Capítulo 10

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Dominik se deshizo del cuerpo en la noche, cuando creía que todos estaban dormidos, pero yo no lo estaba. Desde mi ventana vi cada uno de sus movimientos. No sé qué hizo realmente con los cuerpos, pero no quise preguntar, me daba miedo saber la respuesta.

Lo único que sé es que desapareció en el bosque con uno de ellos, el del hombre al que torturo.

Esa noche no pude dormir absolutamente nada. No dejaba de pensar en la familia de ese tipo, cuál sería su reacción cuando se enteraran de que él estaba muerto, si es que alguna vez se enteraban.

No sabía realmente que pensar ahora mismo sobre Dominik. Es que, él realmente lucía como si no le importara matar a un hombre. Como si fuera algo cotidiano y normal. Me inquietaba que para él el matar a una persona no significara nada.

Yo... estaba algo confundida en cuanto a lo que pasaba entre nosotros. No quería pensar en eso, porque había millones de cosas más importantes que esas en las que pensar, pero se me hacía imposible no preguntarme en qué punto estábamos.

También estaba preocupada porque nos encontraran, si alguien ya sabía que yo estaba aquí no demorarían en comunicárselo a mi padre. Y eso significaría que muchos de los que quería, si no es que todos, morirían.

Sabía que Dominik estaba pensando lo mismo, pero seguramente él sabría qué hacer, por lo mismo lo primero que haría mañana seria preguntarle qué pasaría ahora.

(***)

Desperté a las doce de la mañana. Vaya que estaba cansada.

En mi mesita de noche había una nota que decía:

Christine.

Me llevé a Lucy a la ciudad por el día para comprarle algo de ropa, sé que te molestaras pero no voy a tomar más de tu dinero, voy a comprársela con el mío, no puedo seguir abusando de ti.

Volveremos a eso de las seis. No te preocupes, Emilia está con nosotros.

Hasta la tarde.

Me levanté de la cama para tomar un baño, hacía un calor horrible y necesitaba una ducha con urgencia.

Estuve treinta minutos en la ducha. Luego de eso me vestí con una blusa amarilla, un pantalón corto blanco y sandalias blancas. Peiné mi cabello en una trenza de lado y bajé para comer algo liviano y luego cocinar algo para almorzar. Vaya sorpresa que me encontré cuando vi a Dominik con un delantal cocinando algo que olía de maravilla.

―¿Estas cocinando? ―pregunté impresionada ante la idea de Dominik cocinando― no creí que supieras como hacerlo.

―Ya ves. Y no es por alardear, pero la pasta me queda deliciosa ―respondió con una sonrisa, revolviendo la salsa en una olla― Max y Lucy fueron a la ciudad, no volverán hasta las seis más o menos. Y no te preocupes, envié a Emy con ellos.

―Lo sé, me dejaron una nota ―me encogí de hombros. Confiaba en que Emy los mantendría a salvo― te quería hacer una pregunta, claro, si no te importa.

―Puedes preguntar lo que quieres, ya sabes mis más oscuros secretos ―me guiñó un ojo de forma juguetona.

―¿Que vamos a hacer ahora? Mi padre no tardara en enterarse que estamos aquí y hará lo posible por recuperarme y terminar lo que no acabó.

―Ya tengo todo preparado, nos vamos hoy en la tarde ―me informó, cogiendo un frascos con cosas y vertiendo una pequeña cantidad en la salsa― tus amigos ya lo saben, por eso fueron a la ciudad.

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