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Ya habían pasado tres semanas y ya le había agarrado mucho cariño a cada uno de los niños. Trabajar con ellos podía llegar a ser muy agotador pero al final eran unas personitas increíbles, comenzaba a querer quedarme en la comunidad.

A veces los días después de la escuela se me hacían largos. No tenía con quien platicar pues mi compañera Gina pasaba mucho tiempo en la cafetería tratando de entablar conversaciones con los chicos de medicina menos con Jos ya que según ella, era territorio prohibido porque era mío.

Por supuesto yo no estaba de acuerdo con ese tema pero para no entrar en polémica con ella, había decidido no seguirle el juego y quedarme callada. Era lo mejor para ambas.

En cuanto a Freddy, bueno, no había tenía mucho contacto con él gracias a la pésima recepción pero habíamos logrado hablar un par de veces, tal vez cinco o seis. Siempre me decía lo mucho que me extrañaba y lo aburrida que era la ciudad sin mí junto a él. Freddy podía llegar a ser un romántico de lo peor y aunque a mí no me gustaba mucho la cursilería a él se lo aguantaba porque era inevitable no sentir el calor subir por mis mejillas. Me hacía sentir especial y eso me gustaba mucho. También solía contarme de lo que había hecho en el día y de las múltiples series que había comenzado a ver.

Ese chico realmente tenía mucho tiempo libre y de alguna manera lo envidiaba.

―¿No piensas salir o algo? ―dijo Gina entrando al dormitorio. Me estiré para alcanzar mi teléfono y vi la hora: 11:23 A.M.

―No tengo muchas ganas ―hice un mohín y dejé caer el aparato sobre la cama.

―Bueno, yo iré a caminar por ahí con unos chicos de medicina ―asentí y luego de despedirse se fue.

¿Y ahora qué? No había traído ningún libro conmigo porque creí que me mantendría bastante ocupada pero planear clases ya no era tan complicado. No una vez que le agarrabas el ritmo.

Ir a la cafetería por algo de comer era una opción pero la verdad es que no tenía hambre y solo comería por gula.

Qué más da, no lo hago siempre.

Me levanté de la cama y me puse mis tenis para poder ir a la cafetería. El lugar estaba solo, parecía que todos habían decidido ir a caminar. Sólo se veía uno que otro estudiante de medicina con su libro en mano y un par de chicas haciendo material para sus clases. Cada quien en su pequeña burbuja.

―Buenos días ―saludé a la señora quien me sirvió un poco de pasta en un plato―. Gracias.

Me senté cerca de la salida y me puse a comer. La verdad es que me estaba aburriendo muchísimo.

Mientras comía escuché a alguien decir Hey y luego un silencio largo.

―Hey ―esta vez una mano se posó frente a mi cara haciendo que me sobresaltara―. Lo lamento ―se sentó.

―No te había visto ―dije después de limpiarme la boca.

―Estabas muy pensativa.

―En realidad no ―me reí―. A veces me pasa que se me pierde la mirada en algún punto.

―Qué rara ―lo miré ofendida―. En el buen sentido, claro.

Sonreí y continué comiendo mientras Jos me miraba.

―¿Qué?

―Nada ―hizo una pausa―. ¿No te invitaron a la caminata?

―Sí, pero no quise ir. Me arrepiento de eso porque estoy muy aburrida y apenas van a ser las doce.

This Love |Jos Canela|Where stories live. Discover now