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Al otro día no vi a Freddy en la escuela y tampoco los días siguientes. Mike me había dicho que Freddy estaba asistiendo a la escuela pero que estaba evitándome.

Qué cobarde.

―Por favor, Mike ―dije juntando las palmas de mis manos frente a él―. Necesito hablar con él.

―Si te digo en donde está va a matarme ―bajó mis manos―. No insistas Ale.

―Si de verdad eres mi amigo dime en donde puedo encontrarlo.

Mike respiró profundamente antes de decirme en donde podía encontrar a Freddy.

―¡Eres el mejor! ―besé su mejilla y luego de acomodarme la mochila me fui corriendo al auditorio.

Por lo general el auditorio estaba ocupado por los chicos de handball pero ya que este semestre no se había logrado completar el equipo no había nadie.

La puerta rechinó en cuanto la abrí y gruñí en voz baja pues mi intención era sorprenderlo. Mientras la puerta seguía rechinando caminé hacia la cancha y me paré en medio de ésta justo frente a las gradas, Freddy estaba hasta arriba.

Lo saludé agitando mi mano y él me devolvió el saludo. Señalé hacia donde estaba sentado y él asintió.

―Mi condición es muy mala ―solté en cuanto me senté a su lado y traté de recobrar el aliento. Realmente necesitaba ejercitarme un poco.

―Comer aún no es considerado un deporte.

―Debería serlo ―sonreí.

Nos quedamos en silencio durante un rato. Un silencio para nada incómodo. Me dio tiempo de repasar lo que iba a decirle a Freddy. Todavía podía salir corriendo pero eso sería un poco cobarde de mi parte y probablemente Mike moriría en vano por haberme dicho en dónde encontrar a Freddy.

―Oye, lo del otro día...

―Descuida ―lo interrumpí y lo miré. Jugueteaba con sus manos de manera nerviosa y tenía su mirada clavada en el piso―. Detente ―me reí al mismo tiempo que colocaba mis manos sobre las de él y fue entonces que hicimos contacto visual―, no voy a dejar de hablarte por un beso.

―De verdad lo lamento, no fue mi intención.

―¡Uy! Qué pena ―hice un mohín y me levanté―. Y yo que venía a confesarte mi amor por ti.

―Espera, ¿qué?

―Bueno ―dije alargando la segunda vocal―, no estoy súper enamorada de ti pero creo que hiciste que afloraran un par de sentimientos. Tal vez podríamos intentarlo, si tú quieres. O podríamos hacer como que nada pasó, si es que realmente me besaste por impulso.

―No puedo creer que me estés diciendo esto.

―Yo tampoco lo puedo creer ―me reí y él también.

Y no mentía. Jamás en mi vida le había confesado a un chico que lo quería y aunque estaba aterrada de lo que Freddy me fuese a decir, nada perdía con intentarlo. Él era un gran chico y sabía que si lo nuestro no funcionaba, nos sería sencillo vernos sólo como amigos.

Después de hablar y hablar durante horas, decidimos que tendríamos un par de citas como amigos y si las cosas salían bien, llegaríamos un poco más lejos.

Como ya era tarde Freddy me acompañó hasta donde estaba mi auto y luego de despedirnos unas mil veces por fin me fui.

―¡Ya llegué! ―grité y lancé las llaves de la casa sobre la mesa―. ¡¿Hola?!

This Love |Jos Canela|Where stories live. Discover now