Era de noche y todos los alumnos se habían ido, no sabía donde estaba Arnol así que salí y me fui a la entrada, Nixie estaba dormida en mis hombros así que era como estar sola en la entrada del castillo, me senté y comencé a ver la luna
¿Que me pasaba con ella? No importaba en que mundo estuviera, la luna era tan hermosa y siempre hacia mis noches perfectas ¿Cómo? Ni yo lo se, sólo se que era tan especial para mi, me hacía sentir hasta nostálgica, llena de tristeza pero a su vez llena de amor, mucho amor.
Mientras pensaba en la luna vi correr a alguien entre algunos árboles, se detuvo y comenzó a verme, era Angel, pero con los ojos rojos—Angel —dije
Está vez pareció reconocerme, y sus ojos cambiaron de color a ese bonito azul que tiene
—¿Estás bien?
—¿Celeste? Yo... Si si... Sólo mareado ¿que haces aquí tan tarde?
—Veía la luna
—¿Te gusta tanto? —dijo para sentarse en mi lado
—Si... Y Ojalá entienda un día ¿por qué?
—Se quien podría ayudarte
—¿De verdad?
—¿Confías en mi?
A quien diablos se le ocurre decir eso, apenas tenía unos días conociéndolo, no podía confiar en el, pero si quería respuesta y fue exactamente por eso que vine, a buscar respuestas
—Confió en ti
Angel me tomo del brazo para luego subirme en su espalda, comenzó a correr muy rápido haciendo que Nixie despertará y yo tuviera que sostenerme mucho más fuerte, tenía miedo, pero mucha adrenalina, el era muy rápido y se sentía como volar, ni siquiera Nixie se resistió a eso y se puso a volar a toda velocidad sin perdernos el paso, demostrando lo hábil que era como hada del viento
—Llegamos —dijo mientras desaceleraba el paso
Sabía donde estábamos, era muy cerca del Reino de los lobos así que imaginaba que quería hacer Angel. Me baje de el y comencé a respirar más lento, sentía que me daría algo mientras que Nixie tenía la adrenalina a millón tanto que comenzó a volar de un lado a otro y así
—¡Sebastian! -grito Angel.— Necesito tu ayuda
De entre los árboles esta vez salió alguien más, sólo que era alguien que yo conocía bien
—¡Tu! —señale
—¿Se conocen?
El lobo se sonrojo, no diría nada, a Ambar no le gustaría y respetaba las relaciones
—No, bueno si, lo conocí hoy en el castillo, se veía simpático y lo salude, lo gracioso es que tuve que irme rápido por eso no pudo ni decirme su nombre
El lobo mostró una sonrisa de agradecimiento y se acercó
—Soy Sebastian un placer
—Celeste.
—¡Hey Sebastian! Estamos aquí por qué ella quiere saber de la luna o algo, le gusta mucho y... Bueno la traje para ver si podías ayudar
—Adivino, pensaron que por ser un hombre lobo sabría de la luna
Asentimos al mismo tiempo, en lo que Sebastian giro los ojos, no pudimos evitar reirnos de ese gesto, ni siquiera Nixie que se relajaba con eso de la adrenalina
—La luna tiene más poder del que tu y todos en este lugar puedan creer, algunos la ven para pedir consejos, otros para suplicar ayuda y otros para sólo hablar, no importa por qué te gusta tanto, lo que importa es que ella te escuchará siempre, así que si tienes algo que decirle, díselo Celeste.—Palabras Sabías de Sebastian el Lobo
Sebastian empujó a Angel y rodó los ojos, parecían ser buenos amigos y era lindo verlos juntos
—Gracias Sebastian
Mire la luna y sonreí, allí estaba dándome un maravilloso momento junto a dos seres extraordinarios
—Ya tengo que irme
—Si... Es tarde, ven te llevaré Celeste
—No. Déjame llevarla a mi Angel
—Si tu quieres, espero verte pronto Cele
Me abrazó y obviamente le devolví el abrazo, Angel también en poco tiempo se había vuelto un buen amigo y me gustaba encontrarme con el. Lo vi irse solo entre los árboles para luego concentrarme en Sebastian, el se transformó en lobo, no me había dado cuenta de lo grande que era en esa forma, Arnol parecería un cachorro a su lado, fue difícil subirme a el, pero cuando lo logre y comenzó a correr me entró el pánico, no tenía nada más que su pelo para agarrarme, juraba que me caería así que lo sostuve tan fuerte como para arrancarle el pelo, gracias a dios jamás lo escuche quejarse o algo.
Llegamos demasiado rápido a la velocidad en la que veníamos, me baje aún tambaleando y mareada, menos mal que Sebastian se dio cuenta rápido y se transformo para ayudarme a sentar—Celeste, gracias por no decir nada
Me recupere casi inmediatamente al escuchar eso
—¿Por qué se ocultan? Si se quieren, da igual
—Es mejor así, aunque la amo con todo mi ser, ella necesita su espacio al ser la reina, pero quiero decirte, yo quiero a tu hermana y dare mi vida por ella si es necesario, ella me salvó de mi mismo,
—No tengo idea de que han pasado ustedes dos, sólo se que se ve que Ambar te quiere y tu a ella y para mi eso es suficiente
Sebastian sonrió
—Búscame siempre que necesites algo
—Claro, gracias Sebastian
Me despedí del lobo que ahora sabía que era mi cuñado para entrar, mientras subía las escaleras encontré a Arnol con una cara de gruñón nada normal
—¡Donde estabas! —dijo luego de un rugido
—Estoy bien Arnol, sólo fui a caminar
—¡Pudiste decirme!
—Vamos mi tigrito disculpa ¿Si? Sólo salí por allí, además estoy bien
Comencé a acariciarlo hasta contentarlo, sabía que sólo le preocupaba y eso era tan lindo de el
—Ven, ya tengo sueño
Ya con todos contentos, nos fuimos a dormir, había sido un buen día y era hora de descansar.
"Estaba corriendo, trataba de huir de algo, me sentía triste, muy triste, luego alcance a ver la luna, todo se puso negro y una luz blanca apareció de repente, no podía ver quien era, aunque sentía que sabía quien era"
Desperté del sueño sudando, aun era de noche y Arnol y Nixie dormían a mi lado, había tenido un sueño raro, aunque ya no lo recordaba mucho, sólo se que como siempre tenía que ver con la luna.
Me recosté de nuevo y pensé en mis padres, de niña también despertaba sudando y diciendo cosas de la luna, por eso habían inventado una canción para hacerme sentir mejor, no la había olvidado aunque tenía años sin cantarla, recuerdo que decía algo así"La Luna será, tu amiga al final,
No te preocupes, pues, ya verás,
Si cantas conmigo nada a de pasar, pues te protego, de eso y todo mal.
Canta conmigo a la luna un rato más, que solo así, vas a descansar..."Aunque ya estaba grande la canción realmente lograba calmarme aún
—Gracias papá y mamá
Fue lo último que dije para quedarme dormida de nuevo
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Lunaris
FantasyCeleste es una chica normal, con una vida tranquila y padres ordinarios, lo único fuera de lugar es aquella rara fascinación por la Luna que sólo está tiene. Sin embargo la vida da muchas vuelta y ni siquiera está chica se podrá imaginar todo lo que...