Peligro

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—¿Y por mí? —Pregunto el menor. — ¿Qué sientes por mí, Jonghyun?

Excelente pregunta. Ya había pensado en ello un largo tiempo, de hecho, hacia unos cuantos minutos que se encontraba con Sekyung, el tema apareció en su cabeza, ¿Qué sentía por Key?, ¿Y como fue que pensó en eso?, fue el no sentir absolutamente nada al besar a Sekyung mientras se encontraban solos...

Bien, debía admitir que era dulce, tierna, atenta, le cuido bastante bien esa noche, se divirtieron, celebraron, pero todo fue como si la relación entre ellos no fuera nada más que amistad. Fue entonces cuando los labios de esta tocaron los propios en modo de celebración, que noto todo. Sus labios se movieron sobre los contrarios a un ritmo lento, que fue acelerado por la contraria, un beso más profundo donde sus lenguas se encontraron, pero estas no parecían danzar como lo hacía cuando besaba al menor, el encuentro de sus bocas era diferente. Si bien llevaba tiempo saliendo con la mujer, y que ambos tenían necesidades, no pensó que luego de cuatro meses esta le daría la "autorización" para continuar más allá de un beso.

No era idiota, no perdería la oportunidad de tener sexo, se había tenido que encargar el mismo de sus erecciones y problemas matutinos por esos sueños que le encendían, y con sueños... Se refería a soñar con el menor. Por otra parte, en los malditos ensayos del concierto, al no poder participar de las presentaciones, le quedaba observar a los demás ensayar, mientras el desde posiciones menos peligrosas solo probaba el audio de micrófono. No se quejaba, claro que no, tenía la mejor vista de Key. Ver su cuerpo moverse al ritmo de la música. Ahora entendía porque las fans del menor gritaban en algunas partes de las coreografías, Kibum se vería realmente bien sobre el escenario, sus movimientos eran... Peligrosos. Si, lo excitaban.

Sus manos investigaron bajo la blusa de la mujer, acariciando su vientre plano, y esa piel, aunque suave, no se comparaba a la piel de Kibum. No sabía la forma en la que esta cuidaba su piel, en comparado a Key, pero estaba seguro que no tenía nada que ver con artículos de belleza, en absoluto, sino que eran sus manos reaccionando ante el contacto físico. Al igual que sus labios en no encontrar ese dulzor que tenían los labios del menor, sin duda, Sekyung era diferente a Kibum, no solo por el sexo, sino porque provocaba algo completamente diferente de lo que Key provocaba en él, nada.

Escuchaba los jadeos de esta ser callados contra sus labios, era un hombre, tenía sus necesidades, además, la mujer tenía un buen cuerpo, era su oportunidad, la estaba aprovechando. Sus manos acariciaron sin pudor el trasero de la fémina, sacando más gemidos de esta. Terminaron ambos recostados en el sofá, sintiendo por su parte los senos de la mujer sobre su pecho. Tal vez no eran los grandes senos que cualquier hombre soñaba, pero tampoco eran diminutos como solían tenerlos las mujeres de su cultura. Era un hombre, al menos eso debía admitir que si lo excitaba, más no al punto en que la mujer lograra una dura erección en él. Kibum rompió el record, con apenas unos movimientos de sus labios, había llevado su cuerpo al siguiente nivel.

Era demasiado, si debía ser sincero, el ambiente si estaba tomando una temperatura más intensa, los roces entre sus cuerpos se estaban saliendo de control, entre cada roce era más incómoda la ropa. Pero algo le impedía seguir adelante, seguramente Sekyung esperaba como cualquier mujer, el movimiento del hombre para iniciar el acto. No podía, algo en él lo detenía a continuar, quizás era el pensar en utilizarla como simple acto sexual, aunque era su novia, se suponía que habían sentimientos de por medio, ¿Por qué no sentía su corazón acelerado, o esa emoción por tener a su novia? En cambio, sentía que la utilizaría para descargarse al no poder tener a Key en aquella posición.

Si, pensaba en su amigo en un acto sexual. Aunque era hombre y se sentía extraño al pensar en tener sentimientos por su mismo sexo, más siendo su mejor amigo, pero no solo eran sentimientos, tenía ese deseo por hacer suyo al menor, por escucharlo gemir su nombre otra vez. Si bien los papeles en los cuales podrían desempeñarse en un acto sexual no estaban tomados, elegidos, o concretados, deseaba hacerlo suyo, ser el quien l penetrara. Extraño, deseaba el interior de su mejor amigo, pese a saber cómo realmente se llevaba a cabo un acto sexual entre hombres, lo deseaba de todos modos.

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