XIII. Objetivo: ¡Algo tiene que salir bien!

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I call your name but you're not around
I say your name but you're not around

I need you, I need you, I need you right now

Don't let me down; Chainsmokers.

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Asahina sabe que está empezando a comportarse como una mentirosa compulsiva o que quizá ya se ha convertido en una, ¿qué más da? Es algo necesario y ojalá no lo fuera pero cómo va a confiar en que las cosas salgan bien cuando nunca lo hacen, ¿eh? No puede. Simplemente no puede dejarlo todo al azar. Sería muy irresponsable por su parte el siquiera planteárselo.

—Están tardando mucho en salir a las termas, ¿qué se supone que están haciendo? ¿Quién viene a unas termas y no se baña en primer lugar? —se queja Asahina en voz baja. Touko suspira. Ella y Fukawa espían...

Desde lo alto de la copa de los árboles.

Y joder, Asahina se está congelando el trasero, ¿por qué narices hace tanto frío allí arriba? Ve el humo deslizarse fuera de las termas y jura por todos los dioses que quiere echarse de cabeza en el agua.

—Se pu-pueden hacer mu-muchas cosas, Asahina —replica la novelista antes de empezar a relatarle una lista de cosas tan obscenas que la nadadora se ve obligada a taparse las orejas para no seguir escuchando. Touko puede llegar a ser demasiado gráfica cuando se lo propone.

—Para, para, joder, no me extraña que Togami esté cada vez más loco —el comentario desafortunado de la castaña le hace ganarse que la otra chica le tire bellotas a la cara. Pican. Asahina se plantea seriamente devolvérselas cuando por fin aparecen sus objetivos. Aoi se olvida por completo de la otra chica y de su venganza y por un momento se obliga a sí misma a mirar hacia arriba. El cielo estrellado la saluda mientras ella se dice que no es una pervertida. Sabe que Fukawa está burlándose de ella en su mente pero le da igual.

No baja la mirada hasta que escucha el agua chapotear.

—¿Y aho-ahora qué? —pregunta Fukawa en voz baja. Asahina no está segura. Ha estado tan ocupada intentando averiguar dónde y cuando iban que no ha pensado nada más. Había pensado en intentar acercarse a Naegi para ofrecerle su ayuda pero tras indagar un poco había llegado a la conclusión de que Komaeda rechazaría su buena voluntad.

Jodido Komaeda.

—Bueno... pues... observaremos que todo vaya bien y... y... ¿y golpeamos al que la fastidie? —inquiere antes de morderse la mejilla interna. Mierda. Otra vez le está pasando. Otra vez está sin ideas. Mira a Fukawa para verla suspirar y se estremece frustrada—. ¿Tienes tú alguna idea mejor?

—Quizá —y Asahina está lo suficientemente desesperada como para preguntar.

—¿Cuál? —Fukawa rebusca entre su uniforme y saca un pequeño bote. Asahina no puede verlo demasiado bien desde la distancia pero el color del líquido de su interior no le provoca excesiva confianza.

—Afrodisiacos —responde finalmente la mujer—. Colémonos en la co-cocina y preparemos algo con esto. Lo de-dejaremos en su ha-habitación y la ma-magia de la bi-biología hará el res-resto —Asahina tiene que reconocerlo. La idea es una mierda. Y no está segura de querer llevarla a cabo por eso de que podría no salir demasiado bien (¿podría considerarse como alguna clase de violación?). Pero es la idea más brillante que cualquiera que hubieran tenido hasta el momento. Vale, quizá era algo verde pero por algún sitio debía empezar a construirse la casa.

¿Qué tenía que construirse mediante sexo? Al menos a Fukawa eso la emocionaría.

O al menos la habría emocionado si hubieran podido llevarla a cabo.

Objetivo: Un novio para Sakakura JuzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora