"El Amor También Es Para Mí" Vivían Libro 1 [Borrador]

Capítulo 36: Tú Más Que Nadie Merece El Amor.

~Vivían~

Después de bajarme del coche en el que venía con mi compañero, corrí  rápido, dirigiéndome al castillo, por el enlace le ordene a Marion que tuviera el jet listo porque volvería a la isla de nuevo. En mi mente solo tenia un pensamiento "alejarme de él".  A una velocidad sobrenatural, fui donde mi padre, le conté lo que pasó en la reunión y me abrazó, estaba muy contento, pero cuando le solté que me iría de regreso a la isla, se entristeció, le dije que regresaría pronto, y me fui a ordenar algunas cosas yendome enseguida, no le conté nada sobre mi compañero o alma gemela. Solo quería irme lo mas rápido posible del castillo, poner kilómetros de distancia entre él y yo, lo más pronto posible.

~Dos horas después~

Mientras volaba a la isla, respire tranquila por unos instantes, porque después algo en mi pecho comenzó a presionar, un dolor muy insistente y fuerte, ¿sería él?  ¿Le habré echo daño? ¿Porqué tuvo que aparecer?

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~Unas horas después~

Llegue a la mansión de la isla como a las cuatro de la tarde, todavía había sol, subí a mi habitación y tire mi equipaje a los pies de la cama de dos plazas en la cuál dormía a veces. Luego me fui a dar un baño, estuve horas allí metida en el agua, para cuando salí ya el sol se había ocultado, me seque el cuerpo y amarre una toalla a mi pelo húmedo, me puse mi pijama que era un short corto y una polera de manga corta. Después de secarme el pelo, salgo al balcón de la habitación y miro al cielo, sin duda es una noche hermosa aunque sin luna, en el horizonte el mar ruge, es un sonido que me encanta.

Amo este lugar que me da la paz que necesito, que de alguna manera me hizo más fuerte. Sigo observando durante un buen rato el cielo, y la imagen de éls se me viene a la mente. Mi compañero ha aparecido, mi alma Gemela, que podría destruirme al rechazarme, porque estoy segura que le causaría arcadas el tocarme sabiendo que estoy sucia; no puedo permitirlo, él no me destruirá, el toque de un hombre nunca fue importante, entonces, ¿Porqué ahora sí? ¿Porqué ahora quiero estar con uno?  ¿Pero y si me daña y me toca como lo hizo Ben?
Sus asquerosas manos, sus sucios labios en los míos, mi piel expuesta a él, mi cuerpo indefenso ante su intromisión, ¡¿quién me salvaría entonces?!

Mis lágrimas comienzan a salir, entonces se me viene a la mente un horrible pensamiento, algo aún peor, y si mato a mi alma gemela en un arranque de locura confundiéndole con Ben.

— ¡Maldito, me ensuciaste! ¡No soy digna de nadie, ni de él,  El amor nunca será para mí!— gritó, cayéndome al piso frío, entierro mi rostro entre mis manos, para seguir llorando— Debo alejarme de ti compañero, mi amor, has removido demasiado con tu presencia, con tu voz, tu mirada... ¡Con tus malditas insinuaciones!

Me paro y entro cerrando la ventana del balcón, pero una fuerte ráfaga pasa por mi lado, empujándome hacia atrás, dejando las ventanas del balcón abiertas de par en par, mientras las cortinas blancas son agitadas por el viento.

— Claro que el amor es para ti... Tú más que nadie merece el amor, merecemos el amor...—dice una voz.

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