó a tan sólo recibir un beso en sus labios por parte de aquella inocencia que sólo era aparente. Ambos se levantaron y dirijieron sus pasos donde el comandante el cual les informo sobre la pequeña misión de buscar cuarteles espías en su territorio.

Un alfa reconoce a su pareja por el olor mientras esté, esta en celo su aroma se convierte fuerte y embriagador cosa que le sucedía a Aldora debido el olor de uso Damian, pero un alfa podría recibir los aromas de todos los Omegas en celo. Un Omega reconoce al sentir su aroma si este anda en celo y sin estarlo percibe su delicioso olor pero el nunca había olfateando ningún aroma que procediera de Aldora, pero a pesar de eso, se sentía perdidamente atraído por ella.

Alfa y OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora