Hans, el Doctor y Fernando

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Doctor. - ¡Hans! Esas luces. . .
(Hans enciende y va a situarse a la entrada de la Galería, cruzado de brazos.)

Doctor. - ¿Espera usted algo?

Hans. - Espero.

Doctor (va hacia su mesa). - ¿Usted, Fernando? ¿Piensa trabajar esta noche?

Fernando. - No.

Doctor. - ¿Un cigarrillo?

Fernando. - No.

Doctor. - Parece usted preocupado.

Fernando. - Sí, doctor, lo estoy. Esa historia de los hermanos que acaba usted de contarme. . . ¿qué quiere decir?

Doctor. - Oh, nada; es una historia vulgar: el hermano sano y triunfador; el hermano enfermo y fracasado. . .

Fernando. - Sí, pero. . . ¿por qué me la ha contado usted sin mirarme?

Doctor. - No hacía más que explicarle científicamente un caso que hemos tenido aquí. A esa torcedura morbosa del alma en los débiles, en los niños odiados, en los insuficientes, le ha dado la ciencia un nombre bastante estúpido: "complejo de inferioridad". El nombre es relativamente nuevo; pero el drama es viejo como el mundo. Según esa nomenclatura el drama de Caín sería el primer complejo de inferioridad en la historia del hombre.

Fernando. - Bien, pero. . . ¡por qué me la ha contado usted sin mirarme! ¿Quienes son esos hermanos?

Doctor. - Cualquiera.

Fernando. - No, no son cualquiera. . . ¡Uno soy yo!

Doctor. - Tal vez.

Prohibido🚫 Suicidarse🔫 En Primavera🐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora