Capítulo 33

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Anteriormente...

-Gatita vamos a la cama-dice Kendric

-Sí, vamos... estoy un tantito cansada- digo acurrucándome entre los brazos de mi amado- es tan cómo estar aquí frente al fuego y contigo

-Lo sé, mi amor. Adoro acariciar tu pancita, donde crece nuestro retoño-dice mientras con ambas manos acaricia mi muy levemente hinchado vientre.

-Ajá. Te amo Kendric, nunca lo olvides.- susurro junto a sus labios y nos sumimos en un apasionado beso. Kendric se levanta y tomándome entre sus brazos me lleva hacia nuestra habitación. Una vez ahí, comenzamos a desvestirnos muy lentamente, sin dejar de acariciarnos. Me lleva hacia la cama y él se pone suavemente encima de mí. Sin dejar de acariciarnos, lentamente vamos sucumbiendo a la pasión y nos sumergimos en un torbellino de pasión.

Cuando ambos alcanzamos el éxtasis, me acurruco entre los brazos de mi amado y ambos nos dormimos profundamente. En mitad de la noche, nosé quien de los dos despertó primero, pero nuevamente la noche fue testigo de nuestra pasión.

Al otro día, despierto con una agradable sensación de bienestar y un agradable calor en mi espalda, me indica que Kendric aún no se ha levantado. Lentamente me giro entre sus brazos y me dedico a observarle detalladamente. Su largo cabello color cobre, está desparramado sobre parte de su rostro y almohada, con una de mis manos, aparto el pelo de su cara y noto una incipiente barba cobriza cubriendo sus mejillas. Su nariz es un tanto larga y levemente respingada, sus cejas no son muy pobladas y son un poco más oscuras que su cabello. Largas pestañas crean una sombra bajo sus ojos, esos hermosos ojos color violeta. Sus labios son tan suaves para ser de hombre, él es hermoso y así es como me encuentra, mirándole fijamente.

-Buenos días, gatita-susurra sonriéndome

-Buenos días-correspondo a su saludo e involuntariamente una sonrisa curva mis labios

-Eres hermosa, Elayne. Muy hermosa, con tus oscuros cabellos, tus ojos del color de la miel y tu piel de oro-sus ojos comienzan a oscurecer y nos besamos.

Una hora después, ambos estamos vestidos y comenzamos a bajar al comedor para desayunar. Elspet y Aurora ya están a la mesa y ambas nos dan los buenos días.

-Hermanito y cuñada, realmente me alegra que sean tan felices. Pero les pediré que no sean tan ruidosos por las noches cuando hacen sus cositas-dice entre risas.

-¡ELSPET, NIÑA POR FAVOR!-grita una sofocada Aurora

-Hermanita, esas son cosas que una joven soltera como tú, no debería decir-dice Kendric, mientras unta mantequilla en un trozo de pan- y además nos somos ruidosos.

Yo no podría estar más roja, aunque quisiera. Pero gracias a Dios, nadie se percata del nivel de vergüenza que hay en mi rostro. Creo que Elspet está siendo realmente exagerada, pues ni Kendric ni yo somos escandalosos en la intimidad, pero bueno... son bromas

-¿Qué harás el día de hoy, querida? -Pregunta Aurora

-Creo que saldré a pasear un momento, al medio día-digo

-Recuerda que no debes salir sola, Ely-dice Elspet

-Ajá, lo sé. Thomas me acompañará. No se preocupen

-Me parece perfecto, Thomas es un buen guerrero a pesar de que aún es joven, creo que tiene muy buen futuro-dice Kendric - Yo debo ir a ver a Caleb, así que... si me disculpan-dice levantándose de la mesa y besando mis labios se va.

Una vez que Kendric se fué, seguimos un momento conversando de trivialidades con Aurora y Elspet y cuando faltan dos horas para el medio día, me excuso y me dirijo hacia los establos en busca de Thomas. lo encuentro en el mismo lugar de ayer y conversamos de Sky, para no levantar sospechas, ya que hay dos peones más. una vez que estos se van, le digo a Thomas que ya es hora, a lo que él responde con un asentimiento de cabeza.

A Través Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora