10

126 10 0
                                    

Llegaba aquello que parecía ser un planeta pero con la diferencia de que su superficie estaba seca y árida y era pequeño, por mucho. Camino con cuidado ente los pedazos ardientes de piedra volcánica que se encontraban esparcidas por todas partes, hasta llegar aún cráter con fuego ardiente, no lo pensó tan solo prosiguió y fue hundiéndose en este de forma lenta y sigilosa, escuchaba un llamado que solo pudo reconocerlo como un susurro, era la voz de Deller, pero ¿Qué le estaba diciendo?

Aldora despertó sobresaltada incorporándose de forma incómoda al ambiente, al calmarse y aclarar la vista se fijo que se había quedado dormida en el campo de entrenamiento justo al lado de una gran muralla de acero ¿Por qué se había dormido en primer lugar? Sacudió la cabeza dos o tres veces hasta que logró aclarar sus pensamientos, había entrenado por 5 horas sin descanso de allí venía que se hubiese quedado parcialmente dormida en aquel sitio. Que descuidada. Se levantó con rapidez y sacudió la arena que se había añadido a su ropa de combate, a pesar de que en Otauro le ofrecieron vestimenta de guerra esta prefería la que había traído de Somnio.

No le iba a mentir a nadie ya no era la misma de antes, no era la misma que vivía bajo mentiras y fiarse de una persona ya no sería lo mismo para ella. No tenía un líder al cual seguir porque a pesar de haber aceptado luchar al lado de los animales de ese mundo no iba a estar bajo órdenes de la Reina de las Bestias, no tenia un Omega al cual defender ya que Damian se había convertido en un hombre hecho y derecho. Estaba frustrada, su planeta había sido destruido por el hombre que confiaba de forma ciega. Estúpida y tonta Alfa. Suspiro con tranquilidad mirando que a su alrededor estaban los mismos guerreros que hacía unas horas atrás había  vencido ¿Cómo habían aparecido de forma tan rápida?

-Chicos, la pelea estuvo buena y todo, pero no estoy de humor para esto- Hablo en un tono calmado mientras se llevó una mano al puente de la nariz-

-La Alfa tiene miedo- Comentó un gran perruno de piel negra y orejas puntiagudas- No te asustes niña no vamos hacerte mucho daño-

-Ustedes nunca entienden- Cerró los ojos con calma, aquellos sueños eran  constantes, solo podía pensar en ellos, su instinto le indicaba que tenian algún mensaje que ella debía designar- Ilux-Sonorus-

Y de esa forma aquella potente honda sonora se esparció por el lugar tirando a todos sus contrincantes.  Aldora siguió caminando en un paso firme mientras colocaba sus manos tras la cabeza.

-Eres una maldita rubia- Ladro nuevamente el que la había provocado- Serás de mucha ayuda-

En pocas palabras la idolatran. Luego de realizar cualquier hechizo o completar un ataque, se convertían en fanfarrones en vez de ser unos malditos guerreros sin piedad, por lo menos con esas normas había crecido. Caminaba por los largos, tenebrosos y largos pasillos de aquella impresionante construcción que parecía un castillo, solo quería tomar un baño y dormir un poco no estaba de muchos ánimos ni de humor que digamos. Una fragancia embriagadora a Vino seco lleno sus fosas nasales e hicieron que sus piernas flaquearan, en contra de su voluntad siguió el rastro exótico y excitante de esta. El rastro percaminoso la llevo hasta el bañador de hombres, al principio miro a todas partes, no podía entrar allí pero su juicio se había largado a otra parte. Entró.

Vio de forma atónita aquella escena que le hizo hervir la sangre. Deller se encontraba debajo de un imponente coronel de pelaje blanco y ojos de un azul que solo el posee, olfateaba el cuello del pelirrojo mientras acariciaba con avaricia el trasero de este ¿Por qué lo hacía? Un fuego invadió el cuerpo de Aldora y sin pensar en sus acciones se acercó a este en pasos involuntarios. Cuando estuvo tras la anchura de unos hombres que la hacían ver como una miniatura. Tocó el costado de este hasta que le presto atención.

