XIV. SHSL Last Hope.

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Cause after all this thime

I'm still into you.

Still into you; Paramore.

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Asahina y Fukawa encuentran a Sakakura en el reformado gimnasio. Golpea con tanta fuerza el saco de boxeo que parece increíble que aún no lo haya roto. Aoi aspira profundamente y finalmente se atreve a entrar. Traga saliva y trata de reunir el valor suficiente. Pero el valor huye cuando el saco hace un sonido especialmente... crujiente. Mierda. Espera que Juzo no esté pensando en ellas mientras le da golpes a esa cosa.

—Juzo —llama con voz suave. Fukawa está hiperactiva detrás de ella.

—¿Qué? —no se gira a mirarlas, golpea con más fuerza el saco.

—Sé que no te gusta el tema de la lista y sabemos que aun estás enfadado pero...

—Te he-hemos con-conseguido una ci-cita con Mu-Mu-Munakata —completa Touko por ella.

Sakakura se gira bruscamente hacia ellas y el saco le da en la cara por el rebote de sus golpes. Cae de culo al suelo. Se esfuma su enfado.

Es sustituido por puro pánico.

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Sakakura intenta asimilar que no es una broma. No lo consigue. Incluso cuando llega el día y vuelve a tener a Fukawa y a Aoi encima criticando su sentido de la moda sigue sin creer lo que está pasando. Su mente no lo asimila. No deja de pensar que es una treta, que Munakata le necesita para otra cosa pero no termina de entender por qué la necesidad de usar esa clase de plan. No lo concibe. Así que al final se deja llevar un poco pensando que Munakata se lo explicara todo cuando estén solos.

Suponiendo que hay toda una explicación lógica y racional para todo ese maldito asunto.

—No se os ocurra espiar —es lo único que Juzo acierta a exigirle a las chicas. Asahina sonríe.

—¿Ah? Relájate. No haremos algo así —ambas cruzan los dedos índice y corazón detrás de su espalda.

Mienten.

Son peores que las hienas.

Y Sakakura lo sabe.

Pero su cabeza es pura confusión y embotamiento así que lo deja pasar.

—¡Argh! No me decido —gruñe Aoi mirando con el ceño fruncido las prendas que ha sacado del armario del exboxeador.

—Munakata irá de blanco. Se-seguro —sentencia la escritora—. ¿Por qué no le vestimos a él de ne-negro?

—Urgh, es su primera cita. Esa combinación es para una boda —replica ella.

—¿Oh? ¿Y quién irá de blanco en la bo-bo-boda? —pregunta Fukawa, sus ojos se pierden en las nubes de la ficción.

—Munakata, tú misma lo has dicho. Es obvio. ¿Le has visto alguna vez de negro o de cualquier otro color?

—Bueno. El u-uniforme era ma-marrón. En su álbum de fo-fotos —replica sonriente.

—¿Cuándo has...? Mejor no me lo digas. No quiero saberlo —una almohada vuela hacia ellas.

Aoi chilla indignada cuando le da de lleno en la nuca. Por primera vez desde que Juzo escuchó la notica sonríe.

Objetivo: Un novio para Sakakura JuzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora