Narra Vivían.
Después de haber roto el grillete que había en mi tobillo, me dirijo a paso lento hacia la puerta del sótano impulsada por una valentía que no sabía que existía en mí. Esta chica furiosa soy yo, pero no la misma de antes, la de ahora es diferente y esta con mucha sed... una sed que quema mi garganta, una sed que me impulsa a abrir la puerta o mejor dicho destrozarla.
Subo las escalera y me dirijo a la sala, mi necesidad crece poco a poco, sed, necesidad de... ¿venganza? De... y entonces la veo.
— ¿Quién te dejo salir? Acaso, ¿el estúpido de tu tío da a sus juguetes tales atribuciones? ¿O es que fuiste tan zorra en la cama como para que hayas logrado tal libertad? — se acerca altiva y furiosa a golpearme, y la dejo. Una bofetada que apenas siento a pesar de ser con mucha fuerza— Sabes, cuándo naciste quería que mi hermana te matara, pero la muy ingenua no quiso porque eras la hija del monstruo que amo y te amaba también. Sabía que no debía hacerme cargo de ti, ahora lo veo... me has quitado todo lo que amaba, primero a mi hermana y ahora ¡a Ben! ¡A mi Ben! —me mira con asco, mientras se aleja un poco de mí— pero él no está ahora, tuvo que salir de improviso y Dominga tampoco está, lo que nos deja... a que tú y yo estemos sola —me mira con odio y determinación— te mataré y me desharé de ti.
Se acerca a golpearme nuevamente, pero yo sostengo su mano con mucha facilidad. Siento un pequeño malestar en mi dentadura, con mi lengua toco mi encía y no puedo creer lo que está brotando de ahí, ¿colmillos? Duelen, sí... pero sonrío. Mi mirada que sigue centrada en mi tía se entrecierra, mientras apretó aún más su mano.
El dolor la hace retorcerse, sus ojos están abiertos como platos y se puede ver terror en ellos. Huele a miedo, aquel miedo que ella disfrutaba hacerme sentir en mi niñez y ahora en mi destruida adolescencia, aquel miedo que me rompió en manos del monstruo de su marido. Con mi otra mano la agarro del pelo, y es entonces que mis ojos se desvían a su cuello... la sed vuelve a mí más fuerte, mi corazón late desbocado, mis colmillos recién descubiertos crecen más... sonrió de lado mientras los toco con mi lengua y bajo mi boca lentamente. Siento su pulso acelerarse, e instintivamente clavo mis colmillos en su cuello de porcelana.
Cierro los ojos mientras el dulce sabor de la sangre baja por mi garganta, las ansias de beber de ella hasta saciarme casi me ganan, pero me detengo a tiempo, ¿cómo lo hice? No lo sé, solo sé que de repente la aleje sin dejar de mirarla, sin soltarla; se veía tan pálida e indefensa, pero viva, y yo ¡Quería matarla!
— Quién lo diría no tía Jajaja —aparto la vista de ella, y del hilillo de sangre que le corre por el cuello donde segundos atrás clave mis colmillos, y sin dejar de reír la observo mientras pasao mi lengua por mis labios atrapando pequeñas gotitas de sangre. Su respiración se vuelve trabajosa, y le digo— que de verdad estabas criando, ¡Un monstruo!
— Vivían hija, yo... no... no quise da...dañarte... ttte amo...pequeña...
— ¡Y ahora me lo dices! ¿Sabes cuántas veces soñé con esas palabras? Pero, ¡no! ¡Al monstruo hay que aborrecerlo! ¿Cierto tía querida? —la lanzo al suelo— de ti solo aprendí palabras que una niña de mi edad no tendría que haber aprendido jamás, si no fuese por tía Edmira a la cual tu llamabas zorra, ¿lo recuerdas? —le pregunto pero no la dejo responder— y Minga. No hubiera sabido el significado del amor o el suave tacto de una mano amorosa... ¡Sabes que por tu culpa nadie me amará! No seré digna de un amor, lástima que no esté Ben, ¡tenía ganas de arrancarles las pelotas y hacérselas comer! Como regalo para mi cumpleaños, ¿por qué eso si lo recuerdas cierto tía querida? —una lágrima rebelde corre por mi mejilla, la cual limpio con furia— ¡tú y él son los verdaderos monstruos! —siento una pequeña molestia en mis uñas, las que comienzan a crecer ante la estupefacción de ella, poco a poco sorprendiéndome. ¿Duele? Un poco, pero es soportable y eso junto a todo lo vivido en esta casa, me vuelve aun más fuerte, poderosa y furiosa. La miro con desprecio— ¿sabes lo que el maldito de Ben me hizo? ¡El asqueroso y depravado de tu amado marido destrozo mi inocencia, lo único puro que tenía! ¡Me han destruido la vida! ¿Y más encima te atreves a preguntarme si fui tan zorra en la cama? ¡¿qué les hice?!
— Lo si...siento... —llora y tiembla.
— Da igual, ya es tarde para mí, para ti, y Ben que se cuide porque el día que lo encuentre, ¡va a conocer el infierno! —en un segundo me acerco a ella de nuevo, el odio y los recuerdos me ciegan. La tomo del brazo izquierdo, mis uñas las cuales ahora ya son garras, se clavan en su carne haciéndola sangrar. Inspiro el dulce aroma de la sangre y subo con ella a rastras por las escaleras hasta su habitación.
Allí la lanzó a su cama, y subiéndome a una velocidad increíble arriba suyo, aprieto su brazo nuevamente con mi mano izquierda, enterrando mis garras, haciéndola sangrar aún más.
Entonces es cuando ella implora pidiéndome misericordia, pero es algo que no le daré, ella nunca me la dio a mí por más que le suplique.
La tomo del pelo con mi otra mano y acerco su garganta a mi boca, huelo el dulce aroma de su sangre, y clavo mis colmillos mientras ella grita desesperada, horrorizada.
Cuando estoy casi saciada, lo digo porque aún tengo sed, la suelto por fin, su vida esta a un paso de extinguirse por mi incapacidad de controlarme al beber de ella.
La miro a los ojos, los cuales están abiertos, su mirada antes verde ya no es la misma, ahora es solo un gran vacío oscuro, tal cual esta mi alma.
Rabia, y furia contenido es lo que me inunda, y en un arranque de furia destrozo su cuerpo. No siento remordimiento alguno, y mi ira poco a poco se apacigua con su muerte, ¡Malditos ella y Ben por lo que me hicieron!
¡Hola! Espero que les haya gustado el capítulo a pesar de que estuvo algo sangriento ♥
Gracias por leer, comentar o votar.Les Saluda Xandy
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"El Amor También Es Para Mí" Vivían Libro 1 [Borrador]
VampireLa noche es hermosa sea lluviosa o no, la noche trae consigo más que oscuridad, pero solo los ciegos y sordos, que ven y oyen se niegan a creer. Que la noche también atrae y acoge a seres sobrenaturales que los humanos solo han visto en películas. U...