Habían pasado siete años de la batalla con los demonios y con Lilith, yo ya no era la muchacha de dieciocho años que había llegado a Lunaris pidiendo respuestas, ahora tenia veinticinco años, y aunque vivía en el Castillo tenía todo un espacio para mi y mi familia.
Salí del cuarto y baje al patio donde sabía que estaban todos, era fin de semana y acostumbrabamos a reunirnos allí esos días
—¡Cora! ¡Cassi! No corran y cuidado con...
—Auch —dije cuando recibí el impacto, luego de todas formas comence a abrazarlos
Cora y Cassi, eran los mellizos incontrolables y llenos de energía de siete años que Ambar había tenido con Sebastian.
Si, Ambar nos había sorprendido a todos con la noticia de los bebés, sin embargo eso no la detuvo para seguir siendo la buena y maravillosa reina de Lunaris.
Cora era la mayor, tenía el cabello negro, largo y unos hermosos ojos verdes como los de su mamá, sin embargo Cora tenía más de su papá, ella podía transformarse en lobo, Cassi era igual de electrico que Cora, y en apariencia eran iguales, cabello negro y ojos verdes, pero el no podía transformarse en lobo, sin embargo si heredó algo de la familia Naris, Cassi podía controlar perfectamente el agua, algo que fue fácil de notar cuando el niño no se quería bañar—Ustedes dos, dejen de correr, se van a lastimar
—A que ninguno puede atraparme —grito Sebastian a lo lejos mientras se transformaba en lobo llamando la atención de los dos niños
Al ser niños de inmediato salieron corriendo para tratar de atrapar a su papá
—Qué hare con esos tres de verdad
Me reí mucho, simplemente eran iguales, si, desde que Sebastian se enteró de que seria papá cambio por completo, el Sebastian serio y bien portado parecía un niño con regalo nuevo, estaba feliz y se encargó de ayudar a Ambar en todo
—Hija, nos alegra verte —dijo mamá
Sonreí y luego vi a Papá venir con Elías de la mano, Si, mis padres me habían dado la maravillosa sorpresa de que tendrían un bebé, y aunque yo no tuviera su sangre, Elías simplemente era mi hermanito.
Elías tenía siete años también, el era timido y tranquilo, pero el niño más adorable del mundo.
—¡Elías!
—¡Hermanita! —salto sobre mi
Lo recibí con mucho amor para luego bajarlo
—Oye Elías, Cora esta por haya —dije mientras señalaba su dirección.— ve a saludar
Se le pusieron los cachetes rojos, lo cual nos hizo reír mucho a los cuatro, Elías tuvo que quedarse en Lunaris luego de conocer a Cora, nadie entendía ¿por qué? pero no podíamos separarlos ya que alguno de los dos se ponía a llorar sin parar a los días, Sebastian dijo que tenía una teoría, pero sólo cuando fuimos con Licaón se confirmó, Elías era el mate de Cora, o algo así, de verdad no se mucho de hombres lobos, el punto en si era, que al igual que Sebastian y Ambar estaban unidos por sus almas, a Cora y Elías les pasaba lo mismo, dijeron que era raro que un hombre lobo creciera con su mate y esas cosas pero que si pasaba, como paso, simplemente separarlos era hacerlos sufrir aunque sólo fueran niños. Cuando les contamos a mis padres no les quedo más remedio que quedarse en Lunaris en una casita cerca que hicieron, ya que el Castillo no les gustaba para vivir
—¿Y Erik y Estefany? —dijo esta vez papá
—Me dijeron que no podrán venir hoy, están muy lejos buscando más seres extraños que no encuentran el camino a Lunaris, pero que mañana ya deberían estar aquí
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Lunaris
FantasyCeleste es una chica normal, con una vida tranquila y padres ordinarios, lo único fuera de lugar es aquella rara fascinación por la Luna que sólo está tiene. Sin embargo la vida da muchas vuelta y ni siquiera está chica se podrá imaginar todo lo que...