Capitulo 2

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Desperté sólo por la luz que entraba por la ventana del cuarto, aunque parezca difícil de creer, de verdad no quería despertar, no quería que mi maravilloso fin de semana se arruinara, pero ya estaba arruinado, llevaba años esperando para arruinarse.
Me senté en la cama y mire una hormiga que estaba pasando, mi mundo estaba cambiando pero el de las hormigas siempre cambiaba ¿por qué diablos no podía ser tan fácil? Justo como con las hormigas, ¿por qué tenía que ser cruelmente difícil? sin embargo tenía que decidir, si me quedaba con mis padres jamás conocería la verdad de ¿quién soy? O ¿qué es Lunaris? ¿Por qué me siento diferente, rara, no de este lugar? Y la Luna... Que tiene que ver la Luna con todo esto, pero si me iba... Le rompería el corazón a mi mamá y amo a mi mamá, no podía hacerle eso.
Escuche que tocaron la puerta de mi cuarto, me pase la mano por la cara para medio despertarme, y abrí

-Celeste, Ambar está aquí -dijo mi mamá

Quede paralizada, pensé que tendría más tiempo para pensar, comenzaba a tener miedo, a tener mucho miedo de verdad, pero madre es madre y la mía me conocía muy bien, me abrazó y comenzó a sobar mi cabeza

-Hoy tienes que irte, así que mejor apúrate mi princesa no quieres hacer esperar a tu hermana

Lo que me dijo me dejó más loca, ella me estaba diciendo que me fuera...

-Pero mamá...

-Celeste yo seré tu mamá aquí, en ese lugar llamado Lunaris y en donde estés, te amo pero se que necesitas respuestas y ya tienes dieciocho ya es hora de que las tengas

La abrace y más lágrimas comenzaron a salir, luego vi a papá en la puerta y lo llame para que se uniera a nuestro abrazo, amaba a mis padres y me duele dejarlos pero mi mamá tenía razón yo necesitaba respuestas

Salí del cuarto y vi a Ambar, aun con su túnica romana o lo que fuera puesto

-¿Que debo llevar?

-¡Si irás! -dijo muy emocionada

-Si.

-Nada, todo está listo para tu llegada, sólo debes... Despedirte

-Los amo y no me alcanzará la vida para agradecerles lo maravillosos padres que han sido conmigo

Abrace a mis padres con todas mis fuerzas, jamás los olvidaría, además estaba dispuesta a volver antes de lo pensado

-Acompáñame -dijo Ambar sacándonos de nuestro último momento en familia

Los tres la seguimos al patio de mi casa donde con sus manos hizo que crecieran unas enormes raíces con forma de arco, quedamos locos, nadie hace eso en mi mundo, sin embargo ya nos había quedado claro que ella no era de mi mundo y al parecer yo tampoco.
Ambar me tomo de la mano, vi por una última vez a mis padres y atravesé el arco con ella, como si mi patio jamás hubiera existido, ni nada de lo que había en mi hogar, ahora estaba en otro sitio, era una casa enorme echa de piedra pero sumamente elegante

-Puedo abrazarte

-¿Que?

-Que si ¿puedo abrazarte?

-Si... Creo

Ambar se lanzó sobre mi para darme un fuerte abrazo, era una abrazo lleno de amor, era un abrazo de "te extrañó" fue tan dulce que no pude no devolverlo, así que allí estaba yo, abrazando a una completa extraña que decía ser mi hermana, en un lugar que ni en sueños podría imaginar, viviendo algo sumamente alocado

-Tengo tanto que contarte Celeste, ven entremos en esta habitación, se que estas llena de preguntas

Entramos en un hermoso cuarto que tenía una enorme ventana que me dejaba ver el hermoso lugar que se encontraba afuera, había una cama tan grande como mi cuarto y arriba una lámpara de araña de esas elegantes que ponen en hoteles lujosos.
Me senté en la cama para luego lanzarme hasta atrás por lo suave que era y así mismo comenzarían mis preguntas

LunarisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora