Capítulo 17

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Alguien tomó mi mano, pero no era la mano de un hombre. Esta mano era fría y delicada y lentamente me impulsó a seguir caminando, hasta que llegamos a un pequeño círculo donde solo había luz. Pude notar que justo frente a mí, se acercaba Kendric y junto a él otra druida muy similar a Branwen. Esta se acercó lentamente y ambas juntaron nuestras manos, Kendric al verme suspiro de alivio y yo por mi parte, me eché a sus brazos, mientras pequeños sollozos salían de mi boca. Branwen nos sonrío a ambos, mientras Kendric secaba lentamente mis lágrimas y me susurraba tiernas cosas.

-No teman mis amigos, junto a mi hermana somos las encargadas de proteger a los guardianes terrestres del medallón, pensamos que no sería necesaria nuestra presencia tan pronto en la tierra, pero algo mortalmente peligroso se acerca. Alguien ha invocado a los espíritus de la muerte para que acaben con ustedes y así robar el medallón, pero no teman que nosotras les ayudaremos de ahora en adelante. Solo ustedes dos nos verán, nadie más. Recuérdenlo y es por eso que tenemos que hacer estas pequeñas cosas porque si nos aparecemos en cualquier momento, la gente puede asustarse o podrían atraparnos- exclamó el hada con su voz cantarina.


-¿Podrían decirnos, por favor que es o quién es?-preguntó Kendric mientras yo me acercaba más a él.

--Es tu primo, Balthair, el descendiente de Alec, el gemelo de corazón oscuro.

-¿El hermano gemelo de mi abuelo?-dijo con asombro

-El mismo

-¡Rayos!, debí haberlo sospechado desde hace mucho tiempo, cuando Elayne dijo que un hombre de armadura negra y cabello negro mató a sus amigos, debí haber sospechado inmediatamente de Balthair.

-No te culpes de nada, guerrero. No debías saberlo aún, pero ahora si es tiempo, por lo tanto deben andar con precaución. Y cuidado, porque mayores peligros se acercan.


-¿Qué podemos hacer para que no sucedan cosas malas?-pregunto con angustia

-No hay nada que puedan hacer para que no sucedan estas cosas, porque alterarían el orden del destino, lo cual sería fatal para todo el mundo, lo que si deben hacer es permanecer unidos y no permitan que los celos les separen. Ahora debo irme, pero no duden en llamarme si me necesitan-dijo Branwen y con un fuerte viento, ella y su hermana desaparecieron

-Bien, creo que es hora de que nos demos un baño. Puesto que ambos lo necesitamos-dijo Kendric con una mueca de asco y tapando su nariz, mientras me tomaba firmemente de la mano y partimos rumbo al castillo. Ante este comentario, no pude más que reír extremadamente fuerte.


Al llegar al castillo, nos separamos y cada uno fue a su habitación. En la mía había una tina de madera con humeante agua, un par de toallas blancas apiladas en una silla y una pastilla de jabón. Me quité toda la ropa, que por cierto estaba realmente asquerosa y apestosa. Luego de estar más de media hora en la tina, tuve que tristemente salir porque el agua estaba comenzando a enfriarse, me sequé con la toalla y la otra la puse en mi cabello,  tomé uno de los camisones blancos del armario. Es bastante incómodo no usar ropa interior moderna y llevar estas ropas interiores extremadamente incómodas a pesar de llevar dos meses en este país, aún no me acostumbro y creo que nunca lo haré.

Alguien toco levemente la puerta y al decir que entrara, ingresó Johanna con Theo en brazos, el cual venía con su cara muy roja y sus hermosos ojitos azules llenos de lágrimas, prácticamente volé hacia la puerta a tomar a Theo en mis brazos y lo mecí, mientras susurraba palabras de cariño.

-Lamento molestarla cuando se va a dormir milady, pero Theo después de comer beber su leche no ha dejado de llorar, así que tuve que traerlo-dice y baja la mirada muy apenada

-No hay problema Johanna, él es responsabilidad mía y realmente aprecio el que le des de tu leche. Muchas gracias-dije mientras la abrazaba con un brazo porque en el otro tenía a Theo

-Señorita, usted no debería abrazarme, no es correcto, solo soy una empleada-dijo bastante mortificada

-Johanna, soy Elayne y me gustaría que fuéramos amigas. La verdad no creo que nos llevemos tantos años, yo tengo veinticuatro ¿y tú?

-Yo veintiséis, mi... digo Elayne

-Así está mucho mejor. Ves, nos llevamos por muy pocos años, así que seremos grandes amigas-digo mientras ambas sonreímos y luego se despide de Theo y de mí y se va.

-Bueno grandulón, creo que es hora de dormirnos. Ay, como te extrañe mi cosa hermosa-digo mientras lo levanto con ambos brazos y le doy besitos por toda su carita a lo que él me regala muchas risitas.

-Hola.- Volteo rápidamente para ver de donde proviene esa voz y me doy cuenta de que es Kendric, quien está apoyado indolentemente y con los musculosos brazos cruzados sobre su también musculoso pecho en el marco de la puerta y me mira de una manera bastante extraña y una sonrisa perezosa comenzaba a expandirse en su hermosa boca.

-Hola.-susurro con voz estrangulada

-Te ves hermosa jugando con el bebé, realmente hermosa-dice acercándose sin despegar sus ojos de los míos

-Yo, er... gracias-estúpido sonrojo, como te detesto

-¿Te pongo nerviosa, gatita?

-¿Tú?, pfff, por favor, de donde sacas eso-digo alejándome rápidamente de él y Theo piensa que estamos todavía jugando, por lo que nuevamente se ríe.

-Yo creo que sí-dice mientras nuevamente está a mi lado. Digo, como es que avanza tan rápido- Deja a Theo recostado en su cuna-me ordena

-No, no lo haré, estamos jugando así que si no te importa...

Y así sin más, toma delicadamente a Theo y besando su cabecita, lo recuesta en su cuna y Theo traidor, ni siquiera se inmuta y sonríe. Mientras Kendric se acerca cada vez más a mí, mi corazón retumba tan fuerte que es lo único que puedo oír. Está tan cerca que prácticamente nuestros alientos se entremezclan y ya no hay escapatoria y ambos caemos en la mullida cama. Comienza dándome pequeños besos por toda mi cara y al llegar a mis labios, profundiza el beso


A Través Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora