Capítulo 1

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―El connotado empresario George McDaniels es nombrado "El hombre del año" luego de apoyar la causa de la fundación "juntos por un mañana" en contra de la violencia doméstica. Éste gran hombre donó un millón de dólares para construir hogares de acogida para niños y mujeres maltratados. Su importante donación proporcionará hogar a millones de mujeres y niños en tod...-

Solté una estruendosa carcajada. Que irónico era mi padre. Donar dinero para fundaciones en contra del abuso, para luego maltratar física y psicológicamente a su mujer e hijos.

Amo el humor negro de papá.

Cambié de canal, ignorando todos aquellos que hablan de "El gran corazón de George McDaniels". Son una bola de idiotas que se creen todo lo que ven y oyen. Encandilados por el poder y la riqueza de mi padre.

El muy hijo de puta debe estar riéndose de su bromita privada con alguna zorra en alguno de sus muchos hoteles.

―¡CHRISTINE! ―llamó la voz de mi madre, arrastrando las palabras y armando un alboroto a su paso, producto de las grandes cantidades de alcohol que había en su sistema.

Me levanté de mi gran cama King y salí a ver qué es lo que quería ahora mi madre. Me la encontré tambaleándose, con una botella de Whisky en la mano, caminando en dirección al cuarto de mi hermano.

―¡STEPHAN! ―golpeó la puerta de mi hermano con sus nudillos.

Se abrió la puerta y de esta emanó un insoportable olor a Marihuana y a algo más...

¿Esa no es Charlotte? ¿Por qué está atada a...? ¡Dios! Tengo que quitar esa horrible imagen de mi mente.

―¿Y Christine? ―Preguntó desorientada― ¿Qué haces en la habitación de Christine?

―Esta es mi habitación ―murmuró irritado― y lo sabrías si no estuvieras tan asquerosamente borracha. Sería conveniente que sopesaras la idea de dejar de beber, tomando en cuenta que si padre te encuentra en estas condiciones te va a dar una paliza.

A mamá se le llenaron los ojos de lágrimas y Stephen le regaló una sonrisa cruel.

―Mamá ―hablé para hacerme notar y detener las crueles palabras de Stephen― aquí estoy.

Ella se largó a llorar y se arrastró para llegar a mi lado y estrecharme en sus brazos. El fuerte olor a alcohol me invadió y reprimí las horribles arcadas que me provocó.

La arrastré conmigo y nos metí en mi habitación para darle un baño y bajarle un poco la borrachera. Lo había dicho Stephen era verdad, si papá la encontraba así, probablemente la gritaría y la golpearía hasta el cansancio.

Podía ser una alcohólica, pero seguía siendo mi madre.

La acomodé en mi cama y le quité la botella de la mano para posteriormente echar su contenido por el inodoro. Arrojé la botella vacía a la papelera y comencé a llenar la bañera con agua fría.

Volví a mi habitación y me encontré a madre media dormida. La despojé de su ropa y joyas dejándola solo en ropa interior. La levanté con cuidado de la cama y la llevé a la bañera para que el agua fría la despabilara. La metí en la bañera y sus ojos se abrieron desmesuradamente cuando su piel entró en contacto con el agua, soltó un chillido y trato de salirse, pero la agarré fuerte de los hombros e impedí que se saliera. Cuando se tranquilizó y el agua le llegó a los hombros, cerré la llave y la dejé sola un momento para baja a la cocina y prepararle un café bien cargado y sin azúcar.

En el camino me encontré con las muchachas del servicio, que me lanzaron miradas de lastima y siguieron su camino ignorando completamente el hecho que mi madre estaba borracha a un nivel imposible y mi hermano estaba con una chica encadenada a su cama y drogándose con quien sabe que sustancias.

DollHouseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora