VIII. Objetivo: Esperanza

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I need a hero
I'm holding out for a hero 'til the end of the night

Holding Out for a Hero; Bonnie Tyler.

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Es incapaz de distinguir las primeras voces que escucha. El pitido continuo, por el contrario, le hace saber inmediatamente dónde está. No gruñe a pesar de que es su primer impulso por todo el dolor que nota sacudir su cuerpo desde la punta de los dedos de los pies. Odia ese maldito lugar casi más de lo que odia el dolor mermado por los calmantes que seguramente le han administrado.

—Se suponía que debías vigilarla —Togami. Su voz acusadora es verdaderamente inconfundible.

—Y tú se suponía que tenías que controlar a Sakakura no descontrolarte con él —refuta la voz de Aoi. Juzo decide que es un buen momento para no abrir los ojos.

—No sé de qué estás hablando —replica la voz del rubio.

—¿Me crees ciega? Te vi agarrarle de la corbata y tirar de él para...

Una tercera voz carraspea y ambos se quedan callados en el acto. Juzo se pregunta vagamente a quien pertenece, sin embargo, es incapaz de si quiera hacer el ademán de entreabrir los ojos. La inconsciencia vuelve a por él.

No sabe cuánto tiempo pasa hasta que por fin despierta por completo. Nada más abrir los ojos tiene que volver a cerrarlos por culpa de la intensidad de la luz que entra por la ventana. Es por la mañana, deduce mientras gruñe en voz baja.

—¡Sakakura! —escucha le enérgica voz de Aoi casi antes de poder ver como ésta se precipita sobre él. Al menos no se le echa encima lo cual es un alivio momentáneo. Aun siente como si su cuerpo tirara de él hacia abajo. Es una sensación desagradable y conocida. Examina la habitación en silencio. Munakata está allí, sentado en una silla cercana a su cama. Asahina está en el otro lado de la cama y en la contigua se encuentra Fukawa mirándole con una expresión indescifrable para él. Para su sorpresa Togami también está en la habitación, cerca de la cama de la escritora, cambiando las flores casi marchitas de un jarrón.

—¿Qué demonios... ha pasado? —pregunta con la voz pastosa, ronca y rasposa. Asahina le ofrece rápidamente un vaso de agua y él lo agradece de manera interna mientras bebe.

—Nos atacaron —confirma el rubio finalmente—. Por lo visto alguien de fuera de la Fundación filtró las coordenadas de la fiesta y la Desesperación hizo el resto. Tenemos la sospecha de que uno de nuestros... benefactores cayó en la Desesperación poco después de que se organizara todo —chasquea la lengua—. Al menos no fue todo en balde.

—¿Ah? —la confusión es patente en el exboxeador.

—Los supervivientes y los hijos de los fallecidos han prometido darnos su apoyo —aclara esta vez Kyosuke.

—Solo han necesitado ver sus g-gordos traseros en p-peligro para moverse —sisea Fukawa y ninguno de ellos se atreve a negar la evidencia. Saben que tiene razón.

—¡B-bueno! Ya vale de caras largas. Sakakura ha despertado por fin así que voy a avisar al médico para que pueda examinar que todo funciona correctamente —Asahina necesita dos cosas. Saber que Juzo está bien es la primera. Huir de ese ambiente tan tenso es la segunda. Y como ambas se complementan no tarda en salir de la habitación la cual cae en un pesado y tenso silencio. Sakakura sabe que tiene que hablar con Byakuya Togami. Probablemente también tenga que hablar con Munakata. Y, joder, está seguro de que ese rubito y la loca escritora también tienen que hacerlo. La situación es el puto súmmum de la incomodidad.

Objetivo: Un novio para Sakakura JuzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora