Sabía que sería otro día largo, con cosas raras, más preguntas sin respuestas y un problemas de amores, me estaba cansando tanto de esto, que no quería ni salir, sabía que era inevitable y que de igual forma los problemas llegarían a mi cuarto justo como lo había echo Nohemi.
—¡Suavecita! Ayperos está abajo buscandote
Me levante de golpe, me bañe rápido y me puse un pantalón negro y una blusa fucsia, lo único que podía alegrarme en ese momento era Ayperos, nadie más y fue justo así, baje y lo encontré viendome con una bonita sonrisa, antes de terminar de bajar se acercó y me cargo como toda una princesa para besarme, le devolví el beso con todo el amor del mundo, simplemente estaba loca por ese tonto que hacía nuestros momentos los mas maravillosos.
Nos separamos y vi a Arnol viendonos, desde la visita a mis padres Arnol y Nixie aceptaban a Ayperos tranquilamente—Preciosa, te quiero llevar hoy mismo al Reino de los demonios,quiero presentarte
Arnol rugio muy fuerte, podía tratarlo y tal pero ir allí era caso aparte, Ambar me lo había dicho ya, era un lugar peligroso
—Arnol déjame ir...
—¡Estás ccompletamente loca si creés que te dejare ir! Los demonios no son confiables, ni con ellos mismo, Celeste ¡No irás!
—Ven con nosotros "Tigrito" y asi la proteges
Rugio de nuevo
—Esta bien.
—¡Gracias mi tigrito!
—Me adelantare, buscare la moto
—Claro
Vi a Ayperos salir y recorde, Nixie estaba en mi cuarto aun, la tomé y la puse en mi cuello mientras aun dormía, la cubri con mi cabello para que no le diera mucha luz pero eso no importaba ni con la luz se despertaria. Salí y vi a Ayperos en su moto y a Arnol esperándome, lo acaricie y le di besitos, estaba contenta de que me dejará ir y de paso que fuera conmigo, Arnol simplemente era el mejor amigo del mundo, simplemente lo amaba como a nada.
Arnol siguió a Ayperos, no mentian cuando decían que era algo lejos, pero luego llagamos a un portal que decía "Lilith" dejando en claro que ese era su Reino, pasamos luego de Ayperos y encontramos un puente muy grande y bien echo de piedra que daba a un Castillo, bajo del punte había lava y piedras enormes que tenían como casas y caminos para llegar al Castillo, todo era caliente y se sentían las malas vibras del lugar, pero era el lugar de Ayperos y lo aceptaba.
Entramos al Castillo Ayperos pasó primero, habían muchos demonios que nos veían, pensé que era normal pero comenzó a ser extraño, Ayperos fue hasta ellos y de entre todos salió Lilith, esto me estaba preocupando—Que alegría que la princesa perdida por fin este entre nosotros, será que ¿nos olvidó cuando visitó a las hadas, a los vampiros y a los lobos? Será que somos tan patéticos que ¿Para qué visitarnos?
—Ayperos...
Lilith comenzó a reirse
—¿AYPEROS? Para que llamas a mi demonio favorito, ¿de verdad creiste que podías gustarle?
Arnol comenzó a enseñar los dientes, estaba asustandome, esto era un trampa y había caído en ella, sólo quería irme
—Cuidado tigre no quieres que te haga esto verdad
Lilith movió unos dedos y Arnol comenzó a retorcerse del dolor, lo escuchaba chillar y no podía hacer nada, en la vida me había sentido tan inútil y desesperada, las lagrimas comenzaron a salir, y solo quería salir de ese maldito lugar
—¡DEJALO! Por favor,¡Ayperos ayúdame! —dije mientras lo abrazaba en el piso a mi tigrito
Lilith se rió más, se coloco frente a él y comenzó a besarlo, mientras el le seguía la corriente, era asqueroso, repugnante y doloroso... No quería verlo, pero no dejaba de hacerlo
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Lunaris
FantasyCeleste es una chica normal, con una vida tranquila y padres ordinarios, lo único fuera de lugar es aquella rara fascinación por la Luna que sólo está tiene. Sin embargo la vida da muchas vuelta y ni siquiera está chica se podrá imaginar todo lo que...