-¿Qué mierdas le haces a Deller?- Le pregunto de forma amenazante mirándole con intensidad a los ojos- Te estoy hablando!- Insistió al ver que este no le respondía-

Aquel perro tan solo dio un fuerte puñetazo en la mandíbula de la Alfa provocando que un mar de sangre oscura se derramará de sus labios. Aldora sonrió embobada. En un movimiento rápido ya tenia los pies enredados en el cuello de aquel agresor y profanador de lo que era suyo ¿Suyo? Lo estranguló con frenesí hasta que tuvo la fuerza de estrellar lo contra el suelo, cuando lo tuvo debajo de ella llevo la palma de su mano derecha a la frente del aturdido coronel, sonreía de una forma gloriosa mientras la sangre bajaba por su mandíbula.

-Llori...- No pudo terminar con su ataque. El ataque que dejaría una hermosa pintura roja en el suelo y la pared por los sesos esparcidos que quedarían. Deller sostuvo el brazo de esta-

-No lo hagas Aldora. No es su culpa- Hablo en un tono bajo y a la vez tímido- Sólo se dejó llevar por su instinto animal- Se mordió el labio inferior desviando de forma inmediata la vista de esta- Sólo dejalo. Es mi culpa-

Aldora suspiro y soltó a su rival el cual salió corriendo con el rabo entre las patas. Miro a Deller y procedió a acomodar su ropa y a quitar el rastro que el otro animal le había dejado ¿Por qué actuaba de tal forma? Ella odia rotundamente a Deller, pero no soporta que otro lo toque, que lo miren, que tan sólo piensen en el de forma amistosa. Sacudió la cabeza y trago en seco al reconocer sus pensamientos, miro al chico, vio el fuego en sus ojos, una chispa color cobre encendida, que a ella le provocaba desnudarlo y devorarlo... . Término de subir su cremallera cuando escucho aquel delicioso gemido salir de los labios del otro su piel Se erizo y no precisamente por frio.

-¡Joder Deller!- Gruño mirándole de forma amenazante- No hagas eso. No emitas ningún sonido- Sentía como su pulso se agitaba y su paladar saboreaba por si solo el sabor del embriagante licor que tenia aquel- Si estás en celo ¿Por qué no te encierras en tu habitación o tomas supresores?-

-Lo olvide- Respondió sin dejar de mirarla- Pero no es como que deseaba que algo así pasará, es frustrante que siempre intenten abusar de mi- Hablo en un tono bajo y al sentir las manos de esta en su rostro otro gemido se le escapo-

Teniendo a Aldora cerca, sentía como se derretía con tan solo mirarla, sentía como su respiración le quemaba la piel, como cada pensamiento se convertía en aire y solo estaba pendiente a ella ¿Qué le pasaba en aquel momento? ¿Por qué tenía aquella loca necesidad?

-¿Te he dicho lo mucho que te odio Deller?- Pronunció mientras acariciaba las mejillas de este- ¿Alguna vez te he dicho lo mucho que alteras mis sentidos? Eres un maldito peligro para mi-

Y sin más preámbulos se abalanzó sobre este y sus labios encajaron perfectamente con los ajenos, como si hubiesen sido hecho uno para el otro. Sus lenguas se encontraron de una forma salvaje y necesitada, se necesitaban uno al otro, necisitaban con desespero y agonía, como si aquel momento lo habían esperado toda su maldita vida. Aldora estaba encima de este y sentía como aquel gran bulto rozaba su intrepierna, sentía como las manos ansiosas de Deller exploraban sus caderas, escuchaba la necesidad pedida a gritos en sus agudos gemidos.

-De...Deller no es tiempo- Susurro a los labios de este mientras daba pequeños besos alrededor de sus labios- Ahora no. No a...Aquí-

-Lo necesito Aldora- Dijo en un jadeo mientras sentía como de forma rítmica Aldora bailaba encima suyo, haciendo que su miembro doliera de forma dolorosa- Qui...quiero ser tuyo-

-Aún no- Pronunció en un tono bajo a su oído, mientras su lengua rozó este- Es de...demasiado pronto Deller- Se levantó de encima suyo mirándole con una sonrisa orgullosa- Ya eres mío idiota-

Alfa y OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora