Me doy un golpe en la cabeza contra la pared de metal. Haciendo caso omiso del dolor que me provoca el golpe, me levanto rápidamente de la cama intentando mantener el equilibrio. Ayudo a Rob y a Noemí a levantarse. Ella va a ayudar a Gael.
—¡Atadle a la cama o se caerá!-dice Rob.
Yo corro hacia la cabina del piloto, aferrándome como puedo a las barandillas de seguridad colocadas precisamente para estas situaciones.
-—¡¿Qué ha pasado?!—le grito a Moha, que forcejea contra los mandos del vehículo, intentando recuperar el control.
— ¡Mira!—me grita, señalando más allá del panel de cristal.
Miro en esa dirección. Otro helicóptero se eleva encarándonos de frente. Escudriño los ojos intentando averiguar quién es el que lo pilota, sin tener verdadero éxito.
Entonces el helicóptero enemigo dispara un proyectil a reacción. Se aproxima a nosotros a toda velocidad.
—¡Agárrate!—advierte Moha.
Me agarro con fuerza a la barra de la puerta y les doy la advertencia a los demás.
Cuando vuelvo la vista de nuevo hacia el exterior, Moha gira bruscamente el mando principal, provocando que el helicóptero dé otro bandazo esquivando el proyectil. Cuando nos estabilizamos nuevamente, Rob entra en la sala y yo le grito a nuestro piloto:
—¿Por qué no contraatacamos?
—¡No podemos! ¡Estamos desarmados! Además, su helicóptero es un MI─26, necesitaríamos un tanque para derribarlo.
—¿Y qué propones?—dice Rob.
—No lo sé. Ni siquiera sé por qué nos atacan.
Entonces lo recuerdo. Michael, nunca le encontraron. Y ahora nos ha encontrado él a nosotros.
—Es Michael, estoy seguro.
—No lo dudo—comenta Rob—. Pero no veo que eso nos sea de ayuda. En serio, ¿no hay nada que podamos hacer?
—Puedo esquivar sus misiles, y esperar a que se le acaben, pero si tiene metralletas...
Como si nos hubieran oído, el MI─26 comienza a disparar con una ametralladora. Moha gira noventa grados el mando central, y el helicóptero se precipita a toda velocidad hacia la izquierda. Las balas disparadas por el otro helicóptero no nos dan de milagro. Entonces deja de disparar y rota lentamente, buscando estar de cara a nosotros.
—¡Eso es!-grita de repente Rob—. Su desventaja es que son muy lentos. Podemos evitarles. Déjame.
Moha duda un momento, pero se levanta rápidamente del asiento del piloto y se sienta en el del copiloto. Rob se acomoda en el primer asiento y toma los mandos.
—¡Agarraos bien!—dice casi riendo. Por un momento temo que no haya sido tan buena idea darle el control—. Esto va a estar movidito.
Me agarro como puedo a la misma barra de antes. Rob Mueve los mandos hacia delante, dirección en la que se mueve también el vehículo. El MI─26 dispara con su ametralladora, pero falla de lejos. Nuestro helicóptero se precipita por debajo del enemigo y se coloca a su espalda. Nuestro oponente tarda unos valiosos segundos en darse la vuelta y disparar de nuevo, pero Rob repite la estratagema.
—¡No podré seguir así mucho tiempo!-grita Rob eufórico—. ¡Necesitamos algo para detenerles!
Asiento y miro alrededor, buscando algo útil contra el otro helicóptero. Entonces veo un fusil de francotirador enganchado a la pared de metal.
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La Edad de Arena 1.- La Capa
Science Fiction¿Qué pasaría si los seis grados ya hubieran subido? ¿Y si la capa de ozono estuviese desapareciendo? Ciudades convertidas en desiertos, enterradas en la arena; nuevos peligros que ni siquiera se sabía que existían... ¿Serias capaz de soportarlo? Lo...